Gabriel Celaya .

Rafael Gabriel Juan Múgica Celaya Leceta, ​ conocido como Gabriel Celaya, fue un poeta español de la generación literaria de posguerra. Celaya fue uno de los más destacados representantes de la que se denominó «poesía comprometida.

Lancelot

DEL LIBRO LANCELOT, 28º-7º (1929)
Lanzarote es la isla más oriental del archipiélago canario. Un pedazo —insularizado— de
África. Una avanzada marroquí. Tiene la forma de un caballo marino en actitud de saltar un
obstáculo: las patas delanteras encogidas aún bajo el vientre, preparándose la distensión que
producirá el salto futuro; las patas traseras reciamente apoyadas sobre un paralelo. El caballo
Lanzarote mira hacia África. Su cabeza la adelanta sobre el obstáculo azul que de la meta africana
le separa. Cuando desaparezca la isla de Lanzarote, habrá que pensar, más que en fauce marina,
en tragaldabas de África. Acicates de la hazaña: camello, palmera, cisterna.
La isla de Lanzarote está situada entre los 28º de latitud Norte y los 7º grados de longitud
Oeste del Meridiano de San Fernando.
Isla potra.
Alzada: 74.000 metros.
Área adimental: 714 km2
Nombre de la infancia: Capraria.
Su producción mínima la acusa el centeno:1.350 kilogramos, según la estadística de 1913.
Su producción máxima, la sal: 20.000 toneladas anuales. Signos áulicos.
Sobre esta isla, Agustín Espinosa ha escrito un libro: una guía integral. Su título, culto:
Lancelot 28º-7º.
***
I. Lancelot y Lanzarote
[…] La música que salve a un pueblo, a un astro o a una isla, no será nunca música de esta
clase. Sino música integral. Sino la creación de una mitología. De un clima poético donde cada
pedazo de pueblo, astro o isla, pueda sentarse a repasar heroicidades. Sino aquella literatura que
imponga su módulo vivo sobre la tierra inédita. No ha sido de otro modo como el mundo ha visto,
durante siglos, la India que creó Camoens; o la Grecia que fabricó Homero; o la Roma que hizo
Virgilio; o la América que edificó Ercilla; o la España que inventaron nuestros romances viejos.
Una tierra sin tradición fuerte, sin atmósfera poética, sufre la amenaza de un difumino fatal.
Es como esas palabras de significación anémica, insustanciales, que llevan en su equipaje pobre —e
inexpresivo— las raíces de su desaparición.
Lo que yo he buscado realizar, sobre todo, ha sido esto: un mundo poético; una mitología
conductora. Mi intento es el de crear un Lanzarote nuevo. Un Lanzarote inventado por mí.
Siguiendo la tradición más ancha de la literatura universal. Por eso sustituyo un Lanzarote que hoy
ya nada dice, que ha perdido su sentimiento efectivo, por Lancelot: héroe de la gran caballeresca
bretona; caballero de intensa prosapia; admirable coleccionador de aventuras; huésped famoso del
medievo; maestro de Amadís y de Don Quijote. […]
***
ELOGIO DEL CAMELLO CON ARADO
Para ti —camello con arado, de Lanzarote— mi saludo específicamente militar. Para tus
andares despaciosos de general retirado. Para tus gestos de incomprendido. Para tu gran sable de
madera, sobre todo. Para ese gran sable arador que sabes arrastrar tan garbosamente sobre la tierra
ARCHIPIÉLAGO DE LAS LETRAS
AGUSTÍN ESPINOSA, POR YLENIA PERERA PERERA
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plana de Lanzarote como sobre las alfombras de una gran recepción consular. Con una gracia tan
triste que únicamente Charlot podría llamarte su maestro.
¡Qué bello eres —camello de Lanzarote— entonces! Tú que, sin arado, eres el más feo de
todos los animales. Porque eres feo y porque en ti se nota más la desnudez que en ningún otro.
Yo recordaré siempre —camello con arado, de Lanzarote— la primera impresión de tu
arante silueta de gran actor de la estepa. Yo recordaré siempre mi sonreír ante tu gran «film» para
minorías. (Charlot —únicamente— me ha hecho sonreír de una igual manera.)
Si tú fueras a Nueva York —camello con arado, de Lanzarote— encontrarías el empresario
para tus películas. Trabajarías con Pamplinas y con Mary Pickford, con Charles Chaplin y con
Harold. Y tendrías tu público infantil que te aplaudiría sonoramente cuando ganaras batallas y
tomaras castillos con tu gran sable de madera.
Para ti —camello con arado, de Lanzarote— mi saludo específicamente militar. Y mi saludo
—también— de espectador regocijado de tu gran arte inédito. De tu arte incomprendido —camello
para minorías: maestro de los actores del devenir.

La “Merced de Dios” y los “duelos y quebrantos”. Calas en algunos enunciados metafóricos y comparaciones en el Quijote

La “Merced de Dios” y los “duelos y quebrantos”. Calas en algunos enunciados metafóricos y comparaciones en el Quijote

El Quijote es un rico acervo de enunciados metafóricos, verdaderos tesoros de sabiduría que nos acercan a la época áurea, nos aportan el significado de costumbres perdidas o aluden a alguna circunstancia histórica. Muchos de ellos perviven en la actualidad porque se han convertido en frases proverbiales, cargadas del saber ancestral tan elogiado por los erasmistas y que el mismo Cervantes derramaba en su obra en forma de refranes caídos de la boca de Sancho. Se verán algunos campos semánticos en que podemos clasificar estos enunciados metafóricos y algunas expresiones comparativas: la gastronomía, los animales, referencias espaciales y temporales, metáforas eufemísticas y burlescas. Lo que se pretende, en suma, es hacer algunas calas en una selección de metáforas y comparaciones en el Quijote, con el objetivo no sólo de agruparlas y categorizarlas sino para razonar sobre ellas y, en la medida de lo posible, documentarlas, buscando sus orígenes y significados, y las funciones que ejercen en el texto: describir personajes, compararlos con animales, lograr la comicidad de una situación, desinflar un discurso, visualizar y concretizar imágenes.

Gastronomía literaria

En el Quijote, Cervantes pone en boca del escudero Sancho estas palabras: «…aquel platonazo que está más adelante vahando me parece que es olla podrida, que por la diversidad de cosas que en tales ollas podridas hay, no podré dejar de topar con alguna que me sea de gusto y provecho…».