EL PAPEL DE LAS FAMILIAS EN LA EDUCACIÓN DE SUS HIJOS E HIJAS

La educación de los hijos y las hijas es una tarea extremadamente compleja que muy difícilmente los docentes serán capaces de realizar sin el apoyo de las familias en los hogares. Si el cuidado de los aspectos básicos (alimentación, higiene, salud, etc.) ya es motivo de preocupación, a ello se suma la tarea continuada de favorecer el proceso de aprendizaje. Por ello, planteamos a continuación, algunas recomendaciones que ayuden a mejorar el rendimiento de sus hijos e hijas:

  1. Se debe asegurar que su hijo/a asista a clase y sea puntual, evitando en lo posible y por causas muy justificadas la inasistencia.
  2. Es fundamental mantener una comunicación frecuente con su tutor/a y no esperar sólo a los resultados de las evaluaciones. Vale más prevenir que curar. Además, es conveniente contactar con el profesorado que le imparte aquellas materias en las que el/la alumno/a presenta una mayor dificultad. Recordamos que en el EKADE se suelen poner indicaciones sobre la marcha académica de su hijo/a, y que su consulta es una herramienta más para conocer cómo se desenvuelve en el Centro.
  3. Debe garantizar que su hijo/a traiga el material adecuado a clase y comprobar con la mayor frecuencia posible las tareas que el/la alumno/a lleva para casa.
  4. Es recomendable propiciar situaciones de diálogo con su hijo/a sobre la marcha de cómo van en los estudios. Se les debe apoyar en los momentos de decaimiento y enseñarles a sacar provecho de los errores cometidos y reforzar los aciertos.
  5. Es muy importante ayudar a su hijo/a a planificar adecuadamente el tiempo de estudio y el tiempo que dedica a otras actividades. Debe estudiar, por término medio, unas 2 horas diarias en casa y controlar el tiempo dedicado a la televisión, ordenador, consolas, móviles, etc., y por supuesto, una alimentación equilibrada evitando que su hijo/a llegue al centro sin desayunar.
  6. Más concretamente, las dos horas de estudio diarias destinadas a realizar tareas o a repasar lo que se ha dado en clase, se deben dedicar exclusivamente a este fin. Es recomendable que tengan períodos de descanso de cinco o diez minutos intercalados y que estén en un espacio adecuado sin distracciones (ordenador, televisión, móvil, etc.). Además, con la supervisión de un adulto, si fuera posible.
  7. Por último, es fundamental que su hijo/a duerma las horas de descanso necesarias (al menos 8 horas) para iniciar el día con la energía que le permitirá aprovechar su estancia en el instituto. Para ello hay que controlar que no hace uso de medios electrónicos (televisión, ordenador, consola, móvil….) en las horas de sueño.
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