Mi primer año de instituto ha sido espectacular.

Al principio, las primeras semanas estuve con bastante inseguridad, pero  al cabo del tiempo la fui perdiendo. Para mí, fue llegar a un mundo que no conocía y tenía que estar dispuesta a ello a pesar de sentir  un cariño muy grande hacia el colegio.

Oía hablar de muchas cosas sobre el instituto, por ejemplo,  que los profesores eran muy malos y no te hacían caso, que no fueras al baño solo y muchas cosas más que descubrí que eran inciertas.

El instituto, palabra que a muchos les aterroriza, no es nada más y nada menos que un centro educativo en el cual aprendemos muchas cosas, hacemos amigos, estamos con cualquier persona de diferente edad sin que pase nada malo, etc.

Que no me tocara un compañero del colegio en mi nueva clase era mi primer miedo y la verdad es que tuve mucha suerte porque coincidí con bastantes; pero también me alegro de que me haya tocado la clase que tuve porque conocí muchas personas que ahora mismo para mí son muy importantes.  

Queramos o no, nos toca empezar a madurar un poco más en pequeños detalles y así vamos creciendo como persona. Tienes que ser bastante responsable porque los profesores no van a estar recordándote lo que tienes que hacer o no, ir por los pasillos sin gritar ni correr, la forma de dirigirse a los profesores y algunas cositas más que las descubrirán ustedes mismos.      

En resumen, el instituto es un escalón más en nuestras vidas que tenemos que subir, como muchos más que nos quedan, sin miedo ninguno.

Raquel Rguez Martínez (1º ESO en IES Santa Úrsula)

Ex alumna del CEIP Santa Úrsula