Vidas de cómic

Las últimas décadas han convertido en habitual el hecho de que la industria cinematográfica eche mano de su primo pobre, el cómic, para nutrirse de guiones y personajes. No es tan frecuente, sin embargo, que el propio medio y sus autores sean objeto del interés del cine, o al menos del más comercial, siempre limitado por su vocación generalista y taquillera. La excepción es el documental, género minoritario, pero que cada vez más ambicioso, en la medida en que pone en cuestión las viejas convenciones sobre los temas que son o no susceptibles de ser tratados en una película de no ficción.

Nos ha parecido interesante traer aquí un puñado de títulos que han adoptado este enfoque en los últimos años. Todos ellos centran su interés en un autor relevante en la historia del cómic, pero de forma paralela tratan la cuestión de cómo los tebeos se han ido abriendo paso a un reconocimiento social y cultural del que no siempre han gozado.

DocusEn ese sentido, nos parece una tarea del máximo interés visibilizar a los autores más allá de los estrechos márgenes del aficionado tradicional y lograr así que sus nombres suenen a un público más amplio que por fin reconozca  en el cómic un medio de expresión artístico tan válido como cualquier otro.

Se trata de películas como Crumb, de Terry Zwigoff, Tintin et moi, de Anders Østergaard, Tatsumi, de Eric Khoo o Dear, Mr. Watterson, de Joel Allen Schroeder.

El Mr. Watterson que da título a la última de estas películas no es otro que el creador de la genial tira gráfica Calvin y Hobbes. Una creación que pronto contó con el aplauso de millones de seguidores en la prensa diaria de Estados Unidos y cuya fama se expandió rápidamente al resto del planeta, donde desde la década de los años 80 del siglo pasado ha vendido millones de copias de sus libros y conquistado a varias generaciones de lectores.

Dear-Mr-WattersonA pesar de que Dear, Mr. Watterson es formalmente un documental convencional, con multitud de entrevistas yuxtapuestas que van configurando el retrato global del autor y su trayectoria, lo cierto es que, a medida que avanza, Joel Allen Schroeder nos propone una serie de reflexiones sobre los cambios que afectaron al mundo del cómic a lo largo de la carrera de Watterson, la lucha de este por otorgarle el prestigio cultural que merecía, o su quijotesco enfrentamiento contra los intentos de mercantilización de sus personajes.

ExamenMás allá de sus limitaciones, este documental se muestra finalmente como un emotivo homenaje a la relación de los lectores de cómic con sus personajes favoritos, así como a la capacidad de obras tan notables como Calvin y Hobbes de influir en millones de personas y borrar de una vez por todas las falsas dicotomías entre alta cultura y cultura popular.

Joaquín Ayala

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