La decisión supone un duro golpe a uno de los pilares de la reforma laboral.
El Gobierno impuso el fin de la llamada ultraactividad, la prórroga indefinida y automática de los acuerdos colectivos hasta que se pactaba uno nuevo
El Alto Tribunal señala que aunque decaigan al año de expirar su vigencia por no haber acuerdo, los derechos colectivos laborales pactados pasan a ser individuales.
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