Sophie Germain

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   Nació en París el 1 de abril de 1776, en una familia adinerada. Su padre era político y tenía en su casa una gran biblioteca, a Sophie le encantaba estar allí leyendo.

   Aprendió latín para poder leer a Newton y a Euler, dos famosos e importantes científicos. Cuando sus padres se enteraron de la afición de Sophie a los estudios científicos pusieron el grito en el cielo, tanto que le quitaban la luz y la calefacción por las tardes y noches para que no pudiera seguir leyendo al oscurecer.

   Aunque le permitieron que siguiera estudiando, jamás tuvo el apoyo de sus padres; ellos pensaban que una científica jamás podría casarse y eso era lo más importante para ellos, ya que era lo que hacían todas las chicas de su entorno.

   A los dieciocho años quiso entrar en l’ Ecole Polytechnique, la Escuela Politécnica, una prestigiosa universidad de ciencias, pero no admitían a mujeres. De todas maneras, ella conseguía los apuntes por unos amigos que estudiaban allí.

   Le apasionaba el material de un profesor de análisis matemático, llamado Lagrange. Llegó a presentarle un trabajo por medio de sus amigos estudiantes y lo firmó con nombre de chico, como Monsieur Leblanc. Resultó que Lagrange quedó impresionado por la originalidad del trabajo y quiso conocer al autor para felicitarlo personalmente; quedó asombrado cuando vio que Monsieur Leblanc era una jovencita. Lagrange reaccionó bien, la animó y le presentó a otros matemáticos con los que mantuvo una abundante correspondencia matemática.

   Nunca podremos saber hasta dónde hubiera llegado Sophie Germain con una educación matemática reglada. Tras presentar tres veces su trabajo a la Academia de La Ciencia de París, al final fue reconocida con la Medalla de Oro. Ella nunca se rendía. Sophie Germain es un ejemplo de autoaprendizaje y perseverancia.

   Maria-Sophie Germain murió de cáncer de mama en París el 27 de Junio de 1831. Posiblemente, de haber sido un hombre, si su nombre realmente hubiese sido Antoine-Auguste Le Blanc, Monsieur Leblanc, hubieran escrito en su partida de defunción: “Ha muerto Monsieur Leblanc, ilustre matemático y científico”; pero no fue así, sino, simplemente: “Ha muerto Sophie Germain”.

Adaptación del artículo de Wikipedia.

¿Crees que hoy en día Sophie tendría las mismas oportunidades que cualquier otro matemático?

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