Según una nueva investigación llevada a cabo por expertos del Max Planck Institute, aunque la temperatura media de la Tierra sufriese una variación de «solo» dos grados Celsius comparado con la era pre-industrial, la temperatura en verano en algunas regiones de África y Oriente Medio aumentarían mucho más en esta mitad del siglo XXI.

Esta situación, combinada con olas de calor prolongadas, megasequías que durarían décadas , y el polvo transportado por el viento del desierto, provocarían unas condiciones que serían imposibles para los humanos impidiendo habitar en estas zonas, y obligando a muchos de ellos a irse a otras zonas.

Para el año 2050, las temperaturas en verano en algunas partes del norte de África y Oriente Medio se mantendrían por encima de los 30ºC por la noche, mientras que por el día estas no bajarían de los 46ºC. Hacia el año 2100, estas áreas se tendrían unas temperaturas de 50ºC durante el día.

Las olas de calor también ocurrirán con más frecuencia de lo habitual, las cuales hasta el 2005 aparecían 16 días al año como media. Sin embargo, según estos nuevos estudios a mediados de siglo nos encontraremos con unos 80 días de calor inusual al año, y para el final del siglo la situación sería de unos 118 días de calor cada año.

De momento no parece que exista una solución posible con las «medidas» que los gobiernos han tomado hasta ahora, porque aunque se cumpliese con el objetivo de reducir las emisiones para el año 2040 la situación no cambiaría mucho. Sin embargo, si estas emisiones continuasen creciendo, podríamos enfrentarnos a un aumento de la temperatura media de la Tierra de hasta 4ºC.

Alejandro Sicilia González