Malos modales

Historia corta sobre el papel de los estereotipos sexistas en la educación de las mujeres.

(Irene y su madre están hablando en el salón)

Madre: Entonces, ¿te va bien en el instituto?

Irene: Sí, pero tengo complicaciones en plástica.

(La madre de Irene deja de escuchar a su hija y se queda mirándola con seriedad, ya que está sentada en una “mala postura”.)

Irene: ¿Pasa algo?

Madre: Irene, ¿por qué estás sentada así? Es de mala educación.

Irene: Es una posición cómoda.

Irene: Además, si es de mala educación, mi padre y mi hermano son unos maleducados.

Madre: ¡Pero Irene! ¡Tú eres una señorita! ¿Acaso quieres que te llamen marimacho?

Irene: Definitivamente no soy un macho y mi forma de sentarme no define eso.

Madre: ¡Pero hija! Debes ser delicada… De pequeña eras muy tierna con tus trajes rosas y tus muñecas.

Irene: No empieces con eso otra vez. Odiaba y odio el rosa, en ese momento no tenía elección y me obligabas.

Madre: Bueno… deja de llevarme la contraria y ponte a fregar, ya estás tardando.

Irene: ¿YO OTRA VEZ? Me parece injusto, no soy la esclava de esta familia ni de nadie. Que lo haga mi padre o mi hermano que nunca hacen nada.

Madre: Tu hermano sacó la basura.

Irene: ¿Qué dices? Si la sacó mi padre.

Madre: Oh…

Irene: Considero que las tareas de esta casa están mal repartidas.

Madre: Bueno… da igual. Sigamos con tu postura. No es adecuada.

Irene: Te lo he dicho mil veces, estoy cómoda así.

Madre: No te entiendo.

Irene: Lo que quiero decir es que tanto hombres como mujeres tienen que tener modales.

Madre: Pero queda feo que una mujer se siente en esa postura.

Irene: Pero queda feo tanto en una mujer como en un hombre.

Madre: Mmmmm… explícate.

Irene: Yo tengo tanto derecho como mi padre y mi hermano a estar cómoda en MI casa.

(Mientras la madre de Irene escucha los argumentos de su hija, el hermano de Irene aparece en el salón.)

Hermano: He escuchado la conversación y estoy de acuerdo. Pero Irene ¿sabes que tienes un agujero en el pantalón?

Irene: Ups.

Paula Rodríguez y Fernanda Pérez