El espantapájaros era un hombre de palo, estaba hecho con tres palos, así… No llevaba zapatos, pero llevaba guantes, pantalones viejos y tirantes. Chaquetón descosido, sombrero raído (con una flor). Tenía una nariz larga, de madera, y el pelo rubio de estropajo. Sabía silbar.
—Ahí te quedas, espantapájaros.
Le pusieron a espantar a los pájaros en el centro de una huerta.
—Si a mí me gustan las aves, ¿por qué las voy a espantar?
El espantapájaros silbaba y todas las aves venían a picar el maíz y a posarse en su nariz.
También venían los niños y jugaban a su alrededor, le nombraron su amigo, le cogieron cariño, como a su nuevo Pinocho.
Una mañana llegó el campesino para dar una vuelta por su huerta, y una nube de pájaros cantores salió a recibirle.
El campesino, viendo lo que vio, dijo de mal humor:
—¡Este espantapájaros es un espantajo! No vale para lo que ha sido creado. ¡Fuera!
Lo arrancó del suelo como a un arbolito y lo lanzó lejos de la huerta.
El espantapájaros se quedó solo en medio del campo.
El espantapájaros se puso a cantar.
Se puso a cantar porque no se quedó solo: tenía un nido de pájaros en el corazón.
GLORIA FUERTES, de El domador mordió al león.
¿Qué significado le das al final de este cuento?