Los expertos tienen un conocimiento parcial acerca de lo que realizan.
Conocen su tarea y tienen la experiencia y la pericia necesaria para llevarla
a cabo. Son expertos que se rigen por las leyes de la experiencia.
Los que conocen las causas (que según Aristóteles son
cuatro: material, formal, eficiente y final) de lo que hacen, son más
sabios que los meros obreros u operarios, ya que la verdadera sabiduría
es un arte que implica poseer el conocimiento de las causas y los primeros
principios que rigen las cosas. La verdadera sabiduría tiene que ver con
el conocimiento de lo que de universal hay en las cosas y no con una pericia
o saber hacer que se adquiere a través de la experiencia.
Además, el fin que persigue un experto al realizar su tarea es la utilidad,
y no el saber o conocimiento.
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