KAYAKS

KAYAKS

Si hay algo que diferencia a las personas del resto de seres vivos son las ideas y actos derivados de la inventiva y la creatividad, una búsqueda de la existencia que se manifiesta en ámbitos del saber y del hacer tan variopintos como la música, la literatura o la cocina, entre otros. Y si esas aficiones y sus resultados tienen algo que las caracteriza es que son adquiridas con esfuerzo, que suelen ser algo más que una afición pasajera y que se manifiestan en  artilugios, objetos o símbolos que llevan la estampa de su creador. Unas razones que motivan a una persona a dirigir sus intenciones a actividades que sólo pueden ser explicadas entendiéndolas como una necesidad de crear. Este es el caso de Manuel, un dianense afincado en las Islas que diseña y construye kayaks.

Para entender el por qué de estos vehículos marinos hay que entender a sus constructores y su hábitat, los Inuit. Las Islas Aleutianas son barridas por vientos constantes, motivo por el que construían sus canoas de modo que sobresalieran muy poco de la línea de agua, y así les afectara lo menos posible. Una de las características que llamaron la atención a los primeros viajeros que llegaron a estas islas era la rapidez que lograban estos botes y que podían navegar incluso a contracorriente. Este hecho estaba motivado por las características de las embarcaciones, pero también, por la técnica de remo y la fortaleza física que distinguía a sus habitantes.

Otra particularidad es su flexibilidad, una característica que se consigue dividiendo la quilla en tres piezas. No se sabe a ciencia cierta por qué se hacía la navegación con ese diseño bífido, si era por una cuestión estética para asemejarla a la forma de una nutria marina o para moverse con más facilidad en un entorno tan hostil, lo cierto es que este tipo de proa –cerrada y curvada hacia arriba en dos lenguas– es una seña de identidad inequívoca de los Inuit, ,  mientras que su popa de sus kayak era plana para favorece la velocidad.

El ejemplo que sigue es un modelo tipo baidarka (1826).

 

El método de construcción empleado es el denominado por tiras (strips), con el que se consigue una estructura robusta y adaptable a las distintas formas curvas o rectas y un peso ligero, indispensable para este tipo de embarcaciones. Las tiras de madera tienen unas dimensiones de unos 500x25x4-5 mm. unidas por sus cantos sobre una estructura de secciones o «cuadernas», que definen la forma del modelo a construir. Estas tiras se van amoldando para formar el casco y la cubierta en partes separadas, que posteriormente se unirán en una sola pieza.

Es recomendable utilizar maderas poco densas ya que, aparte de favorecer el encolado al tener el poro más grueso, permiten aligerar el peso total de la embarcación; si es excesivo, por encima de 20 kilos, sería extenuante para el remero e inadecuado para travesías largas. Para evitar el exceso de puntos de unión en los empalmes de las tiras, es conveniente que éstas sean largas,

La creatividad se puede desarrollar en los acabados, no así en el modelo, que es fijo y exacto, ya sea mediante el uso de distintos tipos o tonos de madera, ya sea por la disposición de las tiras, que pueden ser rectas o en curva. En este caso se ha utilizado cedro rojo y pino radiata. También se pueden aplicar taraceas o logos tribales , entre otros tipos de decoración.

Una vez acabado, se lija, se recubre el casco con fibra de vidrio fina (80-100 gr/m2) y resina epoxi para impermeabilizarlo por fuera y por dentro, y se le aplica una mano de barniz marino de buena calidad y resistencia a los rayos ultravioleta, a los que estarán muy expuestos. La estimación de horas de trabajo es de 300.

 

Diseño: original.
Autor: constructorkayak.blogspot.com.