Para poder ser competentes socialmente tenemos que conocer las emociones, reconocerlas en nosotros y en los demás, aprender a controlarlas para no hacernos daño ni hacer daño a los otros, convivir sin sufrir…
Entender la educación desde el componente emocional del alumnado supone un importante paso adelante en cuanto a innovación se refiere.
Es un camino largo, es a veces incomprendido, pero siempre satisfactorio a los que apostamos por él.
En nuestro cole cada día damos un paso más en este camino y vamos recogiendo frutos aunque no tan rápido como quisiéramos.
Aquí tenemos a nuestros niños y niñas de primero que después de trabajar con las emociones básicas han querido imitar con su cara, la emoción elegida.