El baile del tambor

LO MÁS ORIGINAL del folklore de La Gomera es el que allí llaman el «Baile del Tambor», una especie de variante del «Tajaraste» según los entendidos, que se mantiene desde hace siglos tal cual, aunque ignoro los orígenes porque no conozco ningún libro que recoja un estudio profundo, no sólo de esta pura expresión del tipismo gomero, sino de ninguna otra danza o canto ancestral de la Isla Colombina. Necesariamente, el baile y, sobre todo, el canto, tiene que ser castellano porque la «letra» es simplemente un romance de los que todos conocemos por haber estudiado en el bachillerato Literatura española, en mi caso, con más interés la antigua que la moderna, porque la antigua, además de satisfacer la curiosidad sobre lo que nace hace muchos siglos y perdura hasta hoy, la moderna, aunque hay de todo, es más bien un conglomerado de influencias, lógicamente, incrementado por la cada vez más fácil comunicación con todos los rincones del Globo. Y, precisamente, el romance es la forma poética genuinamente castellana y más usada en la Literatura española. O sea, que el «Baile del Tambor» tuvieron que traerlo de La Gomera a Canarias los conquistadores castellanos o sus descendientes. Y, en la integración, esa manifestación folklórica prendió más en La Gomera que en otra isla y su pureza se mantuvo en los núcleos secularmente aislados de la Isla, como hay cantos castellanos como el «Cirinoque», que se quedó en La Palma y así otros, en las diferentes islas.

Pero todo este rollo viene a cuento de lo poco que se cuida el tipismo, la tradición, las señas de identidad y la Historia misma en mi tierra. El aislamiento, es decir, la falta de comunicaciones, hasta mediados casi del siglo pasado, ha sido positivo, en este aspecto de mantenimiento de las tradiciones en las llamadas «Islas Menores», que son todas las no capitalinas, pero unas han aprovechado estas oportunidades y otras no. Quizás La Palma sea la isla que más ha cuidado su acervo popular. Me asombró y admiró, hace años cuando fui, por primera vez, a las Fiestas de la Bajada de la Virgen, presenciar esa variedad folklórica que se conserva en la isla y otras costumbres que no se ven en el resto del Archipiélago. Eso es un mérito de los palmeros, de quienes ya he dicho muchas veces que, para ellos, el mundo se divide en dos partes: La Palma y el resto del Globo. Recientemente, la escritora Cecilia Hernández ha publicado un libro titulado «Romances Sacros y Oraciones antiguas de La Palma», que no conozco pero me dicen que en el volumen recopila una serie de romances, cuentos «decires», refranes y oraciones que se rezaban antiguamente en la isla. También aclara que el romancero procede, en su mayor parte, de la literatura peninsular y, en especial, de la andaluza, castellana y extremeña, aunque en La Gomera procede más de la castellana. Es posible que también se practique, pero no he visto en La Palma el «Baile del Tambor». Veinte años estuvo la autora recogiendo datos en los municipios del norte de la isla, San Andrés y Sauces, Barlovento y Garafía. Lo que hace esperar un segundo tomo, porque quedan muchos pueblos con una variedad sorprendente de costumbres. Y a lo que quiero llegar es a pedirle al Cabildo Insular de La Gomera, que dedique, mediante concurso si es preciso, su atención a ese «Baile del Tambor», único en Canarias, que la Corporación palmera patrocinó la edición del libro de Cecilia Hernández.

www.gomera.com.es/webs/NuestrosBailes.htm

2 opiniones en “El baile del tambor”

  1. Pues hay un estudio muy bueno sobre ello que le recomiendo:
    Tambor gomero y oralidad. diálogo con los herederos. López Viera, José Ángel. La Esperanza, 2009.
    ISBN: 978-84-607-8816-4.

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