2. LA SUBLEVACIÓN
JÓNICA Y LA BATALLA DE MARATÓN
La economía jonia estaba basada en gran medida en el comercio
y en la artesanía, por lo que la imposición de regímenes
aristocráticos atentaba contra los intereses de una población
que apoyaba la democracia. Cuando los persas, con Darío I (522-488)
tomaron los estrechos que daban acceso al Mar Negro, empobrecidas, las
ciudades jonias (excepto Mileto), se sublevaron contra los persas con
la ayuda de Atenas, ocupando Sardes.
Pero en el 494-3 los persas acabaron con la rebelión, tomando
Mileto, Lesbos, Quíos, Selimbria y Bizancio. Este hecho fue decisivo
para que los griegos tomeran conciencia del peligro persa y decidieran
unirse para combatir al enemigo común y defender sus intereses
económicos en peligro.
Esparta, que en un principio no ayudó a los jónios, siendo
Cleómenes rey, se unió con Atenas para derrotar a los
persas y castigar a las ciudades griegas, como Egina, que los habían
apoyado.
Así, en el año 490, tiene lugar la contienda definitiva:
la batalla de Maratón, donde los hoplitas atenienses, guiados
por Milcíades, vencen a los presas guiados por Darío.
A este le sucede su hijo Jerjes, que tiene planes de conquistar la Grecia
continental.
Temístocles, en Atenas, empezó a poner en marcha una serie
de reformas que supusieron una limitación aun mayor del poder
de la aristocracia: los arcontes, en su mayor parte nobles, debían
ser elegidos por sorteo y parte de sus funciones las realizarán
ahora diez estrategas elegidos por votación en la Asamblea.
Animados por Atenas, los griegos, bajo la hegemonía de Esparta,
crearon una Alianza panhelénica para defenderse de los persas,
a los que vencieron definitivamente en Salamina (480) y en Micale.
El peíriodo de los cincuenta años posteriores a la victoria
griega se denomina pentecontecia.
3. LA PENTECONTECIA
Vencidos los persas, Esparta, cuyos intereses se centraban en la tierra
y en menor medida en el comercio y la artesanía, cambió
su política exterior con Pausanias, rey espartano filopersa.
En el año 478 La Confederación del Peloponeso abandona
la Alianza panhelénica comenzando aquí el gérmen
de la rivalidad con Atenas, que sí tenía intereses económicos
que defender frente a los persas, ya que su economía tenía
un fuerte desarrollo del comercio y el artesanado. Atenas y las ciudades
aliadas formaron la Liga de Delos, donde la primera mantendrá
la hegemonía, haciendo una política interior en las ciudades
aliadas para su propio provecho, incluso si esas ciudades, como Naxos,
Tasos, Samos y Lesbos fueron incorporadas a la confederación
por la fuerza.
En el 471 Temístocles es condenado al ostracismo, sustituyéndole
Cimón (hijo de Milcíades, el héroe de Maratón)
aristócrata simpatizante de Esparta y enemigo de la política
ateniense de ultramar, el héroe de Maratón. Este,
envía unas tropas para ayudar a Esparta a aplastar una rebelión
de los hilotas mesenios en el 464, pero son expulsados por los espartanos.
Este hecho supondrá la condena al ostracismo de Cimón
y y la instauración en Atenas de un régimen antiaristocrático
necesario para llevar a cabo una fuerte política de expansión
comercial y artesanal. Efialtes y Pericles serán las figuras
políticas que intenten llevar a cabo esos objetivos.
4. LA DEMOCRACIA ATENIENSE
Efialtes hizo una política antiaristocrática,
reduciendo el poder del Areópago a las funciones de vigilancia
religiosa y persecución de los homicidios. La Ekclesia o Asamblea
del pueblo fue la encargada de tomar las decisiones y vigilar el cumplimiento
de las leyes, perdiendo la Boulé su poder decisorio. La Helaía
o Tribunal Popular pedía cuentas a los magistrados.
Los grupos consevadores asesinaron a Efialtes que fue sustituído
por Pericles, de la misma tendencia democrática. Ésta
llevó a cabo una serie de reformas que supusieron la puesta en
marcha de una democracia exigida y apoyada por el demos ateniense, aquel
que defendió a Atenas del peligro persa y que se encontraba desvinculado
de la tierra: comerciantes y artesanos de la ciudad.
Pericles amplió el derecho al arcontado a los zeugitas, creó
un sueldo o dieta para los componentes de la Helaía y de la boulé
y restringió el derecho de ciudadanía sólo a aquellos
que fueran hijos de padre y madre atenienses. Los extranjeros, las mujeres
y los esclavos no eran considerados ciudadanos de plenos derechos.
En su mandato, Atenas consiguó la hegemonía comercial
en el Egeo y el Mar Negro, lo que le permitió tener una economía
desahogada para llevar a cabo grandiosas obras constructivas que evitaran
el paro y desarrollaran el artesanado: la reconstrucción de la
Acrópolis, la construcción de Partenón, de los
Propileos y del templo de Atenea Niké.
Sin embargo, el explendor de esta democracia se basaba en gran medida
en el esclavismo, que suponía el mantenimiento en la servidumbre
de más de la mitad de la población ateniense. Libres de
las tareas del campo, los ciudadanos libres de plenos derechos pudieron
dedicarse al ocio y a la cultura. Será el siglo V el de mayor
explendor tanto en las artes como en la filosofía, la literatura
y la historia.
No es de extrañar que la política exterior y los intereses
de Atenas terminaran enfrentándose a los de otras ciudades, sobre
todo a las de la Confederación del Peloponeso. Atenas bloqueaba
el comercio de las ciudades competidoras, como Mégara y Corinto,
que terminaron presionando para ganarse el apoyo de Esparta y frenar
militarmente el expansionismo ateniense.
Esparta se lanza a la guerra contra atena: La guerra del Peloponeso.
5. LA GUERRA DEL PELOPONESO
Se pueden distinguir don momentos en los enfrentamientos entre Esparta
y Atenas: La guerra arquidémica (431-421) que termina
co la paz de Nicias entre ambas potencias.
En este período una peste asola Atenas y Pericles, víctima
de ella, muere en el 429.
LLegada la paz, Corinto, enemiga de Esparta, se alía con Argos
por la hegemonía en el Peloponeso. Paralelamente en Atenas, con
Alcibíades al frente, se siguió llevando a cabo una política
expansionista que se hizo con el control del comercio en el mediterráneo.
Los espartanos pidieron ayuda a los persas, de los que recibieron el
suficiente oro como para equipar una gran flota y derrotar a Atenas
en la batalla de Egospótamos en el año 405-404.
Es el fin de la guerra.
Atenas, humillada, entra como miembro de la Confederación del
Peloponeso. Treinta tiranos, dirigidos por Critias, se alzan con el
poder ayudados por los espartanos que se habían dedicado a potenciar
regímenes oligárquicos en las ciudades griegas.
Fue esta una época de terror para los demócratas, muchos
de los cuales fueron asesinados o huyeron de la ciudad.
Sin embargo, pese a la victoria, Esparta entra en crisis porque su economía
y su política no se adecuaron a los nuevos tiempos. Además,
las ayudas que recibió de persia la pusieron en una situación
conflictiva frente a las ciudades griegas.