Esta noche volvemos a soñarnos porque las circunstancias han detenido al tiempo para impedir tocarnos.Sí, son las tres de la madrugada y sigo sin dormir gracias a los malditos
horarios de la prisionera cuarentena. A estas horas ,las estrellas me gritan tu nombre y creo que han dibujado el reflejo de tu sonrisa en la luna menguante.Puede que todo sea producto de un hechizo llamado “distanciamiento social” o que nuestros remedios de videollamadas y audios de whatsapp no estén funcionando.Ver tu cara a través una pantalla no es un sinónimo de la palabra “ abrazos” pero me conformo si antes de despedirnos me recitas un poema de esperanza.
Abuela,nos ha tocado ser amantes en tiempos de coronavirus. Nosotras ,que somos más de salir a caminar a los parques hoy tenemos que retomar nuestra carrera de pintoras y llenar las casas de dibujos andantes.Gracias ,por compartirme una de tus mejores recetas “la paciencia “ si no fuera por esta ,los días serían eternos laberintos sin salida.Nos definen como dos mentes inquietas que han devorado casi todos los libros previstos ,sin embargo ,sabemos que ninguno superará aquellos diálogos improvisados de camino al colegio o tus historias inventadas con aroma a café recién hecho y rayitos de sol .
Dejaremos de soñarnos y nos daremos un abrazo antes de que tu azucena vuelva a perfumar mi habitación.Volveremos a pedir deseos a las estrellas fugaces antes de que comiencen los irresistibles atardeceres de verano .Recuperaremos nuestro papel protagónico en las reuniones familiares y el coronavirus dejará de ser noticia pero pasará a un capítulo de nuestro “diario de aventuras” .
Thalia de la Caridad Padilla Soto 2º Bachillero D