Pocos rincones hay tan bonitos en nuestro pueblo de la Villa de Mazo como su plaza Pedro Pérez Díaz. Flanqueada por el Ayuntamiento, la casa de don Alonso con su bella fachada y portalón, y por una balaustrada que bordea casi todo el resto con gran majestuosidad. Al centro, se alza una glorieta en la que cada año se eleva la grandiosidad del arco de El Pueblo durante la festividad del Corpus Christi. Por un costado de este, bajo la casa consistorial y mirando a Oriente, se encuentra el tapiz y, a sus pies descansa la alfombra, realizada por nuestra comunidad educativa.

Este año representa un estanque de verdes aguas de las que surgen nenúfares de bellos y delicados colores, que armonizan con los tajinastes del tapiz enmarcados en un paisaje de La Caldera. Exotismo y localismo en perfecta combinación de formas y colores.

Adecentar las estructuras que permanecen de un año a otro, recoger los distintos materiales que se emplean, buscar los utensilios necesarios para trabajar… Constituyen las labores que cada año son obligadas para poder engalanar la alfombra. Se necesita de alguien que las organice y decida lo que hay que hacer en cada momento. Y, sobre todo, es preciso un diseño que llevar a cabo. De casi todo esto, se encarga nuestro vicedirector, don Anselmo Brito. Suajas, musgos, camelias, cáscaras de ajos, ariques, soga picada… son algunos de los muchos materiales que se utilizan para conseguir los diferentes matices de colores, texturas y formas que son necesarias para poco a poco ir consiguiendo el diseño ideado por don Anselmo.

Por lo general, los alumnos se aplican con entusiasmo al enrame de la alfombra, pues son conscientes de que es un trabajo que ayuda a mantener y respetar una tradición que nos define como macenses. También lo hace el profesorado en la medida de sus posibilidades, pues son fechas de mucho trabajo.

Es emocionante ver el ajetreo de estos días previos a la festividad en los que parece que el trabajo no sale, que no alcanza el material o en los que los exámenes se mezclan con el enrame o los ensayos para el festival, organizado también por el centro. Pero por encima de todos estos apuros, destaca la sonrisa de Anselmo que transmite tranquilidad, tanto a alumnos como a profesores. Por eso, agradecemos sinceramente su capacidad para unir, animar y coordinar todo el trabajo que conlleva nuestra participación en el Corpus Christi, y del que todos nos sentimos tan orgullosos, cuando vemos el trabajo expuesto ya en la plaza con todo su esplendor.