Rewarding P.E.

        En el artículo se pone de manifiesto la conveniencia de impartir educación física en inglés realizando un análisis de las peculiaridades de esta asignatura en relación con la adquisición de la segunda lengua.

Antonio Alonso Bravo
Maestro de educación física- lengua extranjera (inglés) CEIP Yaiza

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“No es lo que ocurre sino lo que nosotros hacemos con lo que ocurre en el aula lo que debe convertir nuestra labor educativa en una bendición.”  Gracias a mi “jefe” y a mis dos “jefas” por contribuir cada día a tal bendición en nuestro centro.

Tras varios meses disfrutando de la interesante experiencia que supone impartir un área como es la educación física en inglés, uno saca sus propias conclusiones, se plantea interrogantes e incluso se atreve a responderlos realizando un análisis exhaustivo de  la práctica diaria. Más profundo puedo hacer dicho análisis cuando a la vez imparto distintas asignaturas en la misma lengua pero con resultados tan diferentes en lo que a la adquisición de aprendizajes por parte del alumnado se refiere. Y eso será lo que trataré de dar a conocer a lo largo de este artículo.  Me vienen a la cabeza distintos interrogantes, entre ellos: (…) ¿por qué con la educación física el alumnado aprende más y mejor, aplicando lo aprendido a la vida diaria? ¿Por qué asocian rápidamente la palabra “warm up” cuando lo ven en una carrera de fórmula 1 y apenas asocian lo tratado en otras áreas con lo que nos rodea?

Quizá sea porque la educación física nos ofrece un crisol de peculiaridades que influyen de manera positiva en el modo de llevar a cabo la acción educativa cuando esta área se aborda desde una lengua distinta a la que los alumnos se desenvuelven habitualmente y cuando la capacitación para comunicarse en dicha lengua se integra en el núcleo de las intenciones educativas. Son esas peculiaridades las que convierten a la educación física en una candidata perfecta para enseñar la lengua inglesa, veámoslas.

1.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA ORIENTADA HACIA LA CORPOREIDAD Y LA MOTRICIDAD.

El núcleo esencial de las actividades gira en torno a dos ejes: el cuerpo y el movimiento, ambos como medios para el desarrollo integral de nuestro alumnado. El área no pierde de vista la necesidad de mantener una perspectiva que oriente la acción didáctica hacia la educación en todos los ámbitos del desarrollo personal, incluyendo la comunicación en otra lengua, prestando una atención especial al desarrollo de la motricidad como expresión global del ser.

2.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA DE NATURALEZA VIVENCIAL.

La actividad física como parte importante de nuestra materia es una realidad inmediata y con carácter significativo en la vida del alumnado. Esto le concede un papel de contexto idóneo donde promover situaciones reales, llenas de sentido y ligadas a la propia experiencia del niño. En la medida en que la educación física sostiene su importante espacio de encuentro con la actividad que los alumnos realizan de forma espontánea y autónoma, los aprendizajes desarrollados en ella pueden poseer una mayor funcionalidad fuera de la escuela. Y relacionado con este hecho, esta naturaleza vivencial del área posee una relevancia especial en el ámbito de la educación en contextos bilingües, en la medida en que puede haber una mayor extrapolación de lo aprendido en clase a la vida de los alumnos fuera del colegio.

3.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA PRÓXIMA A LOS INTERESES DE LOS ALUMNOS.

Existe, a priori, una convergencia de intereses y valores entre lo que se hace en las clases y lo que viven los alumnos fuera de ella. La conexión con un conjunto de actividades ya sean extraescolares o de otro tipo, siempre de carácter lúdico o deportivo se hace evidente, no solo a nivel estructural y organizativo, sino también en la medida en que se ponen en juego capacidades similares. La inclusión de un idioma nuevo en clase puede verse influenciada positivamente por este hecho, hasta otorgar al propio aprendizaje de ese idioma del interés que pueda despertar la actividad física en relación con el espacio vivencial de los alumnos.

4.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA MOTIVADORA.

La contribución de la propia acción educativa tratando de que la clase sea contemplada y vivida como una comunidad de apoyo en la que todos tengan posibilidades de progreso en todos los ámbitos de su desarrollo personal, al margen de cuáles sean sus niveles de competencia curricular. El contexto que se promueve desde la práctica didáctica desarrollada en una lengua vehicular diferente puede, así, abrir horizontes a los alumnos para que compartan su saber y sus capacidades, en la medida en que este saber abarca un conjunto más amplio de capacidades y conocimientos.

5.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO PROVEEDORA DE ACTIVIDADES MOTRICES CON UN CARÁCTER EXPLÍCITO.

El efecto que la actividad física ejerce sobre el autoconcepto de los alumnos es más directo e inmediato, así como la elaboración de un autoconcepto ajustado a la realidad y unido a una elevada autoestima, todos ellos son aspectos relevantes para la participación en la actividad educativa y para el desarrollo personal. De igual manera ocurre con la competencia lingüística en otro idioma, especialmente en lo referido a expresión y comprensión oral: todo lo que se hace resulta explícito ante los demás. Convergen pues, en el caso de la educación física abordada desde una lengua distinta a la materna, dos disciplinas marcadas por un mismo trazo. Por consiguiente, es importante propiciar contextos seguros y ambientes de clase basados en el respeto activo hacia todas las personas, sea cual sea su nivel de competencia curricular.

6.- LA METODOLOGÍA LÚDICA COMO ALTERNATIVA EN EL MARCO DE LA EDUCACIÓN FÍSICA.

En el terreno de la educación física, la actividad lúdica representa una situación didáctica contextualizada, un generador de acontecimientos, como lo define Parlebas (1996), que permite a los participantes explorar, experimentar, relacionarse y crear en un marco en el que el uso intencional de las acciones motrices, la reflexión sobre la propia práctica, la expresión afectiva y las interacciones sociales ocupan un lugar central (During, 1996). Esta consideración puede hacerse extensiva a la actividad propia de la educación física en las situaciones que nos ocupan, pues la puesta en práctica de una metodología lúdica puede resultar singularmente válida en el aprendizaje de un nuevo idioma y en la acción didáctica abordada desde una lengua vehicular diferente.

7.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA CON UN IMPORTANTE COMPONENTE AFECTIVO.

En el seno de las actividades motrices convergen la alegría, el afecto, la satisfacción, la sensibilidad, la empatía (…) pero también se manifiestan, con especial viveza, la frustración, la ira, el miedo, la ofuscación o el resentimiento. Todo ello adquiere una especial intensidad en cada actividad llevada a cabo en el patio.

Esto nos sitúa ante la importancia que posee la educación en los ámbitos emocional y volitivo en situaciones vivas y reales como las que representan las actividades ludomotrices como paso previo para aprender a desenvolverse en la complejidad del mundo actual. Para lograr esto es fundamental que los alumnos aprendan a expresar y dar cauce constructivo de su afectividad, en el seno de las actividades motrices. Y es preciso también que cuando el vehículo comunicativo en las clases sea la segunda lengua se capacite a éstos para expresar la emocionalidad en esa lengua.

8.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA QUE CREA EL SUSTRATO PARA

LA INTERACCIÓN Y LAS RELACIONES SOCIALES.

La educación física puede jugar un papel decisivo en el proceso de integración social de niños desde los valores de la igualdad, respeto, tolerancia, etc. Es preciso, como consecuencia, que en coordinación con las áreas desarrolladas en el idioma que nos sirva de referencia, contribuyamos a dotar progresivamente a los alumnos de la capacidad para desarrollar sus interacciones en dicho idioma.

9.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA UBICADA EN UN TERRENO DE CONVERGENCIA ENTRE DISTINTOS ASPECTOS DE LA REALIDAD.

Dado el carácter social de la materia en cuestión, ésta siempre nos conduce a un debate del que nuestra área nunca debe ser ajena; dicho debate se polariza en torno a dos alternativas: la prevalencia de valores tales como la libertad, la cooperación o la solidaridad o la dominancia de los valores ligados a la competitividad o  la superioridad.

El diálogo crítico que ha de establecerse en virtud del posicionamiento hacia una tendencia y alejamiento de la otra puede desarrollarse en la nueva lengua vehicular, tanto a nivel oral como a nivel escrito, evolucionando de lo simple a lo complejo.

10.- LA EDUCACIÓN FÍSICA COMO ÁREA EN LA QUE EL CURRÍCULO OCULTO POSEE UN IMPORTANTE PESO ESPECÍFICO.

Lo que subyace de la actividad física puede propiciar la integración y la convivencia desde el respeto a los otros, o puede actuar tejiendo un entramado en el que queda legitimada la discriminación en función del género, la raza, tipología o habilidad motriz (Pascual, 1998). Todo ello va a permanecer aún cuando introduzcamos un elemento novedoso como es la segunda lengua. Por eso, es preciso sacar todos estos aspectos del terreno de lo implícito para hacerlos explícitos y abordarlos con una intencionalidad educativa desde la perspectiva de apertura que conlleva la introducción de una nueva lengua.

Bibliografía

DURING, B. (1996): Hacia una ciencia de la acción motriz, Revista de praxiología motriz.

PARLEBAS, J. (1996): Los universales del juego deportivo, Revista de praxiología motriz.

PASCUAL, A.V. (1995): Clarificación de valores y desarrollo humano, Editorial Narcea, Madrid. ,

La actividad lúdica representa una situación didáctica contextualizada.

La educación física puede jugar un papel decisivo en el proceso de integración social de niños desde los valores de la igualdad, respeto, tolerancia, etc.

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