Queridos estudiantes:
Todos y todas estamos disfrutando de nuestras merecidas vacaciones, y no puedo dejar pasar la ocasión de comentar algunas cuestiones sobre el curso que ha terminado, así como de los alumnos y alumnas de 6º y sus familias.
A lo largo de estos meses he intentado formar y educar a sus hijos e hijas con un sólo objetivo: que lleguen a ser niños y niñas formados y preparados para desenvolverse con éxito en ésta, nuestra sociedad y, lo que es más importante, ser buenas personas. Todos y todas deberíamos saber que en el colegio no sólo estudiamos asignaturas sino que es un espacio de convivencia y donde además aprendemos valores que luego deberán poner en práctica en cualquier lugar donde se encuentren.
Los valores son universales y nos acompañan a lo largo de nuestra vida. Los portátiles, las tecnologías de la información y de la comunicación podrán ser herramientas del conocimiento e incluso, llegado el caso, sustituir a un educador, pero nunca podrán enseñar a respetar al que es diferente, a ser generoso con el que menos tiene, a compartir los talentos, las habilidades y, a ponerse en lugar del otro o de la otra y comprenderlos.
La educación es un tarea ardua, pero apasionante que requiere de constancia, paciencia, esfuerzo y entrega, es invertir a largo plazo sabiendo que los resultados tardarán en llegar, pero es necesario estar convencido de que llegan. Si no fuese así, ni yo sería maestro, ni ustedes familias preocupadas y ocupadas en el futuro de sus hijos e hijas.
También quiero agradecerles el curso que hemos pasado juntos. Han sido un grupo estupendo. Han vivido valores que espero practiquen: el respeto, la tolerancia, el buen humor, la acogida de las diferencias, la cooperación, la solidaridad. Gracias por haberme seguido confiados en todas las aventuras pedagógicas en las que los he metido. Espero que de todo lo que hayan aprendido les sea de utilidad para seguir aprendiendo.
Cada uno de ustedes me ha dejado un sentimiento diferente y una enseñanza especial. Dejaron en mí una especie de nostalgia, de preocupación, de tranquilidad y a la vez de inquietud por ustedes: nostalgia, por los buenos momentos y la forma en que me enseñaron; preocupación, porque no se si el tiempo dedicado será o fue lo suficientemente para entender sus personalidades; tranquilidad, porque pese a muchas cosas, sé que intenté darles un buen ejemplo y ser tolerante con ustedes; e inquietud, porque quisiera que todos y todas consigan buenos trabajos, que tengan mejores expectativas de vida y que sean aun mejores que yo. Supongo que muchos maestros y muchas maestras sienten lo mismo, ¿o no es así?.
No me olvido que a lo largo del curso también existieron roces, pero se resolvieron con las aportaciones de todos y todas. en un clima de sosiego, buscando siempre lo mejor para el grupo. También me quedo con cierto regusto de fracaso porque soy consciente que entre ustedes habrán algunos o algunas que no llegarán a conseguir sus expectativas en la vida; y de que, muchas veces, di por hecho que aprendían cuando tal vez, no era así, lo siento mucho. Sólo espero que se superen, que traten de ser un poco más comunicativos y que recuerden que son muy capaces, nunca lo olviden. Quizás a alguno o alguna de ustedes no pude ayudarlos más y me apena mucho eso, lo siento de corazón.
Siempre he creído que es de bien nacidos, el ser agradecido, nada mejor que escribir unas letras en las que pueda expresar mi agradecimiento por permitirme que haya podido ser su maestro tutor. Para ello he aprovechado la web y sus recursos, buscando en ella he encontrado estos textos, que vaya por donde, se adaptan, con algunas modificaciones, a lo que pretendía transmitirles.
Tengo que agradecerles lo bien que me lo paso preparando clases para ustedes. Quizás a veces no se notó, por lo aburrido que resultaron en algunas ocasiones, o porque no me dio tiempo a relacionar todo tanto como me habría gustado. He disfrutado con mi trabajo, buscando cada recurso, proponiendo cada idea, imaginándome la noche anterior cómo lograr explicárselos mejor al día siguiente.
Darle las gracias por darme razones para creer en el mañana. Porque cada vez que les veía sentado frente a mí, sonrientes, expectantes, nerviosas, preocupados, buscadores, divertidas, agobiadas, esperanzados… me recuerdan que hay porvenir. Que el futuro está habitado. Que vale la pena levantarse cada día para luchar por un mundo mejor, un mundo que dejarles en herencia, un mundo para todos y todas: un mundo que construir juntos, con menos tarimas y pupitres, con más lazos entretejidos en una red que se extiende por el mundo.
Les estoy agradecidos por sus preguntas a destiempo llenas de curiosidad, por interrumpir de cuando en cuando la monotonía, por sus protestas con cara de niño o de niña chico/a, por sus silencios, por sus sonrisas y por saludarme con afecto al empezar el día —no saben cuánto se agradece—, por protestar sin acritud, por pensar en los otros y en las otras, por lo bien que nos lo pasamo, por lo bueno y lo que está llamado a ser mejor, por sus preocupaciones, por sus desafíos.
Gracias por confiar en mí como tutor, quizá solo un poquito, ¿quizá algo más? Aunque no siempre acierte a la hora de acompañarte. Aunque meta la pata. Aunque en alguna ocasión invada demasiado su espacio y me veían hasta en la sopa. Aunque a veces no sepa transmitir con todo mi cariño, con mi sonrisa, que me importas, que los tengo presente, que son alguien para mí, de acompañarlos en su desarrollo. A su lado no dejo de aprender. Es la paradoja del maestro: cuanto más enseña, más se da cuenta de lo poco que sabe. Gracias por educarme en la comprensión, en el cariño, en la disponibilidad, en la escucha. Gracias por recordarme cada día que elegí esta profesión para servir, no para ser servido, y para servirles a ustedes, no solo como alguien perdido en medio de una masa irreconocible y anónima de alumnos y alumnas; sino como una persona especial, única, llena de futuros.
No he olvidado que una vez fui alumno y pase por situaciones diferentes y parecidas a las de ustedes, tuve que hacer deberes, años de exámenes, soporte las arbitrariedades de algunos profesores, cometí actos de indisciplina y recibí el correctivo pertinente. Intento aportar mi granito de arena para que todo vaya a mejor.
Me gustaría que leyeran estas frases y sobre ellas reflexionaran unos minutos:
- Si quiere trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar. John Cleese
- Un niño puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea. Paulo Coelho
- La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón. Howard G. Hendricks
- Un maestro es una brújula que activa los imanes de la curiosidad, el conocimiento y la sabiduría en los alumnos. Ever Garrisson
- En cuestiones de cultura y de saber, sólo se pierde lo que se guarda; sólo se gana lo que se da. Antonio Machado
- Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo. Benjamin Franklin
- La educación ayuda a la persona a aprender a ser lo que es capaz de ser. Hesíodo
- El mejor medio para hacer buenos a los niños es hacerlos felices. Oscar Wilde
- Lo que se les dé a los niños, los niños darán a la sociedad. Karl A. Menninger
- Para viajar lejos no hay mejor nave que un libro. Emily Dickinson.
Ya sólo me queda darles las últimas gracias a todas y a todos, los tendré presente en mis recuerdos y espero que si algún día los encuentre en la vida, me recuerden como una persona que trató de enseñarles y aprender con ustedes, de cuidarlos, de protegerlos, de entenderlos y ayudarlos tanto como pudo.
¡GRACIAS!