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David Reyes Pérez
Vicedirector CEIP Ramón y Cajal

¡Vaya revuelo se ha formado en la granja Mantequilla! Bueno, bueno mejor se lo contamos desde el principio para que ustedes sepan de lo que estoy hablando.

Resulta que todo empezó cuando una parejita de granjeros decidió hacer un largo viaje para traerse, nada más y nada menos, que un canguro…

De este singular modo comienza una de las obras de teatro que han formado parte de la IX Jornadas de Teatro Infantil, representadas durante el pasado mes de abril del presente curso, en el CEIP Ramón y Cajal de La Orotava.

Como cada año, y sin perder un ápice de ilusión, estas funciones se han llevado a cabo con motivo de la festividad del día del libro, involucrando a gran parte de la comunidad educativa del centro en el desarrollo de las mismas. Es por ello que el teatro infantil, tanto por su valor pedagógico e integrador, como por la alta participación e implicación que éste suscita en las familias del alumnado, se ha convertido en un referente indiscutible de la idiosincrasia de este centro.

Si profundizamos en la justificación pedagógica de estas jornadas, son muchos los objetivos que se perfilan a la hora de su planificación, y que van desde: la toma de conciencia del propio cuerpo, la importancia del teatro como vehículo de expresión, la socialización, la resolución de conflictos, la afirmación de la identidad, el desarrollo de la competencia lingüística, etc. Todo ello aderezado con la demanda de una actitud participa y activa por parte de los padres y madres en la elaboración de decorados, vestuario y maquillaje de los alumnos y alumnas, así como su cooperación en los ensayos previos. En este sentido, se produce una peculiar relación con las familias de confianza-colaboración que va más allá de las aportaciones puntuales de información sobre la educación de los hijos/as.

Una pequeña muestra de las representaciones

Una vez trazados los objetivos a alcanzar y seleccionadas las diferentes obras que se van a representar (extraídas de cuentos, versiones de relatos o creaciones propias), se pone en marcha la maquinaria teatral del “Ramón y Cajal”. A partir de aquí, se suceden días de algarabía, de ensayos atropellados por la falta de tiempo, de adaptaciones puntuales en los guiones, de “sube y baja” del escenario, de pruebas de luz y sonido con la inestimable ayuda del conserje, de adecentar el salón de actos con varias manos de pintura y de niños y niñas convertidos en pequeños, pero grandes actores y actrices, y tutores y tutoras ejerciendo el papel de productores, guionistas y directores a un mismo tiempo.

Gran asistencia por parte de las familias

Nueve han sido las representaciones que han constituido la jornadas de este año, una por cada curso que integra el ciclo de infantil del centro y que está compuesto por tres aulas de niño/as de tres, cuatro y cinco años respectivamente.  Obras de teatro con títulos tan sugerentes como: “Blanconievo”, “El país de las pulgas”, “La oruga glotona” o “La máquina mágica”, se representaron en diferentes pases distribuidos en cuatro días, haciendo la delicia de un público expectante formado por padres y madres mayoritariamente, además del alumnado del centro. Tras la ardua tarea desarrollada por los tutores y tutoras durante casi dos meses, el éxito estaba asegurado de antemano,  y prueba de ello fue el poder contemplar cómo se daban cita en un breve espacio de tiempo reacciones de todo tipo: risas, asombro, entusiasmo e incluso alguna que otra lágrima contenida.

La idea de las Jornadas de Teatro Infantil en el CEIP Ramón y Cajal se fraguó hace nueve años para dar respuesta a la inquietud y el afán de un grupo de profesores y profesoras,  en convertir a la escuela en un punto de encuentro de los diferentes miembros de la comunidad educativa, así como transferir sus ansias creadoras y artísticas al alumnado del centro, haciéndolo copartícipe y, en definitiva,  protagonista de un proyecto basado en el teatro como instrumento pedagógico que posibilita el desarrollo integral del ser humano, potencializando sus capacidades para la expresión creadora frente a un mundo cada vez más uniforme e irreflexivo.

Es por todo ello, que este centro educativo sigue y seguirá apostando por este proyecto, que curso tras curso sigue incorporando adeptos a sus filas y mantiene vivo el espíritu creativo originado hace casi una década en las dependencias del CEIP Ramón y Cajal.