CARTA A COMPAÑEROS DEL SAULO Y COLECTIVO EN GENERAL

Estamos viviendo una realidad extrema e inimaginable meses atrás. Los más afortunados, entre los que me incluyo, tal vez no hemos sufrido en carne propia la enfermedad y las consecuencias económicas que acarrea esta pandemia, pero no por ello dejo de ser consciente del gran sufrimiento que asola al mundo entero y a personas de mi entorno.

Ahí en primera línea y ocupando un papel imprescindible están los sanitarios que día sí y día también arriesgan su vida y la de sus familias. Jamás habrá agradecimiento para esas personas que con humanidad nos entregan diariamente su labor. Por ellos mi gran aplauso y mis mejores palabras.

No podemos olvidar tampoco a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que despliegan todo su buen hacer para evitar en lo posible que la situación se agrave. Vaya para ellos una gran ovación. Los servicios de alimentación, transporte, limpieza…

Pero reflexiono y me pregunto si no existe un colectivo, el de mis compañeros docentes, que ¨pegados¨ cada día al ordenador y al móvil, ponen a disposición de nuestros hijos no solo sus herramientas académicas sino también las humanas. Es comprobable que a horas intempestivas y en fines de semana contestan dudas de niños que están ahí ¨gritándonos¨ que les ayudemos y no solo en materia didáctica. A este cuerpo ni he oído mencionarlo.

A este cuerpo, muchas veces denostado, ni se le recordará una vez pasado este infierno. No habrá jamás reconocimiento al esfuerzo realizado incluso en una situación de dejadez por parte la administración educativa.

A este cuerpo, sin el cual no existirían médicos, enfermeras, policías, militares, presidentes, docentes… al menos entre nosotros deberíamos ¨APLAUDIRLES¨.

Ahí dejo mi reflexión.

Pedro Trujillo (IES Saulo Torón)

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