El alpinista

   Un alpinista quería conquistar una altísima montaña. Inició su travesía, pero quería la gloria para él solo, por lo que lo hizo sin compañeros.

   Empezó a subir, se le fue haciendo tarde y no se preparó para acampar, sino que decidió seguir ascendiendo.

   La noche cayó y ya no se veía nada. Subiendo por un risco, a unos pocos metros de la cima, se resbaló y cayó al vacío a una velocidad vertiginosa. En esos angustiosos momentos, le pasaron por su mente todos los episodios buenos y malos de su vida. Veía cerca la muerte. Sin embargo, de repente, sintió un fortísimo tirón de la cuerda que lo amarraba a la montaña.

   Suspendido en el aire empezó a gritar: «¡Ayuda!».

   De pronto, le pareció oír una voz grave que le decía: «¿Qué quieres que haga?».

   Y el alpinista le dijo: «Sálvame, por favor».

   La voz respondió: «¿Realmente crees que yo te puedo salvar?»

   El alpinista dijo: «Por supuesto».

   La voz dijo: «Entonces corta la cuerda que te sostiene».

   Pero el alpinista se aferró más aún a la cuerda.

   Al día siguiente un equipo de rescate se encontró al alpinista colgado de la cuerda muerto y congelado a 2 metros del suelo.

Publicado en la revista Pronto (adaptación).

¿Qué errores llevaron al alpinista a perder la vida?

 

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