El proceso educativo tiene como finalidad el desarrollo integral del alumno, preparándolo para vivir en sociedad, lo que lleva implícito el desarrollo de la inteligencia emocional y de habilidades sociales. Nuestros chicos y chicas deben aprender a responder y a actuar en situaciones de inseguridad, inestabilidad, conflicto y cambio. Enseñándoles a afrontar constructivamente los conflictos que se les presentarán en el curso de sus vidas.
La mediación es un proceso eminentemente educativo que fomenta el dialogo, la convivencia positiva y contribuye a la transformación pacífica del conflicto.
El conflicto es una realidad natural e inherente a la sociedad. Surge continuamente a nuestro alrededor, en nuestro centro, aunque muchas veces no lo veamos. Lo que pretende este proyecto es lograr una buena gestión del conflicto, dándole a los agentes implicados, las herramientas que faciliten su resolución y la oportunidad de madurar emocionalmente y crecer como persona en el desarrollo de su resolución.
Partimos de la idea que, aspectos que a priori podrían entenderse como problemas, se conviertan en realidades potenciadoras de nuevas y positivas oportunidades.
El ser humano desarrolla su potencial cuando sale de su zona de confort y se enfrenta a una situación nueva. Si esa situación se da en un entorno controlado nos proporciona las máximas probabilidades de éxito. Este proyecto pretende facilitar ese entorno controlado.
Pretendemos ofrecer una alternativa para llegar a la solución de un problema o conflicto, por medio de la intervención de un alumno-ayudante de la mediación. Que la intervención provenga de un igual, alguien más cercano, que le sea más fácil ponerse en el lugar del otro, de manera que los diferentes implicados se muestren más receptivos.
Uno de los grandes retos dentro de los centros educativos es la resolución de conflictos de un modo pacífico, teniendo en cuenta los aspectos positivos de conflicto, pues si se gestiona bien, se puede aprender de ellos.
