Los gemelos

   Un hombre tenía dos hijos gemelos y en el mundo no podía haber dos personas tan diferentes. Siempre había luchado por equilibrar esos estados de ánimo tan contrarios y, con esa intención, decidió hacer caso a un buen amigo que le recomendó que, con motivo del Día de Reyes, les hiciera a ambos un regalo muy distinto. Por eso, escogió algo realmente fabuloso para el pesimista y algo horrendo para el optimista.

   Cuando llegó el día, el padre los hizo salir a la puerta de casa para que vieran los regalos, que estaban tapados con dos grandes sábanas.

   El pesimista fue el primero en acercarse y al descubrir que el suyo era una potente motocicleta japonesa, empezó a llorar y a gritarle a su padre: «¡Es que quieres que me mate nada más cogerla!».

   Por su parte, al optimista le tocó en suerte un excremento, pero su respuesta fue ponerse a saltar de alegría. Su hermano, asombrado de semejante reacción, le dijo: «¿Pero qué celebras, idiota?». Y este le respondió: «Viendo el tamaño del excremento, imagina cómo será el caballo que me ha regalado papá».

Publicado en la revista Pronto (adaptación).

¿Qué crees que podemos aprender de esta historia?

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *