Discurso para una orla que ya fue

Este viernes, abandonan la enseñanza secundaria los alumnos que tuve el honor de apadrinar hace dos cursos, cuando terminaban 4º ESO.
Me permito repetir el discurso que ese día les ofrecí y renovar mis mejores deseos para su futuro.

Distinguidas autoridades, estimados colegas, madres,  padres y por último  los protagonistas principales: queridos alumnos.
 Cuando mis alumnos de 4º me comunicaron que me habían elegido como padrino y después de agradecerles el honor y la responsabilidad recibido – sobre todo tras soportarme 4 años – les advertí
seriamente: el discurso estará lleno de chistes frikis (ya saben esos de
matemáticas, informática y tecnología de los que soy pródigo)
Por fortuna, he contado para este particular con la inestimable colaboración de mi ilustre antecesor en
estas lides, Juan Pedro, cuya labor correctora del discurso agradezco. Me ha devuelto la hoja con tachaduras y anotaciones en rojo ‘este chiste es malo’, ‘este también’, ‘este chiste… lo que es, es mío’.
Ahora en serio, tras reflexionar largo y tendido acerca de qué y cómo hablarles, he decidido no tanto darles consejos para el futuro, sino hacerles partícipes de algunas ideas,
por supuesto personales, sobre los motivos de recomendaciones que han podido
escucharnos del estilo de ‘sean ustedes mismos’, ‘el conocimiento es muy
importante’ o bien el consabido ‘aprovechen el tiempo’.
Citando a Sir Arthur Clarke, piloto de la RAF y escritor de ciencia-ficción ‘las dos cosas más importantes
de la vida son amor y conocimiento’. Bastante de las dos hemos compartido estos
cuatro cursos en el IES Buenavista con ustedes, las dos principales de la vida,
en esto coincido con Clarke. Porque ¿cómo no apreciarlos tras tantas horas de
clase, de ejercicios, dictados, problemas, listenings, partidos, disecciones, proyectos
etc…
Por supuesto a la frase anterior se le podría poner la apostilla de otra persona que siempre me
demostró gran sabiduría: mi abuela. Mi abuela, refiriéndose a nosotros sus
nietos, decía: ‘amor no quita conocimiento’. Efectivamente, si yo
intentara en una clase leer de corrido un discurso de diez minutos como este el
resultado se parecería a lo siguiente :
-Sres. voy a leerles un discurso de diez minutos… se levanta una mano ¿si?

–       
Panta, ¿puedo ir al baño?, es que a segunda no me dejaron.
–       
No, espera que tengo que dar un discurso
–       
¿Hay que coger la libreta?
–       
Siempre, pero ahora no la vas a usar, solo escuchar el discurso
–       
¿Me dejas un
bolígrafo Panta?
–       
Pero si solo tienes que escuchar …
–       
Entonces no hay
que hacer nada ¿verdad?
–       
Esto…
–       
Panta, al final ¿me
vas a dejar ir al baño?
…Y así 10 minutos
Ahora se han puesto ustedes incautamente en la boca del lobo y me han dejado un
micrófono, así podré volver sobre las ideas cuyas motivaciones pensaba expresarles
y hablarles del tiempo, del conocimiento y de la identidad.
Empecemos al revés. ¿Por qué esto de ‘sean ustedes mismos’? Esta idea la voy a concretar
en torno a las redes sociales cuyo dominio me han demostrado soberanamente en
la lucha cotidiana que tenemos contra los ‘whatsapp’, los tuentis, los facebooks,
etc… Procuren darse cuenta de que ese maravilloso mundo de información en forma
de flujo de electrones, aún estando lleno de reclamos apetecibles, es solo un
aspecto ínfimo de la realidad y no rellena el espacio de las relaciones cara a
cara. Les dejo una frase del pionero de Internet y músico Jaron Lanier ‘Antes
de compartir lo que eres, procura ser alguien’. Tengan amistades reales, o por
lo menos más amistades reales que electrónicas.
Respecto a la segunda cuestión o los porqués de la importancia del conocimiento,
recuerdo cómo me impactó una frase de una alumna que acababa de emigrar desde
su país, en unas circunstancias que por desgracia parecen invertirse ahora con
nuestros jóvenes más preparados partiendo hacia otras tierras. Me dijo esta
alumna: ‘yo estudio porque mis conocimientos son lo único que nadie podrá
arrebatarme’.
Hay motivos más alegres para estudiar, no cabe duda, pero dense cuenta de cuán
impactante es este razonamiento y de sus implicaciones. Saber cosas, aprender
nuevas ideas sería una especie de incorporación casi orgánica de riquezas en
nuestro interior, estas adquisiciones ya serán nuestras para siempre.
 A veces, visualizo los conocimientos como una especie de ‘tiempo embotellado’
¿Y por qué tiempo? : Sencillo.
 Cuando un niño observa a un adulto cambiar la rueda de una bicicleta o enroscar
una bombilla está aprendiendo cómo hacerlo él también, salvando el tiempo
indudable que necesitaría si debiese aprenderlo por el largo método de prueba y
error. Aprender de nuestros mayores, de nuestros padres, de nuestra maestra,
nos da una enorme ventaja de tiempo. ¿Acaso alguno de nosotros tuvo tiempo de
circundar el globo terrestre antes de que nos enseñaran en el colegio que era
una esfera? Nos ahorraron bastante tiempo y esfuerzos.
El conocimiento y su enseñanza son pues, ventajas y ases en la manga para trampear
la tiranía del severo dios Cronos.
Llegamos puntuales a la última afirmación ¿Por qué les decimos ‘aprovechen el tiempo’?
Imagino muchas respuestas y seguramente ustedes tienen las suyas propias. Una de mis
favoritas es simple y profunda, como la mayor parte de las cosas más hermosas.
Tenemos que aprovechar el tiempo porque somos únicos e irrepetibles. Y somos únicos en
el estricto sentido de la palabra.
Si por un momento levantan y miran su mano derecha como un objeto ajeno, los
componentes últimos de la mano, los átomos que la constituyen, a excepción del
más ligero, el hidrógeno, no existían cuando el universo comenzó.
Por ejemplo, los átomos de hierro en el interior de los capilares de su mano
derecha se forjaron en el gigantesco horno de una nova o supernova cuya explosión los diseminó por el cosmos. Pero es más, de forma casi increíble, si
buscáramos el origen de los átomos de hierro de la mano izquierda ahora,
probablemente proceden de la explosión de una nova distinta. Este hecho, el de
que somos polvo de estrellas, una parte del universo, de un universo que se
mira a sí mismo, asombrado, intentando comprenderse y se pregunta :
¿Quiénes somos?¿De dónde venimos?¿A dónde  vamos?…¿Aprobaremos en septiembre?
Este hecho, como digo es uno de los más hermosos y poéticos de la ciencia. Y también da una idea de lo azaroso, de lo absolutamente improbable de nuestra existencia
individual*.
No se equivoquen, cada uno de ustedes, queridos alumnos y alumnas
de 4º, es milagro de improbabilidad.***
Como el Gandalf el mago le dijo a Frodo** en el señor de los anillos  ‘Sólo tú
puedes decidir qué hacer con el tiempo que se te ha dado’ : Aprovechen
su tiempo.
Permítanme desearles a todos ustedes lo mejor para su tiempo futuro.
 Gracias y buenas noches.




Ahora justo un año después añado las grabaciones que tengo de este discurso. Me encantaría tenerlo completo…








* Curiosamente el autor de la conferencia utiliza el argumento al revés, en un universo enorme, lo improbable es norma. Por mi parte, cuando algo improbable sucede me siento asombrado o asustado, según el caso. Será mi mentalidad provinciana.
** En realidad creo que se lo dijo a Merry, corríjanme si me equivoco.
***No pude leerlo y olvidé mencionarlo, pero una de mis inspiraciones para escribir el texto anterior fue el poema de W. Szymborska : hemos derrotado a la nada por estar y existir aquí y ahora.


Fuentes
:

Jaron Lanier : ‘Contra el rebaño digital’

Lawrence Krauss :

Neil deGrasse Tyson :

Gandalf Quotes :

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8 respuestas a Discurso para una orla que ya fue

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