Los tallos de un árbol estrangulador como este Ficus benjamina, crecen hacia abajo mientras se apoyan en un árbol huésped. A medida que van engrosando se van fundiendo en una gran maraña de raíces (anastosomándose), formando un anillo leñoso que acaba por ahogar al huésped.
Tallos anastosomados de Árbol estrangulador |