Hoy, día 7 de mayo, te voy a proponer que leas un texto y respondas unas preguntas sobre él. Tienes esta lectura en tu libro de texto, en las páginas 201 y 202. También puedes leerla en esta entrada a continuación.
Un amigo invisible
¡Embustera! ¡Estás mintiendo! ¡Kai no existe, y tú hablas sola!
Ella no recordaba haber hablado sola, y por tanto, aquella afirmación le parecía absurda; pero estaba demasiado aturdida como para analizar con frialdad aquella nueva información.
Tampoco oyó cómo Kai entraba en el granero, cerrando suavemente la puerta tras de sí. El chico, en cambio, sí oyó sus sollozos, y comenzó a subir la escalera hasta que su cabeza asomó por la trampilla.
Descubrió un bulto que temblaba en un rincón, y se acercó.
-Dana -llamó con ternura.
Los sollozos cesaron.
-Dana, soy yo.
-¡Déjame en paz! -la voz de la niña sonó extraña, ahogada por la manta que la cubría.
-Dana, tengo que hablar contigo.
-Vete. No existes.
Kai se estremeció y cerró los ojos con una expresión de dolor en el rostro, como si le hubiesen clavado un puñal en el corazón. Pero Dana, oculta bajo su manta, no lo vio. […]
-De eso quería hablarte -repitió Kai, sentándose a su lado-. Nadie puede verme. Sólo tú.
Su amiga lo miró, incrédula.
-¿Me estás tomando el pelo?
-Sabes que no.
Dana no respondió enseguida. No tenía sentido… pero, si Kai no decía la verdad, ¿cómo explicar que dijesen que hablaba sola, cuando ella nunca…?
-¿Y por qué? -quiso saber-. ¿Quién eres tú? ¿Qué quieres de mí?
-Soy tu amigo. ¿O no lo soy?
Dana sacudió la cabeza. ¿Cómo podía ser Kai tan ingenuo? ¿De veras creía que eso bastaba? Él pareció adivinar sus pensamientos:
-Sólo tú puedes verme -insistió-. Pero yo seré tu amigo y estaré contigo siempre. Y esto es lo que hay.
-¿Esto es lo que hay? -repitió Dana, estupefacta-. ¿Y es suficiente?
-¿Qué más puedo decir? -también él parecía molesto-. Tendrás otros amigos visibles para todo el mundo. Pero cuando pasen muchos años reconocerás que no tuviste un amigo mejor que yo.
-¡Qué engreído! -soltó Dana, pasmada.
Kai calló durante un momento. Después dijo, suavemente:
-¿Prefieres que me vaya?
Dana lo miró a los ojos.
-Porque, si es lo que quieres, me iré -añadió el chico-. Desapareceré de tu vida y no volverás a tener problemas por mi culpa.
Dana no dijo nada. Solo siguió mirándole, y se preguntó entonces qué haría sin él, sin su sonrisa, sin la mirada franca de aquellos chispeantes ojos verdes, sin la suavidad de su voz. Y tuvo que admitir que, tras la discusión con su familia, era Kai el único que le parecía cercano y real. Él era lo único que le quedaba.[…]
Alzó la mano lentamente para acariciar la mejilla de su amigo. Él pareció dudar un momento, pero no se apartó.Y la mano de Dana atravesó limpiamente el cuerpo de Kai, como si él no estuviese allí. […]
-Existo en un plano diferente al tuyo -le dijo-. Lo siento, no puedo hacer nada. Podemos estar eternamente juntos, y eternamente separados.
Dana gimió de nuevo. Ella era una simple campesina que no podía comprender aquellas sutilezas. Y solo tenía ocho años. […]
-No me dejes sola, Kai -suplicó en un susurro-. No me dejes nunca.
-Nunca -prometió el muchacho, y su voz sonó muy cerca del oído de Dana, en lo más hondo de su mente y en lo más profundo de su corazón.
LAURA GALLEGO: El valle de los lobos, SM
Ahora, realiza las actividades siguientes en un documento de word y envíamelas a pidolapalabrasite@gmail.com.
- Resume el texto. Para ello recuerda ayudarte identificando primero su estructura (planteamiento, nudo y desenlace).
- Una parte de este fragmento es una conversación. ¿En qué situación comienza? ¿Quiénes hablan? ¿Quién la inicia?
- ¿De qué quiere hablar Kai con Dana? ¿Por qué insiste?
Mucho ánimo y no dejes de leer. Recibe un afectuoso saludo de tu profesora de Lengua Castellana y Literatura, Raquel Almeida.