Antonio Padrón

Uno de los rasgos de la personalidad del pintor galdense Antonio Padrón es la de ser «un gran conversador». Sus amigos de la infancia no lo asocian a un hombre callado y meditativo. La mal llamada timidez del artista no es más que el estudio del interlocutor, la evaluación mental que el pintor hacía frente a lo desconocido antes de iniciar una animada charla.
El aspecto comunicativo, abierto, lo lleva al descubrimiento de mundos como el de la santiguadora, el campesino y pescador, que no hubiera podido crear mediante la simple observación. También precisaba hablar con ellos, introduciéndose de algún modo en sus vidas.

Don Juan Rodríguez Doreste le define como «Una persona cordial, muy llena de trato una vez franqueaba la barrera inicial de reserva, característica del canario de Gran Canaria».
Valorando el ámbito exterior no sólo con sus ojos sino también con la conversación, pudo el pintor crear su obra.
Sobre Antonio, su amigo Maccanti, subraya la importancia que le dio Antonio a la cercanía a su tierra y a sus gentes diciendo:
«(…) amaba la tierra, la isla con sus hombres oscuros y callados, sus cielos y sus mareas para sembrar y arar esperanzas. Amaba los animales, las cosas simples, el aire con luz y el amanecer »

Para más información sobre su biografía y obra pictórica enlazar con: www.antoniopadron.es