Las hojas necesitan mantener seca su superficie para poder realizar los intercambios gaseosos. Una de las formas de mantener la superficie de la hoja libre de la lámina de agua es consiguiendo que el agua se vea repelida. Aquí se produce una convergencia adaptativa con las hojas de entornos acuáticos como en el caso de las hojas del loto. La microestructura de la superficie de la hoja tiene pequeñas protuberancias o pelillos que impiden que el agua se agarre
Hojas con superficies hidrófobas |