El valor de la prudencia: vamos a hacer un cuento con el IPAD

 

Frases alusivas a la prudencia:

Fuente:

 

  • Advierte que es desatino, siendo de vidrio el tejado, tomar piedras en la mano, para tirar al vecino. (Miguel De Cervantes)
  • Confiamos porque somos precavidos. (Epicteto)
  • Construye tu cabaña en el valle, pero nunca lo hagas en la cima. (Heinrich Heine)
  • Cuando una puerta se cierra, no pongas los dedos. (Noel Clarasó)
  • El hombre prudente no se vale jamás de la palabra para el sarcasmo ni para la difamación. (Benjamin Franklin)
  • El que es prudente es moderado; el que es moderado es constante; el que es constante es imperturbable; el que es imperturbable vive sin tristeza; el que vive sin tristeza es feliz; luego el prudente es feliz. (Séneca)
  • El que vive prudentemente, vive tristemente. (Voltaire)
  • El rasgo distintivo del hombre prudente es el ser capaz de deliberar y de juzgar de una manera conveniente sobre las cosas. (Aristóteles)
  • El retirarse no es huir, ni el esperar es cordura, si el peligro sobrepuja a la esperanza. (Miguel De Cervantes)
  • En la prosperidad modérate; en la adversidad resígnate y sé siempre prudente. (Periandro)
  • En todo momento, los prudentes han prevalecido sobre los audaces. (Théophile Gautier)
  • Hay una falsa modestia que es vanidad, una falsa grandeza que es pequeñez, una falsa virtud que es hipocresía y una falsa sabiduría que es prudencia. (Jean De La Bruyère)
  • La contraria fortuna hace a los hombres prudentes.

Fuente :https://cuentosparadormir.com/infantiles/cuento/la-cerilla-y-los-munecos

Tarea :Cuento para hacer en el IPAD

Había una vez un niño que tenía dos pequeños muñecos muy traviesos. Un día, los muñecos vieron una preciosa caja de cerillas en la cocina, y fueron a cogerlas, a pesar de que sabían que no era un juguete y que podían ser peligrosas. Los dos muñequitos aprovecharon un despiste del niño para coger rápidamente una cerilla y esconderse en el coche en el que viajaban siempre con el niño. Luego el niño salió al patio con el coche, pero una vez allí, un extremo de la cerilla salío por la ventanilla, rozó la piedra y se encendió, y el coche se puso a arder. Afortunadamente, la mamá del niño estaba cerca y pudo apagar el fuego rápidamente, pero no pudo salvar una parte del coche y de los muñecos, que resultaron quemados y reblandecidos hasta fundirse, de forma que los muñecos ya nunca más pudieron salir del coche. El niño se llevó un susto enorme, y comprendió por qué su mamá no le dejaba jugar con las cerillas y otras cosas.
Y allí quedaron atrapados aquellos muñecos para siempre, y cuando ven que el niño va a hacer algo peligroso, se ponen a llamar la atención para que al verles, recuerde el gran susto de la cerilla.