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Cesarina Bento

Texto: José Miguel Perera Santana

(1844-1910)

… el mar calmó mis dolores
con la brisa de ternura
que tiene toda hermosura
para templar los rencores.

 

 

Cesarina Bento nació en Agulo (La Gomera) a comienzos de 1844 en el seno de un núcleo familiar acomodado que se marchó a Cuba cuando era una niña. Allí permanecería casi una década e iba a recibir las enseñanzas del ilustre educador José Cipriano de la Luz Caballero. En 1863 la familia Bento regresa para instalarse de nuevo en el enclave norteño gomero, donde nuestra protagonista se casaría en 1870 con un primo suyo: el poderoso y conocido político local Leoncio Bento, con el que tuvo varias hijas. La poeta morirá en 1910 en el mismo lugar de nacimiento.
Empezó a escribir desde muy joven un cuaderno íntimo en el que se pueden leer textos de diverso tipo. Entre ellos se encuentra la mayoría de los poemas de Cesarina Bento que hoy conocemos, frutos sobre todo de su periodo juvenil, previo al matrimonio (es probable que su casamiento le hubiera forzado a dejar de escribir, lo que también sucede a otras líricas insulares coetáneas como Victoria Ventoso). La escritura de Bento presenta un estilo de corte evidentemente romántico, cercano al romanticismo hispánico, especialmente a la figura de Gertrudis Gómez de Avellaneda. Se muestran algunos elementos insulares (cubanos y canarios) en diversos modos estróficos, y siempre regados de sentimiento religioso. Su lírica algo catastrofista está invadida por un particular sentimiento de culpa, del que es un claro ejemplo su poema más conocido: “El asesino condenado a muerte”. La artista siente una notoria inclinación hacia los sujetos indefensos (su madre enferma, el condenado, la enamorada desdichada…): digamos que practica un romanticismo intimista que –por identificación o proyección personal– se une a una cierta crítica social.
Cesarina Bento Montesino es una de las primeras mujeres creadoras de la poesía canaria. Además, se trata no solo de quien inaugura la escritura hecha por mujeres en La Gomera, sino incluso de la firma primera, con nombre propio, del arte literario gestado desde esta realidad insular concreta.

No parece que su dedicación fuera otra diferente a la de la mayoría de las mujeres de la época, o sea, la de ser mujer de su casa; incluso formando parte de una familia con evidentes recursos económicos que le daría la posibilidad de formarse. Por lo que se sabe hasta ahora, todo indica esto que decimos, especialmente a partir del instante en que se casa con el potentado Leoncio Bento. No sería raro interpretar, en este sentido, que en la intimidad tuviera cierto poder de decisión sobre las actividades de su marido, más que nada si pensamos en lo que conocemos de su cosmovisión vital a través de la escritura realizada antes de casarse, donde ciertas ideas políticas liberales y republicanas no le eran ajenas (como se refleja en el poema “¡Libertad!”).

 

 

 

En la poca obra que se preserva de esta gomera tiene continuada presencia un aire dramático que, por momentos –y entre otros factores personales–, parece estar relacionado en buena medida con su condición de mujer. Creemos precisamente que este motivo propicie que alguno de sus versos se llene de una tonalidad crítica ante la condición de la mujer en la sociedad decimonónica, tradicional y machista, en que vivió; más que nada en lo que respecta al injusto rol que ha de jugar dentro de las relaciones humanas, especialmente las amorosas. Lo que interpretamos se puede palpar de modo explícito en un fragmento de una de sus estrofas conservadas, con un evidente grito contenido:

Hoy me encuentro ya curada
que al fin triunfó la razón,
existen hombres menguados
que engañan a una mujer
tan solo por el placer
de mirarse… despreciados.
Cuán desgraciada es la vida
de la infeliz mujer
condenada a padecer,
siempre de dolor henchida.
De amargura está nutrida
su alma, y en su dolor
pierde la fe en el amor
y no cree en la amistad.

 

 

II.
¡Ay! ¿Por qué tiembla la mano mía,
y amargo llanto mi rostro inunda?
¿Por qué se turba mi dulce calma
y el pecho siente pena profunda?
De nuevo impía la muerte dura
sabia cabeza troncha furiosa
por siempre oculta en tumba fría
la luz brillante de Cuba hermosa.
Ha muerto el sabio y noble maestro.
Luz Caballero no existe ya.
Llorad cubanos, llorad discípulos,
al que en la tumba dormido está.

Justo es el llanto que se derrama,
la que sentimos es justa pena
porque es muy justo llorar al sabio,
y, más que todo, al alma buena.
Su cuerpo ha muerto pero su nombre
en cada pecho se halla grabado
y en tanto exista mi alma noble
repetiralo entusiasmado.
En sus acciones y en sus obras
y en el pecho de los cubanos
Luz Caballero vivirá siempre
siendo modelo del linaje humano.

Pero, no obstante, que allá en la gloria
la paz y dicha goza su alma
y el ser justo su virtud premia
dando a su frente divina palma.
Llorad debemos porque se ha ido
y su voz nunca se oirá.
Llorad cubanos, llorad discípulos
y mundo todo, llorad, llorad.

III.
Ahíta de sufrir el alma mía
ya no tendrá bonanza
lidiará en tempestad negra y sombría.
Que no tiene esperanza
llena de pena y de dolor, el alma,
a Ti, Señor, alcé.
Dale a mi pecho la perdida calma.
Dame esperanza y fe.
Mil tormentos
padeciendo,
voy muriendo
de dolor.
Adiós, mundo
de amargura,
tu hermosura
me da horror.
¡Ay!, nada el mundo cruel
brinda a la amargura mía.
Siempre, de noche o de día,
en mi copa solo hay hiel.
No tiene la flor aroma,
ni melodía el aire,
ni la palmera donaire,
ni encantos el ruiseñor.
Cuando el corazón suspira
por la ausencia del que adoras
como el mío que hoy llora
el entierro de un amor.
¡Yo sabré amar!, y de mi triste vida
sentada en la ribera
yo lloraré la ilusión perdida,
la calma pasajera.
Yo sabré amar y de mi triste historia
la lastimera huella
quedará como rastro en mi memoria
de moribunda estrella.
Lejos de mí la fiesta de este mundo
que osado y maldiciente
la marca del dolor largo y profundo
buscaría en mi frente.
Yo lloraré en silencio, solitaria,
y en mi postrera hora
no podré descifrar en mi plegaria
la razón del que llora.

Hoy me encuentro ya curada
que al fin triunfó la razón,
existen hombres menguados
que engañan a una mujer
tan solo por el placer
de mirarse… despreciados.
Cuán desgraciada es la vida
de la infeliz mujer
condenada a padecer,
siempre de dolor henchida.
De amargura está nutrida
su alma, y en su dolor
pierde la fe en el amor
y no cree en la amistad.
¡Oh, dame fe, por piedad!
¡Dame esperanza, Señor!

V.
Tú, Divino Señor, que hijo fuiste,
comprende el dolor que experimento
mirando padecer dolor cruento
a la madre amorosa que me diste.

En todas partes tu bondad existe
y tu poder doquier siento,
ya que puedes, Señor, calmar tormento
que padece mi madre que está triste.

Devuélvele, Jesús, la salud hermosa,
te lo ruega una hija dolorida
en nombre de tu madre cariñosa

que las penas contempla dolorida.
Todo lo puede tu bondad sublime.
Calma, Señor, la pena que la oprime.

VI
EL ASESINO CONDENADO A MUERTE
– ¡Oh! Dios omnipotente
que esparces desde el Cielo
vívidos rayos de brillante lumbre
envueltos con el manto del consuelo:
¡piedad el asesino
te implora acá en la tierra,
que solo en su camino
crueldad le brinda, y destrucción y guerra!
En la frágil barquilla de la vida
do todos navegamos,
incautos viendo que el placer convida,
al gustarlo, Señor, ¡ay!, ¡zozobramos!
¡Maldito mundo de pesares lleno,
ya mi alma conmovida
de ti se aleja y de tu inmundo cieno!
Ya triste, arrepentida,
inocente quizás, busca, ¡oh, Dios mío!,
a tu lado un asiento… ¡Ay! ¡Desvarío!
Loco delirio que a mi mente engaña
será sin duda, ¡más que digo…! Acaso
en el jardín que con sus ondas baña
la fuente de pureza
que del diáfano oriente hasta el ocaso,
mostrando su belleza,
va sin cesar con gracia y gentileza,
¿no será ilusión todo, todo incierto?
¿Habrá un paisaje que no sea un delirio?
¿Algo habrá de real? ¡Sí, lo hay! ¡Es cierto!
¡Que es solo la crueldad, solo el martirio!
Míralo en mí, Señor, la impía suerte
va a romper la cadena
que me ata al mundo
y lanzarme al abismo de la muerte.
¡Más que digo! Si mi alma se enajena
del gozo el más profundo
porque esta ofrenda, ¡oh, Dios!, me lleva a verte.

Confieso, pues… ¿más que veo?
Rostro pálido, angustiado,
en roja sangre bañado
viene acercándose a mí.
¡Es ella! ¡La muerte fiera
en su frente trae el sello!
Desmelenado el cabello…
Con la aguileña nariz…
Ojo hundido… negra ceja…
El semblante macilento…
Confuso andar… paso lento…
Manto amarillo y punzó…
Cara larga… cuerpo enjunto…
¡Es ella! Sí… Trae no en vano
la cruz en la izquierda mano
y en la derecha una hoz.

¿Y no tiemblas,
pueblo impío,
que la miras
al llegar?
– Al contrario…
¡Desvarío!
Si yo vengo
aquí a gozar.
Sacerdote,
ni verdugo,
ni cadalso
me aterró:
muere luego,
tal te plugo
-así gritan
sin dolor-.
Y un puro recogido
de todos se apodera
y el pueblo solo espera
que bese el crucifijo
para verme ya morir.
Y yo que entre mil penas
al pueblo veo que ansía
beber mi sangre fría,
helada ya en mis venas,
así torno a decir:
¡concédeme, Dios mío, una mirada
que aqueste mundo para mí es la nada!

VII
Que allá en el fondo de mi mente ardía,
y era a mi patria regresar un día
y allí, bajo su cielo transparente,
a la sombra del haya y los viñátigos
alejados del mundo inconsecuente
do solo se hallan ya seres apáticos,
vivir unidos por amor ardiente
y sin oír discursos enigmáticos,
que aún dura allí la semilla primera,
se puede ser feliz en La Gomera.

VIII
En la cumbre de un peñón
que bate el mar con sus olas,
me senté, dejando, a solas,
vagar la imaginación.
Una cruz, sin inscripción,
me conmovió sin hablar,
sobre el peñón, hecho altar.
La cruz me pidió un sufragio
y en recuerdo de un naufragio
recé, maldiciendo al mar.
En confusión transitoria
vi, por las aguas cubiertos,
despojos de muchos muertos
que viven en mi memoria;
pero, al repasar mi historia
de tan siniestros horrores,
el mar calmó mis dolores
con la brisa de ternura
que tiene toda hermosura
para templar los rencores.

¡LIBERTAD!

Vuela sin tregua, brisa vagarosa,
y a los confines de la patria mía,
sobre tus alas lleva la alegría
que ora impera en el alma generosa:

¡triunfó la Libertad! Y temerosa
la hueste sanguinaria, horrible, impía,
se asombra de su propia tiranía
y huye cobarde, trémula y llorosa.

Tiende tu mano, Libertad augusta,
esparciendo el perdón y la esperanza;
y el pueblo libre, al adorarte justa,

mire lucir auroras de bonanza,
quedando solo de su antigua pena
lo que es gota de agua sobre arena.

Cesarina Bento
Octubre 11 de 1868

 

 

 

. Hija de la isla de La Gomera fue Cesarina Bento Montesino (…). Un fondo de amarga tristeza desgarra sus versos. Poetisa predilecta de Cesarina Bento fue Gertrudis Gómez de Avellaneda. Escribió un libro íntimo, especie de breviario lírico comenzado a los 13 años (…). Este libro viene a ser como un desahogo lírico de su espíritu ensombrecido (…) (Sebastián Padrón Acosta, “Las poetisas isleñas”).

. La obra poética de Cesarina Bento, citada en su conjunto con frecuencia por los estudiosos de la literatura canaria, permanece oculta. Gran parte de ella se ha perdido. El resto ha sido injustamente olvidado. En realidad, tan solo el largo poema “El asesino condenado a muerte”, publicado por Elías Mujica García en Poetas canarios. Colección de escogidas poesías de autores que han florecido en estas islas en el presente siglo (Santa Cruz de Tenerife, 1878), se encuentra al alcance de los lectores interesados en nuestros poetas románticos (J. A. Cebrián Latasa y C. Gaviño de Franchy, “Cesarino Bento Montesino”).

.

 

– “Cesarina Bento Montesino”, C. Gaviño de Franchy y J. A. Cebrián Latasa, Gaviño de Franchy Editores, 8 de junio de 2011:
http://lopedeclavijo.blogspot.com.es/2011/06/cesarina-bento-montesino-por-jose.html

– Rastro de ceniza, Cesarina Bento, Ediciones Idea, Colección Voces de La Gomera, Islas Canarias, 2004.

– Coro femenino de Poesía Canaria, antología de textos hecha por Eugenio Padorno, Gobierno de Canarias, 2006.

– “Cesarina Bento Montesino”, J. Rodríguez Padrón, Diccionario de la Literatura en Canarias, revista BienMeSabe.org, 5 de junio de 2013:
https://www.bienmesabe.org/noticia/2013/Junio/bento-montesinos-cesarina-1844-1910

– Las poetisas canarias (siglos XVIII, XIX y XX), Sebastián Padrón Acosta, IEHCan, Biblioteca Sebastián Padrón Acosta. Estudio introductorio y edición de José Miguel Perera. 2017.

– Video sobre la autora realizado por Pedro de Agulo (www.pedrodeagulo.com):
https://vimeo.com/75858740

 

 

 

Como la mayoría de las mujeres escritoras canarias anteriores al siglo XX (excepción es Victorina Bridoux Mazzini), Cesarina Bento nunca publicó un libro, a pesar de que en su diario testimonia que ha escrito varios en su estancia cubana. Lo que se conserva es parte de un escueto cuaderno personal (Libro de Escanari Toben y Nontisemo, título que oculta su nombre) del que dio noticia en los años 30 del siglo XX Sebastián Padrón Acosta, el historiador y crítico literario canario que estudió por primera vez en conjunto a las mujeres poetas insulares anteriores a la Guerra Civil. A los textos aludidos (recogidos en 2004 en un librito titulado Rastros de ceniza) podemos sumar algunos otros dados a conocer en la prensa de finales del siglo XIX.

Lengua Castellana y Literatura (LCL) e Historia y Geografía de Canarias (HOF)

4º eso

  Recursos de la SA

Isabel Medina

Texto: Ana Belén Hormiga Amador

1943

“Quiero estar viva cuando que me muera”

 

 

 

Isabel Medina es una poeta, narradora y dramaturga natural de Hermigua, La Gomera.
Cuando tenía tres años, su familia se trasladó a Tenerife. Por eso, Isabel Medina pasó su niñez en Güímar. En este lugar creció mientras se acercaba a la literatura para descubrir a los grandes maestros de todos los tiempos: Dante, Dostoievski, Shakespeare, Cervantes… Su lectura le proporcionó grandes momentos, pero también provocó que rompiera los cuentos que hasta ese momento había hecho y no volviera a escribir. La futura artista se desanimó pensando que no podría aportar nada nuevo a la literatura, porque ya todo estaba escrito.
Más tarde, Isabel Medina estudió Magisterio y ejerció durante varias décadas en colegios de La Gomera, Charco del Pino, San Isidro y Granadilla. Gracias a eso, se dio cuenta de que apenas existían cuentos canarios para su biblioteca escolar, así que decidió escribirlos ella misma. De esta manera nació una de las escritoras más prolíficas de Canarias. Pronto vería la luz su literatura para personas adultas. También poemas que han musicalizado Taburiente, su hija Marisa Delgado Medina, Verode o Taller Canario de la Canción; libretos para óperas y un sinfín de creaciones en las que resulta tangible su formación artística y cultural. Precisamente por ello, fue candidata por votación popular al premio Canarias de Literatura en 2015 y en su pueblo, Hermigua, hay una calle que lleva su nombre.
Isabel Medina es una escritora comprometida con la igualdad y la defensa de los derechos de la humanidad. En sus obras pueden percibirse estos ideales. Además, lleva años participando en diferentes eventos culturales tanto en Canarias, como en la Península, Cuba, Sudamérica o Nueva York, donde fue invitada a la 8 Feria del Libro Hispano/Latino, en octubre de 2014.

Recientemente Isabel Medina ha tenido que enfrentarse a un gran reto: afrontar un grave problema de visión. A pesar de esto, la autora no ha dejado de escribir y está a punto de comenzar una nueva novela.
Isabel Medina es una persona muy activa que emplea parte de su tiempo en participar en diferentes tipos de actos culturales y artísticos: recitales, presentaciones de libros, elaboración de prólogos…

 

 

Disfrutemos de un fragmento de una de sus novelas:

La hija de abril

Te asombras, tú que no lo has vivido, pero es así: de pronto se te derrumba el edificio, y entonces no tienes más remedio que revolver en tus propios escombros, y desde esa profundidad visceral y confusa, bucear en busca de luz, de un poquito de luz, que pedir más es demasiado.

Disfrutemos leyendo algunos de sus poemas:
Siempre nos quedará París
De Los ojos de la lluvia

Lloviznaba dulcemente sobre Orly
cuando el avión aterrizó sin estridencias.
Un otoño suave acariciaba
la piel de la ciudad y tú acariciabas mis manos
mientras me mirabas
como si fuese la última vez que el mundo
daba vueltas sobre sí mismo.
Las hojas de los árboles amarilleaban el suelo
después de que la brisa besara tu rostro
y las manos del tiempo rodearan mi cintura
y acariciaran tu pelo sin importarles nada
la seriedad de monasterio que tenía la Gioconda,
envidiosa, seguramente, de tanto amor desmesurado
de tanta risa a deshora y de tantas canciones en francés.
A ti te sorprendió, lo recuerdo,
el inesperado concierto que nos regaló Cortazar
en la última esquina de los Campos Elíseos.
Sabíamos que Julio se había quedado
una eternidad entre París y tú.
Nos hizo gracia que el Sena estuviese
harto de tanta desmesura a flor de agua
de tanto beso apresurado deleitado degustado
por los amantes anónimos o reconocidos
o maltrechos que bajo los puentes del río
levantaban las faldas a la noche
y hacían el amor en sus orillas.
Siempre nos quedará París, dijiste,
como en la vieja película.
Siempre nos quedará París, te dije,
mientras me ovillaba a tu cuerpo
y el Árbol de los Suspiros recogía anhelante
el último beso de la noche.
Qué maravilla, qué maravilla…
es una lástima que nunca hayamos estado en París.

La especie

De Los ojos de la lluvia
Nacemos desnudos y frágiles
y a pesar de nuestra innegable soberbia
somos el animal más desvalido
del planeta.

Tardamos siglos en bajar de los árboles
abrir un hueco a la semilla
caminar erguidos
o mirar de tú a tú al otro que nos mira.

Pergeñar una caricia
amamantar un deseo más allá del
instinto primigenio fue un avance
que conmovió a los leños de la hoguera.

Regalar un suspiro al viento
de la tarde
o acariciar con la mirada
seguramente hizo cambiar el curso de los ríos.

Hoy como ayer
como antes de que midiéramos el tiempo
el amor nos desnuda frágiles
e indefensos.

Tengo miedo de que me pueda caer
del abismo de tus manos
Yo, tan desnuda, amor, tan indefensa
como el primer día.

 

 

– La filóloga Covadonga García Fierro realizó un estudio sobre el poemario Los ojos de la lluvia. En él afirmaba:

En sus poemas, la autora introduce numerosas referencias artísticas y culturales… que, como en el poemario anterior, han marcado la vida de Isabel… Isabel Medina cultiva una escritura directa, cuya sencillez formal alimenta el disparo certero de cada verso… Un conjunto de imágenes muy bien construidas verbalmente, y portadoras de una gran belleza… Sin duda, se trata de imágenes poéticas reveladoras de una enorme sensibilidad. La sensación que le queda al lector después de leer Los ojos de la lluvia es de absoluta satisfacción. Isabel Medina ahonda en temas universales como el amor, el paso del tiempo, el recuerdo, el origen del cosmos o el misterio del destino. Y es especialmente interesante el punto de vista que asume la autora para hablar sobre el rol que históricamente se ha identificado con la mujer y con lo «femenino». Isabel Medina construye con palabras un mundo poético de imágenes llenas de narratividad. Un poemario redondo, cuya progresión temática invita a ir de un texto al siguiente; y al que identificamos, enseguida, con la ya inconfundible voz de su autora.

-La historiadora Sandra Ferrer publicó en su blog en 2016 una reseña sobre la novela Olympe de Gouges. La libertad por bandera:

Escrito por la poeta, narradora y dramaturga canaria, Isabel Medina, la novela sobre Olympe de Gouges es una historia preciosa, muy bien documentada. Una manera muy amena y entretenida de conocer la historia más personal de esta feminista de la Revolución Francesa. Olympe de Gouges. La libertad por bandera es una novela histórica muy recomendable.
-El escritor Tomás M. Galán escribe sobre la novela Olympe de Gouges, (Nueva York, 2016)
Oh, Dios, qué bello fragmento, pasaje. Desde que te conocí, que leí aquel libro de tu autoría, Isabel Medina, sentí el proceso de rendición del lector frente al texto. Voy a resumir el efecto de este bocadillo literario: sensacional. Me recuerdas que no es solo la pasión y vocación, es visión y búsqueda de la verdad para compartirla. Gracias. Solo tengo que adquirir tu novela y darle gracias a la vida por saber que vives. Las mujeres y los demás seres libres me están transformando.

-El catedrático y escritor Justo Sotelo, publicó en Facebook en 2017 este comentario sobre su encuentro con Isabel Medina:

Una de las mejores escritoras canarias y, por tanto, españolas… Sus ganas de vivir, de escribir, de seguir siendo feliz… Hablamos de lo difícil que es escribir bien o, dicho de otra forma, de lo complicado que es ser “escritor” de verdad, con ese misterio inefable que te acompaña a todas partes, incluso en lo más cotidiano de la vida. En su opinión la literatura no tiene que basarse en la “catarsis” personal del que escribe, sino nacer del conocimiento y la objetividad, y a ser posible de la felicidad. Esa es la mejor manera de acercarse a la belleza y a la idea de lo universal. Vivimos tiempos excesivamente relativistas, asegura, que pronto pasarán de moda. Y solo quedarán las obras intemporales y técnicamente buenas.
De vez en cuando me gusta tomarme un café con escritores de verdad.

 

 

 

Isabel Medina es una autora que apuesta por la igualdad y trata de fomentarla a través de sus escritos.

  • Un ejemplo claro lo constituye este poema infantil en el que se aborda la corresponsabilidad en el hogar:

El enfado de Sara
De La princesa vagabunda

Un día por la mañana,
era lunes, me parece,
cuando Sara, arrebolada,
llegó a clase disgustada.

“¿Qué te pasa, Sarita?”,
preguntó la señorita
Pepi, ya se sabe,
la profe de Naturales.

“Es que estoy muy disgustada
-dijo Sara arrebolada-.
Me he enfadado con mi madre
por algo muy importante”.

……….

“Es que mi madre me dice
que antes de venir a clase
tengo que hacer de antemano
la habitación de mi hermano”.

Sara, y no era antojo,
Tenía enfado en los ojos.

“Y mi hermano es mayor,
ya le salen espinillas,
se pone pantalón largo,
se afeita con maquinilla”.
…….

“¿Pues…sabes lo que te digo?
-dijo Pepi, disgustada”.
Que si tu hermano pretende
tener comida y criada,
una novia que lo quiera
y no dar un palo al agua,
dile, te lo digo yo,
que no sea un dinosaurio,
que se meta en la cocina,
en la ropa y en su cuarto.
Que las mujeres criadas
hace ya tiempo que están
trabajando y estudiando
hasta en la universidad”.

Y Sara, y no era antojo,
No tuvo enfado en los ojos.

  • En 2016 vio la luz el libro en español Olympe de Gouges: La libertad por bandera (previamente se había publicado en francés).
    Isabel Medina crea en esta obra una biografía histórica novelada centrándose en la mujer que redactó la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. Olympe se considera la precursora del feminismo. La autora rescata el personaje para hacer un recorrido por la revolución francesa.
    En la revista Mundo Crítico. Literaria y de Pensamiento Crítico apareció en 2016 esta reseña en la que se explica la mirada con “gafas violetas” de la autora:
    Cuando uno estudia o lee acerca de la revolución francesa no se da cuenta de hasta qué punto lo que está aprendiendo es una historia de hombres… contada por hombres. Por eso una novela como la que ha escrito Isabel Medina y que publica Izana editores ya es, de partida, meritoria: porque ayuda a poner el foco sobre una mujer que también fue protagonista de uno de los momentos de cambios más importantes de Europa.
    El siguiente fragmento pertenece la novela. En él, encontramos a Olympe de Gouges que espera dentro del calabozo a que la ejecuten en la guillotina.
    Llovía. Llovía insistentemente sobre París. El manto negro del cielo se preñó de millones de lágrimas que caían voluptuosas desde el techo del mundo, a sabiendas de que los ojos del mundo se habían clavado como punchas de fuego en la Francia revolucionaria.
    Era el día 2 de noviembre de 1793 cuando Olympe de Gouges se dejó caer, como quien se desprende de un viejo vestido, en el jergón de una celda de la Conciergerie, su cárcel ya por poco tiempo. Por una rendija de luz humedecida brillaban los ojos de la guillotina. El silencio, después de tanto alboroto, chillaba en sus oídos decidido a dejarse oír. Ya no eran los gritos, ni los aplausos, ni los insultos, ni su deseo inconmensurable de hablar, explicar, decir… cuando ya todo estaba hablado, explicado, dicho… decidido. Era verdad que nada podía cambiar la historia que se había empantanado en un charco de sangre.
    Pero sus oídos levantaron la voz para recordarle la sentencia que, momentos antes, había leído uno de los miembros del tribunal que la había juzgado. Le hubiera gustado romperla como había roto un viejo borrador de su primera comedia, pero aquella sentencia, aunque era real, no podía tocarla, ni leerla, ni olerla… solo escucharla desde el ahogado grito de sus oídos que, aún tapándolos, se empeñaban en hablar:
    …Tribunal extraordinario, en París, según decreto de la Convención de 10 de marzo de 1793, año II de la República… el jurado ha deliberado que Marie Olympe de Gouges ha atentado contra la soberanía del pueblo en unos escritos de los que es autora… por lo que el jurado la condena a pena de muerte, que se deberá ejecutar en un plazo de veinticuatro horas… de conformidad… con el artículo… de la ley… 29 de marzo. Bienes confiscados por la República.
    … la verdad, que no tiene nada que ver con lo que esta farsa de tribunal ha dictado, tal vez porque la sentencia se había escrito mucho antes de que subiera a la tribuna; por eso no sirvió de nada que abriera mi corazón y se lo enseñara a los miembros del jurado y a toda aquella gente que se había reunido allí para verme, para ver a una mujer que había defendido su derecho a la palabra, su derecho a subir a la tribuna, a subir al cadalso si hiciera falta. Ellos jamás van a tolerar que una mujer indique el camino. Es un acto de soberbia imperdonable.
    Pero ella era Olympe de Gouges, feminista y republicana, la mujer que se atrevía a dar discursos, a escribir comedias, a dictar pasquines… La mujer de estado que había luchado por Francia como lo habían hecho pocos hombres; ella, Olympe de Gouges, tenía que saber lo que estaba pasando en el lugar más tenebroso del mundo. Y a ese lugar, precisamente allí, había llegado su pequeña hija Julie. Y no había duda de que era ella; Julie estaba a su lado y la llamaba, y la acariciaba, y el mundo entero se había oscurecido ante su presencia inconmensurable.
  • En el poema No quiero ser tu media naranja la autora desmonta uno de los grandes mitos del amor romántico: el de la media naranja. Al hacerlo, defiende que la mujer es un ser independiente, autosuficiente y completo.

No quiero ser tu media naranja
De Los ojos de la lluvia

SI ME QUIERES, amor, quiéreme entera
porque no voy a partir en dos
el mascarón de proa de mi barco
ni a buscar la mitad de mí en el arcano de tu cuerpo.
Despierto en la tierra de nadie
donde vive la melancolía y pongo en hora al sol
redondo como una fulgurante bola de fuego
para que te devuelva entera la mañana.
No busques
no quiero saber nada de tus secretas obsesiones
ni de las carencias que te han crecido en el calendario
de las horas
no me pidas a mí lo que te falta
porque no se escribe así el menú de nuestros besos.
Quiero que llegues a mí entero como una naranja
redondo como un pensamiento capaz como un deseo.
Y yo misma,
que no me atrevo a hacer el balance de mis deudas
ni a contabilizar la multitud  de mis carencias
te ofrezco mi ser entero como una naranja
redondo como un pensamiento capaz como un deseo.
Por eso, atrevida, saludo al sol cada mañana
lo pongo de despertador en la cabecera de tu cama
y me sumerjo desnuda en el río de sangre de tus venas
para llenar de flores el ojal de tu camisa
porque no quiero ser tu media naranja
si me quieres, amor, quiéreme entera.

  • La filóloga Covadonga García Fierro realizó un estudio en el que hablaba sobre el poema No soy hija de Eva. En él afirmaba:
    “El destino que cultural e históricamente se ha ido construyendo específicamente para la mujer. Y es que, a medida que avanzamos en la lectura, encontramos una crítica –a veces más sutil, otras veces más abierta y feroz– a ese empeño de distinguir entre el destino del hombre y el destino de la mujer, irremediablemente madre y, según el mensaje bíblico, pecadora que sucumbe a la tentación y trae los males a la Tierra”
    Disfrutemos leyéndolo:

No soy hija de Eva
De Los ojos de la lluvia

Ni me concibieron en lejanos paraísos.
Yo, mujer,
recuerdo aún el segundo cósmico
en que me puse en pie y miré de tú a tú
la casa sin techo de la noche.
[…]
Yo, mujer,
útero, pecho, barro donde los hombres
amasaron la forma.
Fuera del refugio de las cuevas
la multitud atravesó barrancos y desiertos
llegó descalza a las villas y ciudades
y subió sin permiso a los rascacielos del aire.
Y yo, mujer,
cargué con el pesado fardo de un burka
me arrastré por caminos de ignominia
y parí hijos cuando los falos en tormenta
violentaron mi carne y lapidaron mis sueños.
Y aprendí a olvidarme, a hacerme cosa
mientras los siglos parían revoluciones
que desviaban el curso de los ríos
y torturaban el color inocente de una rosa.
Tal vez ahora
que tu voz me llama por mi nombre
seré capaz de amar mientras se enciende al fin
la casa sin techo de la noche.

Escuchemos varias canciones infantiles creadas para promover la igualdad:
• En “La graja Maruja” aparece una graja que quiere ser arquitecta y lucha por alcanzar este sueño: https://www.youtube.com/watch?v=PC-7PZ5te68
• Track 6 del disco “Del Teide al Roque Nublo” de Marisa Delgado Medina. Letra: Isabel Medina, Música: Marisa Delgado. Editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria y el Cabildo de Tenerife. Grabado y mezclado en Estudios Manzana. Canarias 1991

 

 

-Consulta la web de Isabel Medina: http://www.isabelmedina.es/

-Disfruta con la escena del segundo acto de la ópera Olympe: https://www.youtube.com/watch?v=xWtmWmQ7AnI

-Escucha a Isabel Medina recitando el poema octavo del disco Antología de Isabel Medina en su propia voz, editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria en colaboración con el Cabildo Insular de Gran Canaria.
https://www.youtube.com/watch?v=7HUP5uXCun4&t=23s
– Escucha el poema 1 del disco Antología de Isabel Medina en su propia voz. Producido por el Centro de la Cultura Popular Canaria en colaboración con el Cabildo Insular de Gran Canaria. Fotografía José Torres. Grabado y mezclado en Estudios Manzana, Canarias 1991 https://www.youtube.com/watch?v=0jyCXdDFxss
Canciones:
-Escucha a Marisa Delgado Medina cantando “Adivina lo que es”. Letra: Isabel Medina, Música: Marisa Delgado Medina. https://www.youtube.com/watch?v=Iz0jS0iIMuc
-Escucha Track 8 del Libro-Disco “El Tesoro del pirata Cabeza Perro”. Letra: Isabel Medina, Música: Marisa Delgado Medina. Publicado por Anaya con la colaboración del Ayuntamiento de Güímar y el Área de Medio Ambiente y Paisaje del Cabildo de Tenerife. 1ª Edición Mayo 2007 https://www.youtube.com/watch?v=UAqQfccXoZk
-Escucha “La canción de la lluvia”. Track 11 del disco “Del Teide al Roque Nublo” de Marisa Delgado Medina. Letra: Isabel Medina, Música: Marisa Delgado Medina. Editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria y el Cabildo de Tenerife. Grabado y mezclado en Estudios Manzana. Canarias 1991 https://www.youtube.com/watch?v=c6_ekaY2ytw
-Escucha esta canción infantil “La nube y el sol” Track 10 del disco “Del Teide al Roque Nublo” de Marisa Delgado Medina, Letra: Isabel Medina, Música: Luis Morera. Editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria y el Cabildo de Tenerife. Grabado y mezclado en Estudios Manzana. Canarias 1991 https://www.youtube.com/watch?v=ZW88EG06Jec
-Escucha esta canción infantil: Track 3 del disco “Del Teide al Roque Nublo” de Marisa Delgado Medina. Letra: Isabel Medina. Música: Marisa Delgado Medina. Editado por el Centro de la Cultura Popular Canaria y el Cabildo de Tenerife, grabado y mezclado en estudios Manzana. Canarias 1991https://www.youtube.com/watch?v=TSPuyDS2cT4

 

 

 

La producción literaria de Isabel Medina es extensa. Ha escrito más de treinta obras pertenecientes a diferentes géneros y temáticas. Así, ha cultivado la novela, la poesía, teatro, el ensayo e incluso, tres libretos para óperas.
Novelas:
La hija de abril, Algaida, Anaya, 2003.
La libertad y tú, Ediciones Idea, 2008.
El secreto de Sofía, Ediciones Idea, 2010.
Los cuadernos de Marta (Volumen 1), Idea, 2010.
Los cuadernos de Marta (Volumen 2), Idea, 2011.
Olympe de Gouges, La liberté pour bannière, editorial L’Harmattan, 2015 (novela publicada en francés qe un año después se editará en español)
Olympe de Gouges La libertad por bandera, IZANA Editores, 2016.
Obra poética:
Gánigo de ausencia, Centro de la Cultura Popular Canaria, 1982.
Chácaras de silencio, Centro de la Cultura Popular Canaria, 1986.
Antología poética, Cabildo de Tenerife y Centro de la Cultura Popular Canaria, 1991.
Tara, poemas y canciones, Centro de la Cultura Popular Canaria, 1995.
Las sandalias de la Luna, col. Micromeria, editorial Idea, 2009.
Los ojos de la lluvia, Ediciones La Palma, 2016.
Ensayo:
Iniciación a la Literatura Canaria, Centro de la Cultura Popular Canaria, 1986.
Obras infantiles y juveniles (narrativa, poesía y teatro)
Cuentos Canarios para Niños I, Centro de la Cultura Popular Canaria, 1983.
La canción del Alisio, Cabildo de Tenerife y el Centro de la Cultura Popular Canaria, 1990.
Cuentos Canarios para Niños II, Cabildo de Tenerife y Centro de la Cultura Popular Canaria, 1991.
Teatro Canario para los más jóvenes, Cabildo de Tenerife y Centro de la Cultura Popular Canaria, 1992.
Cuentos Canarios para Niños III, 1994.
Viaje fantástico por las Islas Canarias, col. El Volcán, Anaya, 1996.
Alizulh. El mundo mágico de las leyendas canarias, col. El Volcán, Anaya, 2000.
Piel de Luna, col. El Volcán, Anaya, 1999.
De parte de don Quijote, col. El Volcán, Anaya, 2000.
El Corazón de la Montaña Roja, Área de Medio Ambiente de Tenerife y Centro de la Cultura Popular Canaria, 2003.
El misterio de la Montaña Roja, Cabildo de Tenerife, 2004.
Perdidos en la Montaña Roja, Cabildo de Tenerife, 2004.
La sirenita Mary Paz, col. El Volcán, Anaya, 2004.
La princesa vagabunda y otros poemas, col. El Volcán, Anaya, 2006.
El tesoro del pirata Cabeza Perro, Cabildo de Tenerife, editorial Anaya, 2007.
El guardián del malpaís, Cabildo de Tenerife, editorial Anaya, 2007.
El pirata Pata de Palo, CAM-PDS, 2008.
Granadilla y el Caballero Tiempo, Idea, 2009
El secreto de Sofía, Ediciones Idea, 2010.

Isabel Medina es la autora de los libretos de tres óperas, cuya música pertenece al compositor y académico don Francisco González Afonso:
• La leyenda de Guayota.
• Baralides.
• Olympe.

Lengua Castellana y Literatura (LCL)

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