TAIGA
La taiga es un bosque de coníferas muy homogéneo. En la zona de Eurasia occidental se desarrolla un bosque dominado por Píceas y Pino albar. Aunque las precipitaciones no son abundantes, se acompañan de bajas temperaturas, por lo que se producen en forma de nieve y hay muy poca evaporación. Es frecuente que el suelo se hiele. Se deshielan sólo las zonas superficiales, por lo que no drena el agua. En las zonas con buen drenaje se forma el podsol, un suelo con horizontes A, B y C. El biotipo de las Píceas está adaptado a la acumulación de nieve en las ramas. En general los árboles de la taiga previenen el movimiento de la nieve y las avalanchas en las laderas, sujetando la nieve.
Las hojas son de tipo esclerófilo, muy resistentes a los esfuerzos mecánicos, con pocos estomas y con gruesas cutículas, para evitar la congelación y reducir al máximo la pérdida de agua por transpiración, cuando no está disponible en el suelo.
Cuando las condiciones de la taiga se hacen más continentales, ya no resisten el frío invernal ni siquiera las coníferas y se impone en estas también la caída de la hoja. En estas condiciones, dominan especies caducifolias de alerces, que sobreviven fabricando hojas aciculares pequeñas y no endurecidas, que son útiles sólo en el breve verano boreal y después se tiran.
En estos bosques hay miles de especies de hongos asociados a árboles bajo tierra, rodeando a las raíces. Estas asociaciones se denominan micorrizas. Los hongos descomponen las agujas y suministran agua a las raíces así como nutrientes como los fosfatos.
Entre los animales se encuentran adaptaciones a la falta de alimento invernal, como excavar la nieve para alimentarse de musgos (Cladonia rangifera) como el caribú y el reno. También es muy frecuente el cambio de pelaje invernal para evitar ser visto entre la nieve, que se da en liebres, zorros, etc.
.
![]() |
![]() |
![]() |
GRANDES HERBÍVOROS
En los climas fríos, los animales de sangre caliente tienden a adaptarse a las bajas temperaturas aumentando todo lo posible su tamaño. Así aparecen grandes herbívoros como caribús, alces, renos, bueyes azmizcleros o, en otro tiempo, mamuts. La adaptación está formulada como la Regla de Allen: a mayor volumen, disminuye la relación S/V, y por tanto hay menor superficie exterior en relación al volumen, con lo que es más fácil conservar el calor.
Otra de las implicaciones de la ley consiste en el acortamiento de las extremidades y los apéndices, que siempre amumentan la superficie exterior del cuerpo y son, por tanto, lugares de pérdida del calor.
Las fluctuaciones de las poblaciones de depredadores y presas siguen modelos dependientes. Las liebres dependen de plantas que se hacen más escasas y producen toxinas. Los linces nunca frenan la fase de crecimiento de las liebres, pero sí aceleran la fase de caída, lo que influye en su propia población.