X Cierra la
|
Respuesta a la pregunta 5
|
El concepto de causa (aitía) en Aristóteles es amplio y complejo. Causa es aquello que hace que algo sea y se comporte como lo que es. Por lo tanto, la causa es también la naturaleza propia de algo, y se halla inherente a los seres que la poseen como su forma. Ya vimos que Aristóteles distinguió cuatro tipos de causas: material, formal, eficiente y final. Al coincidir las tres últimas en los seres naturales podemos hablar de un teleologismo en su filosofía: es la esencia de una cosa la que determina (forma) y genera su ser (eficiencia), estableciendo su posterior evolución y desarrollo (fin). Lo interesante de Aristóteles es que las causas de los seres son inherentes a los seres mismos como su propia naturaleza. Es por esto que la física proporciona un conocimiento universal, necesario y verdadero. Lo que criticará Hume, empirista inglés, es la relación causal misma, así como la verdad de un conocimiento basado en la relación causa-efecto. Según Hume, llamamos causa a una idea que no tiene correspondencia con ninguna impresión. No tenemos impresión de las causas sino de dos hechos que se producen contigüamente en el espacio y en el tiempo, es decir, que se procucen normalmente juntos, produciendo que nosotros, a través de la costumbre, asociemos un hecho, al que llamamos causa por ser primero, con otro hecho sucesivo y contigüo, al que denominamos efecto. Pero nada nos asegura que lo que ha sucedido así continúe sucediendo de la misma manera en un futuro. No podemos tener impresión alguna del futuro, y por tanto, adelantarnos a él es un paso ilegítimo. En el mundo de los hechos, de los fenómenos físicos, no hay necesidad sino probabilidad. Somos nosotros los que, a través de la costumbre, adquirimos el hábito de establecer una relación de necesidad causal entre dos hechos que asiduamente y repetidamente hemos percibido contigüos en el espacio y el tiempo. Pero percibimos dos hechos y nunca su conexión. La causalidad es producto de la memoria y de la costumbre. Las causas no se perciben puesto que no tenemos impresión alguna de ellas. El conocimiento que aportan las cuestiones de hecho, basadas en la relación causa-efecto, es únicamente probable y no necesario. La física es una ciencia probable y no necesaria, como es para Aristóteles. |