Texto 1
«Hay tal concatenación entre todas las cosas que ninguna está ociosa,
sino que, más bien, se opone o favorece a otra; más aún, la misma cosa
está destinada no sólo a perjudicar a muchas, sino también a ayudar
a muchas otras. De aquí se sigue que, para el perfecto conocimiento
de una sola, hay que conocerlas todas. Mas... ¿quién es capaz de eso?
Nunca he visto a nadie que lo sea. Por esta misma razón, unas ciencias
ayudan a otras, y una contribuye al conocimiento de la otra. Incluso,
y esto es más importante, una sola no puede ser conocida perfectamente
sin las otras, y por eso unas se ven obligadas a sufrir cambios por
influencia de otras, pues sus objetos están de tal manera relacionados
entre sí que dependen mutuamente y son mutuamente causa el uno del otro.
De donde se sigue de nuevo que nada se sabe, porque ¿quién conoce todas
las ciencias?» , op. cit., (3.), pg. 87.
Texto 2
«El conocimiento que se tiene de lo externo mediante los sentidos
es superado en certeza por el que se obtiene con lo que está en nosotros
o por nosotros es producido. Pues estoy más cierto de que tengo apetito
y voluntad, de que ahora estoy pensando esto, de que hace poco evitaba
aquello o lo detestaba, que de estar viendo un templo o a Sócrates»,
(4.), pg. 120.