REFLEXIÓN SOBRE LA AFECTIVIDAD

Mª Auxiliadora Hdez. Hdez., orientadora EOEP Lanzarote Norte.
Soledad Marcela Hdez. Cabrera, CEIP Titerroy.

“El aprendizaje ideal se desarrolla

con la cabeza, el corazón y las manos.”

H. PESTALOZZI

En el día a día de nuestra práctica como docentes nos encontramos con alumnos/as con un comportamiento problemático, disruptivo que conlleva conflictos dentro del aula, en el patio y demás instalaciones. Esto interfiere en el buen funcionamiento de las tareas a realizar en las mismas e igualmente influyen en la motivación, la atención-concentración, dando lugar a resultados académicos negativos y en el desarrollo personal y social de nuestro alumnado en general.

También encontramos en nuestros centros alumnado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE).  Podemos tener dentro del aula alumnado diagnosticado con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo por “Trastorno por déficit de atención con o sin Hiperactividad” (TDAH), con Trastornos Graves de Conducta” (TGD), entre otros. Esto indica que en la mayoría de los casos, tengamos que poner en funcionamiento medidas extraordinarias para promover el desarrollo pleno y el equilibrio del alumnado.  A su vez, no nos podemos olvidar de aquellos que pasan su periodo de escolaridad sin ser percibidos.  Ellos no molestan, pero tampoco participan, ni se relacionan positivamente, lo cual desarrolla situaciones personales patológicas.

Por, último atendiendo en la LOE, 3 de mayo de 2006, se recoge entre sus fines el pleno desarrollo de la personalidad y las capacidades afectivas del alumnado; por lo que consideramos que para paliar y mejorar el desarrollo pleno de nuestro alumnado creemos imprescindible incluir en nuestra práctica del día a día la “afectividad”.  La cual debemos desarrollarla a través del cariño, afecto, emociones, sintonía con el alumno, reciprocidad, empatía… No puede ser un aspecto a llevar de forma aislada, como en las tutorías…, para que sea efectivo dicho aspecto deberá estar integrado en nuestro Proyecto Educativo y, a su vez en el Proyecto Curricular, ya que es éste el que determina los objetivos, y sirve de guía para orientar la praxis de los docentes.  Por lo tanto, inferimos que dada su importancia no se puede tratar de forma aislada, sino que la afectividad debe estar presente en todas y cada una de las áreas, donde el eje coordinador será el Plan de Acción Tutorial del centro.

Para su puesta en práctica partimos del modelo constructivista donde el desarrollo del alumnado es procesual, el profesor es un mediador y el protagonista será nuestro alumnado.

La implantación de actitudes efectivas debe conllevar:

1º Una reflexión previa de lo que queremos conseguir, es necesario conocer y aceptar a nuestro alumnado, no sólo a nivel académico sino también a nivel personal, por lo que es necesario dedicarle tiempo, en un ambiente de cordialidad, a escucharlos, a conocer sus angustias, miedos, ansiedades, inquietudes, planes a corto plazo…  El profesor será el mediador.  Este debe tener una actitud abierta y flexible, no es conveniente forzar la situación, es recomendable realizar el trabajo coordinado con los demás miembros del equipo educativo y centro.

La información que obtiene el tutor/a y/o el profesorado en general será una herramienta importantísima a tener presente en todo el periodo de escolaridad.   Facilitará nuestra tarea pedagógica con el alumnado que directamente le impartimos clase y con el que no.  Estamos seguras de que también afectará positivamente en el proceso de aprendizaje y por supuesto en los resultados académicos.

2º La información deberá ser corroborada y contrastada con las sesiones de tutoría a la familia.  Igualmente este proceso deberá ser ejecutado desde el respeto, con una actitud mediadora, empática y asertiva; dejando siempre las puertas abiertas de la escuela para completar e intercambiar información, problemas dudas relacionadas con el desarrollo emocional-afectivo de sus hijos/as; nuestros alumnos/as.

3º Es necesario diseñar y adaptar en el centro instrumentos y herramientas para la recogida de información y la puesta en práctica.

4º Los instrumentos, herramientas y materiales que adaptemos o confeccionemos serán recursos propios de la tarea profesional quedando recogidos en las diferentes programaciones didácticas.

Para finalizar esta reflexión no podemos olvidarnos de las dificultades que podemos encontrar al implantar la actitud afectiva en la práctica docente:

–          La tarea diaria dentro de las aulas está orientada generalmente a los logros académicos, cuantitativos. Por eso nos sentimos muchas veces agobiados, priorizando los contenidos frente a otras actitudes que son igual o más importante, probablemente por no hacer una reflexión previa del qué estoy enseñando, cómo enseño y cómo evalúo.

–          El éxito social, también a nivel general, se mide cuantitativamente, dejando en un segundo lugar los aspectos afectivos y emocionales.

–          Muchas veces también nos da miedo y sentimos inseguridad poner en práctica la actitud afectiva, pues no podemos considerar como un hecho general que el profesor se muestre afectivo con el alumnado y las familias.

–          Estas acciones como hemos citado anteriormente deben estar reflejadas  en el Proyecto Educativo y Proyecto Curricular, muchas veces se anexan a las diferentes materias, como algo optativo, sin una planificación previa, y,  además sin establecer ni los seguimientos, ni la  evaluación necesaria para completar y mejorar en acciones y cursos futuros.

–          Se realiza puntualmente según la disponibilidad del profesorado no generalizándose en todo el claustro.

Estas dificultades entre otras afectan negativamente el proceso de investigación e innovación educativa, propio de nuestra profesión.

Por último, queremos compartir que la realización de esta reflexión nos ha hecho pensar en nuestra práctica, con una valoración autocrítica.  De esta manera obtendríamos unos resultados que nos animarían a innovar en las tareas y actividades de aula, a seguir poniendo en práctica metodologías diferentes adaptadas a las necesidades y emociones de nuestro alumnado.  Con todo ellos sólo queremos transmitir optimismo y confianza a todos los lectores, compañeros y familias.

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