FUGA DE SAN DIEGO

CENTENARIO DE LA FUGA DE SAN DIEGO

Dentro de esta dilatada historia, el centro ha sido el impulsor de muchas tradiciones, entre ellas, la conocida Fuga de San Diego.

Hoy queremos rememorar esta importante tradición que se inició aquí y que se ha extendido a todas las islas y a todos los niveles educativos. Para ello, alumnado de primero de la ESO del IES San Benito junto con nuestros alumnos,  partirán desde nuestro centro para  ir a la ermita de San Diego del Monte a cumplir con la tradición de contarle los botones al busto de Juan de Ayala, fundador del convento franciscano de San Diego .

A principios del siglo pasado, en el mes de noviembre, se realizaba el día de San Diego una romería a la que acudían muchas personas, entre ellas, los estudiantes del Instituto de Canarias, hoy IES Canarias Cabrera Pinto.

En ese momento era Director del Centro D. Adolfo Cabrera Pinto, que lo fue desde 1901 hasta 1925. Cuentan los cronistas, que el 1 de abril de 1915 llegó al Instituto de Canarias un catedrático de Física y Química y de Agricultura y Técnica Agrícola e Industrial, asignatura esta última de la que fue titular, D. Diego Jiménez de Cisneros Hervás, que venía de un destino en la península. D. Diego traía fama de ser un profesor muy duro, fama que a lo largo de su estancia en el centro, acreditó.

busto-adolfo-cabrera-pinto

Al inicio del curso siguiente, marcó un examen para el 13 de noviembre, por lo que al coincidir con la tradicional romería, se armó un fuerte alboroto en la clase. Los alumnos le comentaron que ese día se celebraba cerca del Instituto, en San Diego, la romería del mismo nombre, y era costumbre, aceptada por la dirección, tomarse el día libre.

Don Diego les dijo que él tenía otra tradición que era poner un examen en su onomástica y celebrarlo así con sus alumnos. Ante la intransigencia del profesor, los alumnos acordaron establecer el día de San Diego, día de «FUGA» y asistir a la romería del santo cercano. En las pizarras de clase se escribió a modo de alegato:

sandiego1

Dicen que Don Adolfo con cara de pocos amigos, hizo la vista gorda, y todos se fueron a la romería. Al curso siguiente se reprodujo la jugada, pero esta vez en las pizarras se leía:

sandiego-2

No se amedrentó nadie y así se repitió en los cursos sucesivos, originando la tradición de la Fuga de San Diego, que cumple hoy 98 años y, lo que empezó en el Instituto de Canarias. se extendió en la década de los 60 a las facultades y colegios universitarios de La Laguna.

Eran dos costumbres las asociadas a la Fuga de San Diego, la de entregarle calabazas a cambio de aprobados y la de contar los botones del busto de Juan de Ayala. Como dicha cuenta no siempre salía bien, según la leyenda, quien acierte la cifra exacta de botones tiene los aprobados asegurados a final de curso.