La flora de Canarias es poco variada por sus características climáticas, hay zonas con clima mediterráneo o sahariano y va desde la zona intermareal hasta una altitud que puede llegar hasta los 700m, donde se encuentra con zonas de bosque. Esta zona tiene una vegetación suculenta, a menudo de tabaibas o cardones o de matorral semideśértico, con aulagas, balos y plantas halófitas. Esta zona se encuentra en peligro por el avance turístico.
Después está el bosque termófilo. Suele ocupar las franja entres los 200 y 600m de altitud, haciendo de transición entre la zona de xerófita y la forestal propiamente dicha, teniendo un clima de tipo mediterráneo. En ella son comunes árboles que pueden vivir aisladamente o en grupos, tales como la sabina, el acebuche y el lentisco. Esta zona a menudo se encuentra muy degradada por coincidir con áreas de alta densidad poblacional.
También está el bosque verde o húmedo, Esta zona suele ocupar terrenos de lluvias abundantes, ocupando mayoritariamente las zonas favorables del norte de las islas entre los 400 y 1500 metros, beneficiándose así de la humedad proporcionada por los vientos alisios al formar estos un mar de nubes. Comprende dos subtipos de bosque: la laurisilva y el fayal-brezal.
Después está la zona de pinar que sufrió en el pasado una gran explotación y ha sido objeto de numerosas y extensas repoblaciones desde los años 50 del siglo XX. Esta zona suele encontrarse entre los 1200 y 2000 metros de altitud, existiendo en las islas de El Hierro, Gran Canarias, La Palma y Tenerife. Está dominada por la presencia del pino canario aunque convive en partes con arbustos como el codeso, la jara y variedades de tomillo. Existen también otras especies que habitan al menos algunos pinares, así como ciertos endemismos propias de esta zona.
Por ùltimo están las zonas más altas de Tenerife y La Palma, por encima de los 1900 metros, existen comunidades arbustivas abiertas, dominada por las leguminosas y prácticamente sin árboles, excepto escasos ejemplares de cedros.
Esta zona cuenta con numerosos endemismos, como el tajinaste rojo, el alhelí del Teide, la retama del Teide, la violeta del Teide , etc.