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Educación para las emociones infantil y primaria. Cultivando emociones

El equipo de orientadores y maestros coordinado desde el CEFIRE de Elda, siguiendo la línea de investigación-acción de sus dos programas de Educación Emocional para primer y segundo ciclo de ESO previamente publicados, propone un nuevo recurso, esta vez dirigido a las etapas de Educación Infantil y primer ciclo de Primaria. Es destacable la labor continuada de estos equipos docentes en este tipo de intervenciones planificadas en torno a la Educación Emocional, que durante varios años ha significado un compromiso consolidado en la elaboración de programas para un espectro cada vez más amplio de alumnado.

El trabajo se asienta en las bases teóricas de la psicología evolutiva, el estudio de la inteligencia y los modelos constructivistas de aprendizaje y de mejora de competencias. A partir de allí, se emprende un exhaustivo trabajo de recogida de datos a través de cuestionarios, acerca de incidencia de la violencia entre iguales y, posteriormente, a un programa de actividades realista y con todas las indicaciones pertinentes para su puesta en práctica.

El olvido tradicional de la Educación Emocional en el sistema educativo, en especial, en un momento crucial para su asentamiento, constituye la motivación para este libro, que pretende constituirse en instrumento dinamizador de la acción tutorial orientada hacia el alumnado de estas edades, un programa valioso llamado, en último término, a prevenir problemas y disfunciones en las aulas desde los primeros años en la escuela que podrían desembocar en futuras conductas violentas o desadaptadas

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Muchas de las cosas que suceden en la escuela son emocionantes: descubrir, compartir, aprender, querer, jugar, charlar, pensar, reír y vivir. Otras, generan miedos, rencores, frustraciones y tristezas. Los autores y autoras de Cultivando Emociones, educadores comprometidos de probado espíritu inquieto y creador, dirigen su mirada y su corazón a la escuela actual y captan los sentimientos y emociones que allí crecen por doquier. Estudian los episodios de intimidación y maltrato, todavía bastante desconocidos en edades tempranas, y fundamentan sus propuestas de intervención en la psicología, la biología, la sociología y la pedagogía. Nos encontramos, pues, ante una obra de maestros que se han hecho alumnos y se han puesto a estudiar con ahínco hasta lograr desentrañar los fundamentos de la Educación Emocional. Ahora son, sin duda alguna, dueños del terreno que cultivan: maestros de maestros.

Dice el biólogo y epistemólogo chileno Humberto Maturana que lo primero es sentir, luego pensar, después actuar. Este esquema que conecta emoción, cognición y acción bien podría servir de guía de lectura para todas aquellas personas que en su quehacer profesional sienten la necesidad de educar integralmente, piensan que la complejidad del ser humano no se resuelve potenciando tan sólo sus capacidades de raciocinio y están dispuestas a poner manos a la obra, a hacer “algo” para que la mejora de la escuela sea, en realidad, una mejora humana. Pues bien, otro gran acierto de esta obra lo constituye la amplia selección de recursos prácticos que pone al alcance de cualquiera, de modo que a la hora de hacer “algo” hay muchas opciones entre las que elegir.

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