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Josefina Plá

Texto: Mari Nieves Pérez Cejas 

(1903 – 1999)

“El poema es un sueño que puede compartirse.”

 

 

 

Josefina Plá nació en la Isla de Lobos a principios del siglo veinte, concretamente en 1903. Con tan sólo tres años de edad se trasladó con su familia a la península donde pasó su infancia y juventud. En 1927 y, tras conocer a quien sería su futuro marido, el artista paraguayo Andrés Campo Cervera, se estableció en Paraguay donde vivirá hasta su muerte en 1999.
La obra de Josefina Plá es muy amplia y abarca diferentes disciplinas. Además de ser una escritora verdaderamente prolífica (cuenta con una gran cantidad de títulos de poesía, narrativa y teatro, además de ensayos, obra crítica y de investigación histórica); fue periodista y artista plástica. Esta creadora multidisciplinar destacó también por su labor como docente (la Universidad Nacional de Asunción le concedió el título de Doctor “Honoris Causa”) y como investigadora, sobre todo, por impulsar la cultura paraguaya, labor que materializó en la creación de la Escuela Municipal de Arte Escénico, el Centro Arte Nuevo y el Museo Julián de la Herrería. En este sentido, también debe destacarse su inclusión como miembro numerario en la Academia Paraguaya de la Lengua Española y en la Academia Paraguaya de la Historia. Asimismo, perteneció al PEN Club Paraguayo (Club de escritores de Paraguay) y al Instituto de Cultura Hispánica. Fue nombrada Miembro de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), del Instituto de Investigaciones Históricas y de la Academia Hispanoamericana Rubén Darío, además de haber recibido varios premios y numerosos reconocimientos. Numerosas fueron sus colaboraciones en publicaciones de prestigio, tanto americanas como europeas.
Para el arte y la literatura paraguaya del siglo XX, su obra representa un punto de inflexión, un verdadero cénit cultural por su capacidad de transformación y de innovación, hecho que la convierte en maestra y en referente indispensable para varias generaciones de escritores y de artistas de ese país latinoamericano. De hecho, la crítica la incluye como una de las principales representantes de la Generación del 40 y una de las precursoras del feminismo en Paraguay.

Antes de su muerte esta “Dama de la cultura”, como se la conocía en los círculos literarios y artísticos, recibió varios homenajes en Paraguay y en el exterior, gracias a su labor en la formación de varias generaciones de artistas.
Su obra ha sido traducida al francés, inglés, rumano, alemán y esperanto.

 

 

• De la Raíz y la Aurora

CONCEPCIÓN

Me tendrás a tu lado. Me besarás. Y luego,
como al moreno cántaro que espera al fin del surco,
a mi sumiso cuerpo se alargarán tus brazos.
Se saciará tu sed: la exigua sed de un hombre.
De mi lecho después, en largas madrugadas
hacer creerás el blanco camino del olvido.
Y sin embargo, ciego piloto de mi entraña,
conmigo habrás llegado por una noche sola,
a la encantada playa donde no está tu muerte.
Por el nocturno río caliente de mi sangre
irán tus ojos lejos, para jamás volverse,
tu voz prenderá en roca para perennes ecos.
Tú no lo sabes, hombre, tú no lo piensas, ciego.
Esta noche mi cuerpo será, ¡oh antiguo nauta!
el puerto de que zarpen las naves de otra aurora.

DESDE CUÁNDO

..
.¿Desde cuándo marchabas a mi lado,
desde cuándo…? Tus pasos
¿desde cuándo, en la noche, aproximándose,
ocultos tras de cada latido…? ¿Desde cuándo…?

¿Desde cuándo, en la noche, por los valles sin nombre,
rastreando mi angustia?
Y tras de cada puerta abriéndose, y de cada
recodo del camino, ¿desde cuándo?

¿Desde cuándo tus sienes en las salvias
del reposo tranquilo?
¿Desde cuándo tus brazos en los cálidos ramos
del viril eucalipto, bajo las siestas altas?

… ¿Y desde cuándo el pedregal desnudo;
desde cuándo el desierto irredimible?
¿Desde cuándo la brasa entre los párpados;
esta sed, desde cuándo?
…………………………………………….
… ¿Desde cuándo este siempre irrevocable;
esta muerte creciendo, desde cuándo… ?

• De Rostros en el Agua

MI BESO ES MUCHEDUMBRE

Mi beso es muchedumbre.
Con él te sellan siglos y estaciones,
te condecoran légamos y nubes.
Se reencuentran en él
los valles con la cumbre:
el ojo del pavón con la amapola.
Mi beso es una escala por donde un mundo sube.
En él se juntan
rugidos y laúdes;
cigarras y serpientes,
abejas y escorpiones se confunden.
En él están Lázaro y Judas,
mártires y asesinos su médula resumen.
Arden en él los que vivir esperan:
los que esperan matar, en él se encubren.
Mi beso es horca, es látigo, es cadena.
Mi beso es muchedumbre.
El puñal del rufián, la espada del valiente,
en él juntan relámpagos y herrumbres.
Cuando digo besar, digo legiones.
Y el nombre de mi beso es muchedumbre.

DÉJAME SER

Deja llevarme mi última aventura.
Déjame ser mi propio testimonio,
y dar fe de mi propia
desmemoria.
Déjame diseñar mi último rostro,
apretar en mi oído los pasos de la lluvia
borrándome el adiós definitivo.

Déjame naufragar asida
a un paisaje, una nube,
al vuelo humilde de un gorrión,
a un brote renaciente,
o siquiera al relámpago
que abra en dos mi último cielo.

Sujétame los brazos,
engrilla mis tobillos,
empareda mis párpados.
Pero tatuada una flor en la pupila,
crucificada un alba debajo de la frente,
acurrucado un beso en la raíz de la lengua,
déjame ser mi propio testimonio.

• De Invención de la Muerte

NADIE LE EMPUJA

Nadie le empuja Nadie lo retiene
nadie le advierte nadie le cede el paso ni le espera

Indiferentes
le ven pasar con su sentencia
oculta como un zorro robado en la cintura
royéndole hasta el hueco de los dientes

Nadie le impide el paso ni le espera
porque todos quisieran ser los últimos

Nadie le toca Nadie
le empuja Llega solo
llenándose sin nadie del silencio
de todos los que llegaron antes
tapiándose de nombres olvidados
y de palabras sin respuesta

Llega solo
nadie le empuja nadie le retiene
porque todos quisieran ser los últimos

DE NOCHE

Pasos
De noche En una noche cualquiera Bajo la noche
Pasos
que tendrán la misma medida de tu pulso
Una ráfaga leve pasará presurosa
alertando a las hojas para un color distinto
Y se arrepiente el álamo de levantar tan alto la cabeza
y el agua de su júbilo por correr cuesta abajo
Y queda al descubierto el hueco
por el cual caen todos los latidos
Pasos que sonarán como reloj que se despierta
de su sueño enmohecido
señalando una hora que ya no es de este tiempo
Los pasos de quien vuelve a reclamar su casa pedir
su vieja cama
la percha abandonada donde colgó su último anhelo
una noche cualquiera Por la noche
Los pasos desde un sótano que nunca hemos abierto
Pisadas por las cuales pasan
de largo todas las visitas que aún se esperan
Pasos que volverán De noche Cualquier noche bajo
la noche… Pasos

PIEDAD POR LAS PALABRAS

Piedad por las palabras penitentes que mueren
contra la almohada
las palabras caídas como piedras
en el montón que cuenta los pecados
las palabras ahogadas como recién nacido
del cual la madre se avergüenza
las palabras mendigas que jamás han tenido un
vestido decente
para salir al domingo de la vida

Y aún por la palabra amordazada
que un traje de cemento hundió en aguas oscuras
la palabra final sin sílabas y sin destinatario

• De Satélites Oscuros

MUERTOS

Si nos dejaseis un momento solos
oh muertos muertos muertos
Si os quedaseis siquiera
fuera del agua fuera
de ese rayo de sol en donde danza el polvo
fuera de la hoja verde
fuera del aire que entra en mis pulmones

Si os quedaseis prendidos a la tierra
esperando
Pero no lo habéis invadido ya todo
la sal el pan la fruta
y el rocío y el césped

Después entrasteis
—huéspedes sin color— en el recuerdo
Y nos pusisteis sombra en la mirada
y poblasteis el puente del beso entre los labios
y pudristeis los sueños

Si nos dejaseis un momento solos

• De El Polvo Enamorado

V

Arriba. Arriba. Arriba. El sueño era un engaño,
la hamaca un espejismo
y el descanso una estafa. Levántate, camina, porque son
muchas las jornadas,
y viático tramposo el puñado de tierra que brindaron a
tu hambre.
Levántate e ingresa en el coro sin noche y sin descanso,
y pide a Dios por un trébol de cuatro hojas, una
semilla curativa;
por una sombra acogedora,
y hasta por una piedra que refugie a un gusano
o sueñe en el montón que atesoran los muertos.
Pide por una lluvia benéfica, un racimo
a punto madurado, un trago fresco.

VIII

Levántate. Camina. Y no te quejes.
Tú que hablaste de amor. Porque el amor es esto:
un descanso imposible, un máis allá en perpetuo reto,
un viaje nuevo
tras de cada jomada insufíciente.
(¿Qué vida nuestra vida, si todo lo engendrase todo, menos
el hambre de otras vidas?)
Levántate. Camina. Porque esto es el amor que te secaba
las carnes como seca el sol los herbazales en enero.
Esto el amor. Seguir tu forma inacabada,
sonámbula por todos los corredores de la muerte.

IX

Entre tanto, levántate. Camina.
No llores el amor que estuvo en tus mejillas claras, que
corrió por los mapas celestes de tu sangre,
porque ese amor te citará al regreso.
El ha de levantar tu polvo de noche entre los muertos
—hijo de nuestra oscura llamarada-
para darle otra vez una sed del tamaño del cielo.
(Ojos de uva al mediodía,
manos como estrellas abiertas a tientas en lo oscuro,
pasos midiendo bosques de olvidadizas hojas).
Levántate. Camina. Mundo de encendidas abejas, tu pulso
perdió voz y mirada. Es sólo amor, tan sólo
amor. Amor tan sólo.

• De Desnudo Día

AMAR

Amar
Ahondar
raíces a golpes de latido
en la tierra negra y amarga
donde sufren los ojos de los que aún no han sido.

Amar. Hay una estrella que su llamado alarga.
Amar. Entre los brazos, ritos curvos de nido.

Amar. Marea de savias en mis palmas abiertas.
Mi beso, que era puerto, se ha convertido en río.
Me bate la garganta
un viento inexorable hecho de voces muertas.

Amar. En la semilla, despierta un bosque, y canta.
Me florecen, cual tallos, las manos del que es mío.

• De Luz Negra

Pregunta el niño cándido:
Si el gato come muchos pájaros,
saldrá un día volando?…

El viento no es que esté o no esté.
El viento es o no es.
Pero cuando es,
está de pie.

La filosofía va a caballo.
La razón simple marcha a pie.
La poesía vuela:
no sabe en qué.

En la poesía
lo imposible se hace palabra.
En la poesía tiene
huesos el agua.
Llegó a amar tanto, que olvidó
que no es posible sobreamar.
Olvidó tanto, que olvidó
que no es posible reolvidar.

La ley del fuego:
ardas o no ardas,
ceniza serás.

• De Follaje del Tiempo

PELANDO LA PALABRA

Pelando la palabra esperanza le encontré pulpa de manzana y
carozo de piedra

Pelando la palabra amor le hallé piel de durazno
y carne de ceniza

Pelando la palabra verdad, llenó mis manos
y al llegar a mi boca, no existía.

TELEGRAMA

… Ya recibí tu telegrama
Me llega atravesando los cielos de los años
como por un imenso bazar de azules vidrios
desmemoriada mariposa
que una vez y otra vez pierde su rumbo en los paisajes
llega hasta mí trayendo por fin trayendo
su escritura llovida
sus disueltos renglones goteando
en lágrimas de tinta
los vocablos precisos
portadores del único secreto
que nadie leer ya puede
… Y sin embargo
sé que ha llegado justo cuando debía llegar
y es lógico y preciso que ya no lo comprenda
porque cuando me lo enviaste
sobraban todas las palabras

BIOGRAFÍA

Seguí el camino al que me echaron
dormí en la cama que me dieron
me lavé la cara en las lluvias
de las tormentas que vinieron
Comí un pan hecho con la harina
que mis propios huesos molieron
y bebí el agua de azul frío
del pozo vuelto que es el cielo

Siguiendo el croquis del tesoro
en el baúl del bucanero
llegué al jardín de la ceniza
para saber que soy correo
de algún secreto ya borrado
de no sé cuál caduco pliego
polvoso mensajero errado
sin otra opción que su regreso

• De Tiempo y Tiniebla

LA VENTANA
A Susana Romero

De niña el horizonte tocaba mi ventana
la fe era toda yo como el canto era el pájaro
la esperanza era el nombre de otro juguete mágico
y el amor tibia esfera de besos estrellada

Crecí y el horizonte huyó de mi ventana
y en el trayecto duende se aposentó la música
La esperanza traía en cada alba un mensaje
y el amor envolvía todo en papel de seda

Pero yo no sé cuando pero yo no sé dónde
al volver de una esquina al regresar de un sueño
el horizonte estaba de nuevo en mi ventana

La esperanza no era sino un juguete roto
Y el amor era un perro perdido cuyos ojos
dos pavesas guiñaban al pie de mi ventana

CANSADA
A Carolina
Sabes lo que te quiero decir cuando te digo
que estoy cansada?
Me han crecido las alas tanto que como
el viejo
albatros ya no puedo levantarme del suelo
Un alma incongruente se niega categórica
a ajustar su reloj al de mi cuerpo
y de estas manos ya sin brújula
todo lo que creí asir se me va yendo

Sabes lo que te quiero decir cuando te digo
que estoy cansada?
Mis ojos cada vez se me rebelan
y escapan hacia adentro
las mañanas son cortas
para que pueda despertar por entero
no me sirven las noches a olvidar suficiente
para seguir durmiendo

El mundo va creciendo ya tanto en tomo mío
que ya no quepo dentro
y el alma que como pájaro amaestrado
empezaba a aprender
el idioma del misterio
se distrae buscando palabras que no existen
y las olvida antes de que pueda aprenderlas por entero

ME VISITAS EN SUEÑOS
A mi madre
en el polvo que respiro

Me visitas en sueños, fantasma inacabado,
inacabable.
Así como yo fui tu criatura y me completo
sin ti bajo mi cielo huérfano,
yo te llevo conmigo y te completo
retocando
tu perfil, persiguiéndote por todos
los valles viejos, los requemados valles
de la memoria, en donde tu mejilla lastimosa
se diluye, se afirma o se demora:
donde tus ojos hallan su expresión más perdida;
donde tu mano ensaya ademanes errantes,
inédita, desconocidamente
desamparados crueles, santos
donde anima una angustia nunca antes trascendida,
o quizá una alegría
oculta como fruto de pecado.

Más joven o más vieja, más triste o más conforme
te completo
en sueños retocando tu temblorosa imagen,
añadiendo palabras a tu inconclusa letanía.

Así entre sueño y sueño se completa
tu alfabeto secreto, el alfabeto
de signos con los cuales te construyo, aprendo a conocerte
y en la nostalgia, el miedo, la tristeza,
prosigo construyéndote.

Seguiremos así. Así tal vez un día sepamos,
al cabo, nuestros nombres verdaderos.
El nombre con el cual en tus silencios
angustiosamente, me llamabas,
y yo no respondía.
El nombre con el cual ocultamente mi corazón te nombraría,
madre,
si pudiera llegar
hasta el último surco de tu sueño,
sin deshacerme, como el terrón bajo la lluvia;
madre,
sombra.

• De Cambiar Sueños por Sombras

QUISIERA
a José María Gómez Sanjurjo,
noble poeta y noble amigo

Quisiera desdormirme y desandarme
Quisiera desfimianne y desdecirme
Quisiera devolverme y desllorarme
Quisiera a veces desarrepentirme

Por largas avenidas des-soñarme
Los sueños que olvidé desolvidarme
Sombra volver el cuerpo Desamarme
Presentirme Saber dónde buscarme

Mi propio llanto ser y así sorberme
Y ser el metro con el cual medirme
el vaso con el cual mi sed beberme
y el puño que el mal golpe ha de infligirme

Quisiera alguna vez ser la cuchilla
que me corta y saber lo que ella siente
…………………………………………..
Quisiera alguna vez sencillamente
andar descalza por mi propia orilla

SOY COMO EL MAR

Soy como el mar; alta en estío,
vuelta la espalda a las sirenas.
Soy como el mar; tú, como el río;
corriendo siempre, no me llenas.

Soy como el mar: olas sin fin
desmelenándose en arena.
Soy como el mar; llanto ascendí
para que corras, onda plena.

Soy como el mar, y me olvidé
que mi salmuera fue rocío.
Ay, el castigo que me eché.

Soy un mar ciego que aplicase
su boca amarga a sólo un río
pidiéndole que lo endulzase.

GLOSA I

¿Qué haremos contigo Libertad
cuando todos seamos libres y dueños?
¿Cuando ya hayamos olvidado
la geometría de rejas y de encierros
los gritos de tortura
la canción de los hierros
el trueno de los pelotones?
¿Cuando ya no haya más carteles que indiquen con el dedo
lo que debe estar a la derecha o a la izquierda?
¿Cuando todo sea centro?
¿Cuando ya no hayan vendas sobre los ojos
para las bocas freno
cuadrícula para las ideas
para la canción apagafuegos?
¿Qué haremos
contigo Libertad
cuando ya no seas más sueño?

… Porque las cosas no son nuestras
sino en tanto son sueños
Después ya no nos pertenecen
Nosotros les pertenecemos

GLOSA II

… No te engañes ingenuo
Nunca el hombre será del todo manumiso
Porque así debe ser
Siempre habrá zanjas cortándole el camino
nubes escondiéndole horizontes
un más allá imponiéndole su guiño
Siempre querrá
corresponder a la llamada
de algún astro lejano
querrá montar en pelo algún cometa
plantar en Marte un árbol
o alzar un palacete de cristal en la Luna
Todo aquello que llene sin colmarlo
el espacio sin límites
entre su rostro y la última galaxia
entre su corazón y el Universo

Entre el dolor y la protesta
entre los dedos y el calor del ala
entre piel y piel de los amantes
Todo aquello que llena sin colmarla
la distancia
entre su alma y su cuerpo
………………………………………
… Ser libre es solamente
poder soñar aquello que no tienes

• De la Llama y la Arena

QUISO EL TIEMPO

Quiso el tiempo mirarse en un espejo
y se puso mis ojos
Quiso tener reloj para sus sueños
y se vistió
mi cuerpo
Quiso dar un nombre a su cosecha
y me dio voz y acento

Y fui tiempo vestido de mujer:
hipotecado tiempo
que termina
mirando al tiempo que no tiene término.

… Me dio el amor
para seguir mirándome
sin mí
en otros espejos

OFICIO DE MUJER

Oficio de mujer.
Juego a escondite:
en donde estoy nunca vio nadie nada.
Oficio de mujer.
Espigadora
de campos bajo un sol que pronto acaba.
Custodia de los cántaros.
Avivo los rescoldos en la dura mañana,
aliso los pañales como pétalos
y reenciendo las lámparas.

Oficio de mujer.
Puente entre muertes.
Rosal despetalado con cada alba.

Oficio de mujer.
Manos moviéndose
sin pausa
como hojas
que se retratan arañando el cielo
para caer al suelo y ser pisadas.
Manos sin pausa y sin descanso
sellando itinerarios, tibios mapas.
En el vientre un camino.
En la mirada
tremolando al viento el cartel roto
de huérfana posada.

 

 

“Esta escritora de primer orden, como la califica Augusto Roa Bastos, ha preferido quedarse a trabajar en su humilde retiro paraguayo, «porque su vocación y su fe, su amor por esta tierra de su destino, son más fuertes que toda efímera ambición». Así, sola o con amigos, jamás ha descansado un momento en su lucha por elevar la cultura paraguaya a un nivel que la haga trascender de su aislamiento. Por ello, y tras más de medio siglo de su incorporación a la vida nacional, Josefina Plá es considerada «una figura prócer del arte y de la cultura paraguaya».”

Extraído del prólogo (p. 12) de Latido y tortura. Selección poética de Josefina Plá, Ángeles Mateo del Pino, Cabildo Insular de Fuerteventura, 1995.

 

 

 

Ángeles Mateo del Pino, autora de varios libros de recopilación y análisis de la obra de Josefina Plá, habla sobre la condición femenina en el universo literario de la autora:
“De esta manera, las mujeres pueblan el espacio literario de Josefina Plá, convirtiéndose así, la mayoría de las veces, en las grandes protagonistas, pero sin dejar de ser mujeres de carne y hueso, pertenecientes a esa «especie de las mujeres heroicas y pobres, madre y padre de sus hijos —tan pobres, que ni siquiera sueños tuvieron— ellas son sin embargo, la misma arcilla y soplo de las que reconstruyeron la patria, y pagan el rescate de las que ayudaron a mantenerla en pie». Otras veces, se aleja de la perspectiva actual para mirar con ojos históricos a las mujeres hispanas llegadas a estos trópicos o bien, a aquellas anónimas mujeres indígenas que dieron lugar a una cultura mestiza, tan importante en la sociedad paraguaya. De tal modo, utiliza la historia para entender la situación femenina y. por consiguiente, indagar en su propia condición de mujer: «esta historia es la historia de la artista que entra en la caverna de su propia mente y encuentra las hojas sueltas, no sólo de su poder, sino también de la tradición que haya podido generar ese poder».
La mujer, el amor, el dolor, la muerte y el anhelo imposible son temas que acompañan eternamente su poesía, de ahí que Augusto Roa Bastos la haya calificado de monotonal, fiel a la obsesión que la domina. Josefina Plá pertenece a esa familia de poesía femenina rica en personalidades de primer orden como Delmira Agustini, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbourou o la voz del premio Nobel chileno, Gabriela Mistral. Poesía posmodernista y contemporánea, a pesar de que algunos, como Jacques Joset, prefieren calificarla «a falta de otra cosa mejor de sentimental y de populista».”
Latido y tortura. Selección poética de Josefina Plá, Ángeles Mateo del Pino, Cabildo Insular de Fuerteventura, 1995.

 

 

MATEO DEL PINO, A. (1995). Latido y tortura. Selección poética de Josefina Plá. Cabildo de Fuerteventura.
http://mdc.ulpgc.es/cgi-bin/showfile.exe?CISOROOT=/MDC&CISOPTR=82568&filename=120012.pdf

PÉREZ LÓPEZ, A. y CALBARRO, L. “Josefina Plá. Un esbozo de bibliografía”. Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes
http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/josefina-pl—un-esbozo-de-bibliografa-0/html/ffe52f62-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.html

PLÁ, J. (2002). Los animales blancos y otros cuentos. Edición, introducción, notas y bibliografía de Ángeles Mateo del Pino. Santiago de Chile: Editorial LOM.
http://mdc.ulpgc.es/cgi-bin/showfile.exe?CISOROOT=/MDC&CISOPTR=85603&filename=123047.pdf

PLÁ, J. (2002). Sueños para contar, cuentos para soñar. Selección, introducción y bibliografía de Ángeles Mateo del Pino. Cabildo Insular de Fuerteventura.
http://mdc.ulpgc.es/cgi-bin/showfile.exe?CISOROOT=/MDC&CISOPTR=85604&filename=123048.pdf

PLÁ, J. (2003). El verde dios desnudo. Poesía. Cabildo de Fuerteventura.
http://mdc.ulpgc.es/cgi-bin/showfile.exe?CISOROOT=/MDC&CISOPTR=85605&filename=123049.pdf

Josefina Plá: Palabra y Vida. Documental que incluye una entrevista a la poeta.

VV.AA. (2003). Poesía y prosa, Josefina Plá. Canarias: Instituto Canario de la Mujer: Ediciones Idea, Colección Volcado Silencio.

 

 

POEMARIOS Y ANTOLOGÍAS

El precio de los sueños, Asunción: El Liberal, 1934.
Rapsodia de Eurídice y Orfeo, Asunción: Municipalidad de Asunción, 1949.
La raíz y la aurora, Asunción: Diálogo, 1960.
Rostros en el agua, Asunción: Diálogo, 1963.
Invención de la muerte, prólogo de Roberto Juarroz, ilustraciones de Olga Blinder, Asunción: Diálogo, 1965.
Satélites oscuros, Asunción: Diálogo, 1966.
El polvo enamorado, prólogo de José Ramón Heredia, Asunción: Diálogo, 1968.
Desnudo día, prólogo de Francisco Pérez-Maricevich, Asunción: Diálogo, 1968.
Luz negra, Asunción: Pliegos sueltos de Poesía «Signos», 1975.
Antología poética, 1927-1977, prólogo de Francisco Pérez-Maricevich, ilustraciones de Joel Filártiga, Asunción: Cabildo, 1977.
Follaje del tiempo, Asunción: Napa, 1981.
Tiempo y tiniebla, Asunción: Alcándara, 1982.
Cambiar sueños por sombras, Asunción: Alcándara, 1984.
Los treinta mil ausentes: elegía a los caídos del Chaco, prólogo de Hugo Rodríguez-Alcalá, ilustración de Carlos Colombino, Asunción: Arte Nuevo, 1985.
La nave del olvido, poemas (1948-1983), prólogo de Augusto Roa Bastos, Palma de Mallorca: Luis Ripoll, 1985.
La llama y la arena, prólogo de Hugo Rodríguez-Alcalá, Asunción: Alcándara, 1987.
Poesía paraguaya. Josefina Plá, introducción, selección y notas de Ramón Atilio Bordoli Dolci, Montevideo: La Casa del Estudiante, 1989.
Canto y cuento, introducción y antología de Ramón Atilio Bordoli Dolci, Montevideo: Arca, 1993.
Latido y tortura. Selección poética, selección, introducción y notas de Ángeles Mateo del Pino, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1995.
Poesías completas, prólogo de Augusto Roa Bastos, edición, nota preliminar y bibliografía de Miguel Ángel Fernández, Asunción: El Lector, 1996; edición electrónica parcial, Alicante: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, s. f., http://www.cervantesvirtual.com/.
Trinta e três poemas (antología bilingüe), introducción, selección y traducción de Alfredo Fressia, Lisboa: Fluviais, 2002.
El verde dios desnudo. Poesía. XIV Feria del Libro. Fuerteventura 2003, selección e introducción de Ángeles Mateo del Pino, ilustraciones de Loren Castañeyra, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 2003.

NARRATIVA
Libros de cuentos
La mano en la tierra, Asunción: Alcor, 1963.
El espejo y el canasto, prólogo de Francisco Pérez-Maricevich, segunda edición, Asunción: Napa, 1981.
La pierna de Severina, pórtico de José Luis Appleyard, Asunción: El Lector, 1983.
Maravillas de unas villas, Asunción: Edición de la Casa de la Cultura, 1988.
La muralla robada, Asunción: Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, 1989.
Canto y cuento, introducción y antología de Ramón Atilio Bordoli Dolci, Montevideo: Arca, 1993.
Las gorduras de Villaflacos, ilustraciones de Carla C. Rivera Solano López, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1995.
Los olvidos de Villaolvidos, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1996.
Cuentos completos, edición, introducción y bibliografía de Miguel Ángel Fernández, Asunción: El Lector, 1996; segunda edición, 2000.
Los pensamientos de Villapienso, ilustraciones de Sydya Eugenia Núñez Martino, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1997.
El gigante invisible, ilustraciones de Solrac (Carlos Calderón Yruegas), Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1997.
Las maravillas de Ciudadlacustre, ilustraciones de María José Angulo Sarubbi, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1997.
Cuatro burros y cuatro coles, ilustraciones de Toño Patallo, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1997.
El gato, ilustraciones de M.ª Isabel Almeida García, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1999.
La mariposa, ilustraciones de M.ª Isabel Almeida García, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1999.
La cucaracha, ilustraciones de Daniel de Lobos, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 1999.
Sueños para contar. Cuentos para soñar. Antología, selección, introducción y bibliografía de Ángeles Mateo del Pino, Puerto del Rosario: Cabildo Insular de Fuerteventura, 2000.
Los animales blancos y otros cuentos, prefacio de Augusto Roa Bastos, edición, introducción, notas y bibliografía de Ángeles Mateo del Pino, Santiago de Chile: LOM, 2002.
Calendario de desengaños. Cuentos, selección, introducción y glosario de términos de Ángeles Mateo del Pino, Santiago de Chile: LOM, 2003.

Novela
Con Ángel Pérez Pardella: Alguien muere en San Onofre de Cuarumí, Asunción: Zenda, 1984.

Teatro
Con Roque Centurión Miranda: Aquí no ha pasado nada, Asunción: Imprenta Nacional, 1945.
Alcestes, Asunción: Colegio Nacional de Niñas, 1973.
Fiesta en el río, presentación de Laureano Pelayo García, Asunción: Siglo XXI, 1977.
Teatro escogido, v. 1, introducción, recopilación y edición de Jorge Aiguadé, Asunción: El Lector, 1996.

Literatura Canaria (LCA)

2º Bachillerato

Josefina Plá SA

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