Cuentos humanizadores

Recogemos aquí una selección de cuentos del Centro de Humanización de la Salud de los Religiosos Camilos.

  1. El corazón más bello.
  2. Matar al amor.
  3. El árbol generoso
  4. El tazón de madera
  5. La ciudad de los pozos
  6. Con qué ojos miramos
  7. La isla de los sentimientos
  8. Una historia de milagros
  9. Paganini
  10. Un hombre, su caballo, su perro y el cielo
  11. Los zapatos incómodos
  12. Jugando al escondite
  13. El vuelo del halcón
  14. Da Vinci
  15. Se venden cachorros
  16. El niño y los clavos
  17. Los tres viejecitos
  18. Amigos
  19. La piedra de hacer sopa
  20. Las tres rejas
  21. Ángeles viajeros
  22. El paradigma de la riqueza
  23. La escalera
  24. Ivar insatisfecho
  25. Rufino quería ver a Dios
  26. ¿Cuántos amigos tienes?
  27. La mitad de una manta
  28. ¿Podrías venderme una hora de tu tiempo?
  29. El leñador trabajador
  30. ¿Cómo colocar las piedras?
  31. El sabio Avicena
  32. A las puertas del cielo
  33. Los niños y Dios perdido
  34. Arreglar el mundo
  35. La creación de la felicidad
  36. Extraños embarazos
  37. El barquero y el sabio
  38. Una competición de sapos
  39. El aguilucho
  40. La sabiduría de la anciana abadesa
  41. El abad y el rabino
  42. La tienda de la verdad
  43. Escuchar lo que no se oye
  44. Cicatrices de amor

Almuerzo con Dios

Dios es cercanía

Un niño pequeño quería conocer a Dios; sabía que era un largo viaje hasta donde Dios vive, así que preparó su mochila con pastelillos y refrescos, y comenzó su jornada. Tras caminar por aquella larga avenida, se encontró con una mujer anciana. Ella estaba sentada en el parque, sola, ahí parada contemplando algunas palomas.

El niño se sentó junto a ella y abrió su mochila. Estaba a punto de beber su refresco, cuando notó que la anciana parecía hambrienta, así que le ofreció un pastelillo.

Ella agradecida aceptó el pastelillo y sonrió al niño. Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo, así que le ofreció uno de sus refrescos.

De nuevo ella le sonrió. ¡El niño estaba encantado!

Allí estuvieron toda la tarde, comiendo y sonriendo, pero ninguno de los dos dijo nunca una sola palabra. Cuando empezó a oscurecer, el niño se percató de lo tarde que se había hecho, se levantó para irse, pero antes de seguir sobre sus pasos, dio vuelta atrás, corrió hacia la anciana y le dio un abrazo.

Ella, después de abrazarlo le regaló la más grande sonrisa de su vida.

Cuando el niño llegó a su casa y abrió la puerta, se encontró con su madre que estaba sorprendida por la cara de felicidad que tenía. Entonces le preguntó:

  • Hijo, ¿qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?

El niño contestó:

  • ¡Hoy almorcé con Dios…!

Y antes de que su madre contestara algo, añadió:

  • ¿Y sabes qué? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que he visto!

Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regresó a su casa. Su hijo se quedó sorprendido por la expresión de paz que había en su rostro, y preguntó:

  • Mamá, ¿qué hiciste hoy que te ha hecho tan feliz?

La anciana contestó:

  • ¡Comí con Dios en el parque…!

Y antes de que su hijo respondiera, añadió:

  • Y ¿sabes qué? ¡Es más joven de lo que yo pensaba!

Autor desconocido

Huellas en la arena

Tómame en tus brazos cuando no pueda más

Una noche un hombre tuvo un sueño. En él «caminaba por la playa, mientras en el cielo se iban reflejando, una a una, escenas de su vida. Ante cada escena se marcaban en la arena dos pares de huellas, las suyas y las de Dios. Cuando pasó ante él la última escena de su sueño, se dio la vuelta para mirar las huellas en la arena. Vio extrañado y, también, algo enfadado, que en muchas ocasiones, en los peores momentos de su vida, sólo había un par de pisadas».

En ese instante se despertó sobresaltado. Recordó el sueño con total claridad. Claro… ya sabía lo que pasaba. Se dio cuenta de lo que había sucedido en las etapas más tristes y oscuras de su vida. Aquel pensamiento le confundió mucho, e inquirió a Dios: «Dios, dijiste una vez que cuando decidiera seguirte, caminarías conmigo hasta el final. Pero ya he visto que, en los momentos más difíciles de mi vida, cuando más te necesitaba, sólo estaban mis huellas en la arena. No entiendo por qué me abandonabas».

Hubo un momento de silencio y cuando el hombre ya no esperaba ninguna respuesta, escuchó una voz, la voz de Dios, que le decía: «Hijo, yo te amo. Nunca te abandonaría. En esos momentos de sufrimiento, cuando peor lo estabas pasando, no eran tus huellas las que aparecían sobre la arena. Eran las mías mientras yo te llevaba en brazos».

Adaptación de un poema brasileño

Cristianos Gays » Jesucristo Superestrella

El abrazo

Abrázame, Señor, cuando no pueda más

Se cuenta que un matrimonio que no creía en Dios un día tuvo una hija. Por supuesto, ellos nunca le hablaron de Jesús. Una noche, cuando la niña tenía cinco años, sus padres se enfadaron, se pelearon y el padre le disparó tres veces a su madre y, despues, se suicidó de un tiro en la cabeza. La niña, que se despertó y se levantó cuando escuchó las primeras voces, presenció toda la escena, de principio a fin, desde el umbral de la puerta.

Con el tiempo, la niña fue enviada a una familia en adopción. Su nueva madre era cristiana y, por eso, llevó a su nueva hija a un colegio de monjas. El día de su matriculación la madre estaba preocupada y decidió hablar con la directora del centro para decirla que tuviera paciencia con la niña, porque nunca antes había oído hablar de Jesús.

En su primer día de colegio, en la hora de religión, la maestra enseñó en clase un cuadro de Jesús y preguntó: «¿Sabe alguien quién es?» «¡Yo lo sé…! – dijo la niña inesperadamente -. Ese es el señor que me abrazaba la noche que mis padres murieron».

Autor desconocido

La mendiga y las bolsas

Este cortometraje de Eduardo Suazo nos da una visión de las cosas según nosotros mismos. Una mendiga lleva decenas de bolsas llenas de hojas secas a todas partes. Estas hojas representan la sencillez y la lucha por las oportunidades. Nos muestra un panorama de felicidad y valor por la vida, la amistad y la solidaridad.

La oveja pelada

Todo ocurre en una pradera con un pequeño lago y una gran roca con forma de isla en el centro. Alrededor de ella se desarrolla la trama. Una oveja conoce al conejílope, tras haber sido esquilada, y este le transmite su sabiduría al enseñarle que el aspecto no es lo importante. Muestra cómo tenemos que afrontar los problemas que vamos encontrándonos y así superar las frustraciones. Lo que importa es el interior, el tipo de persona que eres.

La cosa perdida

En 2011 consiguió el Óscar al mejor corto animado. La historia cuenta las peripecias de un chico, que paseando por una playa se topa con una extraña criatura. Tras descubrir que se ha perdido, el niño trata de conocer cuál es su origen, aunque se encuentra con una gran indiferencia por una parte de la gente. Es una llamada de atención al estilo de vida que llevamos y que, muchas veces, no nos deja ver lo que le ocurre a las personas que tenemos alrededor, sus problemas…

El cazo de Lorenzo

Basada en un cuento de Isabelle Carrier. Recrea el día a día de un niño llamado Lorenzo. Va siempre con un cazo rojo que representa las dificultades diarias a las cuales se enfrenta. Aborda la necesidad de educar en la diversidad.