Cuando algunos viñedos aún ofrecen sus racimos al sol para dorar sus vagos y otros ya comienzan a perder algunas de sus hojas anunciando el inminente otoño, comienza un nuevo curso escolar. Los jóvenes del municipio y pueblos aledaños, revolotean desde primeras horas de la mañana por las calles que conducen a nuestro centro con la retina y los corazones aún imbuidos de los recuerdos más felices del verano.

Este curso inaugura una nueva década de este siglo XXI. Cada vez más lejos queda el XX, que vio nacer a todos los docentes que formamos el claustro de este instituto, que vivió dos terribles Guerras Mundiales y una Guerra Fría que mantuvo al mundo dividido y amenazante, junto con muchos otros conflictos y dictaduras regadas por casi toda la geografía. No comenzó tampoco esta centuria con augurios de paz.  Sabemos lo que ocurrió el 11 de septiembre de 2001 y las consecuencias que ha tenido, y como se siguieron repitiendo atentados en Londres, Madrid, Berlín, Niza, París, Barcelona… (por nombrar algunos de los lugares más cercanos) en los que el fanatismo islámico sembró de terror y sangre estos escenarios y muchos otros diseminados por el mapamundi, y que ha cambiado la idea de seguridad y la percepción del terror.

Hemos sufrido en la última década una crisis atroz que ha dejado muchas víctimas por el camino. Personas que han perdido sus trabajos, sus hogares abocados a una pobreza inaudita en la gran mayoría de las familias que la padecieron o aún la sufren.

Otra batalla, que aquellas personas que intentamos romper estereotipos de género y luchar por la igualdad, creíamos que ganaríamos sin ningún tipo de resquicio llegado este momento, aún sigue generando humillación, dolor y muerte: 42 mujeres asesinadas a manos de sus parejas este año aún inconcluso, 1017 desde 2003, fecha en la que se empezaron a contabilizar. Cifras estas de nuestro país que se repiten similares en muchos otros lugares del mundo.

En nuestras fronteras, observamos atónitos la radicalización del independentismo catalán en un mundo cada vez más conectado y global. Asimismo en los últimos años hemos vivido el fin del bipartidismo que ha hecho aflorar nuevos partidos con la intención de acabar con la inmoralidad que ha supuesto la corrupción de nuestros políticos, que no se han conformado con robar para vivir un poco mejor, igualmente imperdonable, sino a manos llenas demostrando una usura sin medida. Usura que ha contagiado incluso a algún miembro de la familia real.

Ante este panorama, exhortamos, desde esta ventana digital, a nuestros alumnos para que se formen, adquieran los conocimientos y herramientas necesarias para que ayuden a cambiar, en la medida de sus posibilidades, el mundo; que contribuyan a regenerar realmente las instituciones; que fomenten la convivencia entre las personas sin importar sus creencias, su condición, el color de su piel o el sexo; que luchen por la igualdad y contribuyan a un mundo más justo que el que hemos conocido hasta ahora; que las únicas manadas que formen sean para divertirse y dar felicidad a los demás; que hagan lo que esté en sus manos y mucho más para detener el cambio climático.

Con estos buenos deseos, damos, pues, la bienvenida a este nuevo curso escolar a todas las personas que forman esta comunidad educativa.

Mercedes Barrera Tabares.