Juany y David son dos adolescentes de Gran Canaria que prendieron fuego a una mendiga tras robarle 20 euros. Fueron juzgados por estos hechos en Las Palmas y condenados a cuatro años de internamiento en centro cerrado y a tres más de libertad vigilada. El juicio se repitió en nuestro instituto el pasado 23 de mayo de forma simulada dentro del proyecto Educar en Justicia, impulsado por el Poder Judicial y en colaboración con la Consejería de Educación de nuestra comunidad. El objetivo de él es acercar a los jóvenes al funcionamiento del sistema judicial en España, y fue realizado en cuatro centros de las siguientes islas: Gran Canaria, Fuerteventura, Tenerife y La Palma.

Comienza el juicio con la presentación a cargo de don Antonio Fernández de la Gándara, director de comunicación del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, que da la palabra a doña Rebeca Callejas, juez de Santa Cruz de La Palma, quien abre la audiencia y da la palabra a la Sra Letrada de la Administración de Justicia, Lucía de la Cruz, quien realiza la acusación a los imputados. Estos, Juani, Lucía Méndez, y David, Unax, se defendieron con cierto ahínco aunque cayeron en alguna contradicción, a pesar de las serias advertencias de su abogado defensor, Alberto, y de la denodada defensa que este realizó. Pero en frente contaban con un fiscal, nuestro compañero y antes abogado Jorge Arozena, que no dejaba resquicio de duda a la culpabilidad de los jóvenes delincuentes con las preguntas que les realizaba. La pobre mendiga Josefa y víctima, Paloma, aún convaleciente de las graves quemaduras sufridas, según el médico, Airam, no dudó en reconocer y acusar a los jóvenes de lo que ella consideró un gravísimo atentado a su integridad física y económica, pues el día de autos defendió con decisión su tarjeta de crédito donde tenía sus exiguos ahorros. Como casi nunca hay dos sin tres, estos dos delincuentes solían salir acompañados de otro amigo llamado José, Ismael, pero que el día de los hechos que se relatan no los acompañó pues creyó que tramaban algo muy grave ya que portaban un bate de beisbol y no quería disgustar a sus padres, según aportó como testigo de los hechos.

Además de este, también compareció en el juicio la policía, Bárbara, que socorrió en primer lugar a la anciana. La declaración de la representante del centro de menores, Yanira, sirvió para esclarecer parte de lo acontecido. Todos ellos fueron llamados a declarar a instancias de la señora Juez por el funcionario del Cuerpo de Auxilio, Abraham, quien muy en su papel, serio y circunspecto, cumplió a la perfección su cometido.

Todos estos alumnos de 1 ESO A interpretaron muy bien sus papeles y fueron capaces de ponerse en la piel de las diferentes personas que se pueden ver involucradas, por una u otra razón, en un juicio. Juicio derivado en este caso de una actuación mezquina y vil por parte de unos jóvenes que no dudan en atacar a una anciana para satisfacer sus caprichos o, aún peor, sus vicios.

Como educadores cabe hacernos la siguiente reflexión: ¿La pena impuesta a estos jóvenes ha reconducido sus vidas? ¿Qué podemos hacer los docentes cuando nuestros alumnos deciden cambiar los libros por otros hábitos? ¿Cómo hacerles entender que la educación y la formación salva de la calle a jóvenes abocados a ella?

El proyecto Educar en Justicia pretende que los alumnos conozcan los mecanismos de este poder indispensable en un gobierno democrático, pues es el que nos garantiza que las leyes se aplican con justicia y que todas las personas somos iguales ante ellas. Aunque a veces la obstinada realidad se empeñe en demostrar que no siempre es así, pero esto ya lo dilucidaremos en otro estrado.

¡Enhorabuena a todos los intérpretes y también a los que acudieron como público que lo hicieron con respeto y realizando al final multitud de preguntas interesantes a la juez, doña Rebeca Callejas que las respondió con detalle y amabilidad!

Mercedes Barrera Tabares

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