De lo inevitable

Todos sabíamos que en algún momento tenía que llegar. Hicimos propuestas de lectura de cómic para las bibliotecas escolares de primaria y secundaria, pero siempre se quedó en el tintero una lista de recomendaciones para bachillerato. Se ha hecho de rogar, pero les presentamos al fin una relación de cincuenta y una obras pensadas para ser leídas en esa etapa educativa. Les advierto de que no se trata de un documento cerrado. Es fruto de debates en los que dolían como nunca los descartes. Con todo, el listado que ofrecemos a continuación tiene una amplitud de miras suficiente como para mostrar un panorama actual del noveno arte que puedan disfrutar por igual alumnado y docentes.

Hay autoras y autores; locales y foráneos; de humor gráfico, superhéroes, manga o cómic europeo. Hay cómics costumbristas y experimentales; biografías de artistas, científicos; pedazos de vida de los propios dibujantes e, incluso, vidas inventadas que (nos) explican la realidad. Hay clásicos asentados y apuestas personales. Pero, sobre todo, hay un poco de cada uno de nosotros en cada título.  

Ahí van…

  1. Autobiopsia, de Eduardo González (Idea)
  2. Lamia, de Rayco Pulido (Astiberri)
  3. Maus, de Art Spiegelman (Reservoir Gráfica)
  4. El arte de volar, de Antonio Altarriba y Kim (Norma)
  5. El ala rota, de Antonio Altarriba y Kim (Norma)
  6. Yo, asesino, de Antonio Altarriba y Keko (Norma)
  7. Todo Paracuellos, de Carlos Giménez (Debolsillo)
  8. Persépolis, de Marjane Satriapi (Reservoir Gráfica)
  9. Jamás tendré 20 años, de Jaime Martín (Norma)
  10. Los puentes de Moscú, de Alfonso Zapico (Astiberri)
  11. Picasso en la guerra civil, de Daniel Torres (Norma)
  12. Una posibilidad, de Cristina Durán y Miguel Ángel Giner (Astiberri)
  13. Historias del barrio, de Gabi Beltrán y Bartolomé Seguí (Astiberri)
  14. Los surcos del azar, de Paco Roca (Astiberri)
  15. Que no, que no me muero, de María Hernández y Javi de Castro (Modernito Books)
  16. Sócrates, de Joann Sfar y Christophe Blain (Fulgencio Pimentel)
  17. El solar, de Alfonso López (La Cúpula)
  18. María y yo, de Miguel Gallardo (Astiberri)
  19. Ofelia 1, de Julieta Arroquy (Diábolo)
  20. El árabe del futuro 1, de Riad Sattouf (Salamandra)
  21. Los ignorantes, de Étienne Davodeau (La Cúpula)
  22. No puedes besar a quien quieras, de Sandrine Revel y Marzena Sowa (La Cúpula)
  23. Problemas del primer mundo, de Laura Pacheco (Lumen)
  24. Quico Jubilata, de J. L. Martín (Sapristi)
  25. Tiempo de canicas, de Beto Hernandez (La Cúpula)
  26. Dentro de nada, de Juan Berrio (Astiberri).
  27. Palestina, de Joe Sacco (Planeta Cómic).
  28. Historias frías, de Jorge Zentner y Tha (Astiberri).
  29. Serie negra. Integral, de Jordi Bernet y Enrique Sánchez Abulí (Panini).
  30. Croqueta y empanadilla 1, de Ana Oncina (La Cúpula).
  31. No me dejes nunca, de Jason (Astiberri)
  32. Gemma Bovery, de Posy Simmonds (Sins entido)
  33. Piruetas, de Tillie Walden (La Cúpula)
  34. Sally Heathcote. Sufragista, de Mary M. Talbot, Kate Charlesworth y Bryan Talbot (La Cúpula)
  35. Feynman, de Jim Ottaviani y Leland Myrik (Norma)
  36. Corto Maltés. Equatoria, de Juan Díaz Canales y Rubén Pellejero (Norma)
  37. La anciana que nunca jugó al tenis y otros relatos que sientan bien, de varios dibujantes (con guion de Zidrou) (Norma)
  38. El ángelus, de Frank Giroud y Homs (Norma)
  39. 300, de Frank Miller (Norma)
  40. Black Hammer 1. Orígenes secretos, de Jeff Lemire y Dean Ormston (Astiberri)
  41. Superman. Hijo rojo, de Mark Millar y Dave Johnson (ECC)
  42. Watchmen, de Alan Moore y Dave Gibbons (ECC)
  43. La Visión, de Tom King y Gabriel Hernández Walta (Panini)
  44. El bosque milenario, de Jiro Taniguchi (Ponent Mon)
  45. Solanin, de Inio Asano (Norma)
  46. El arte. Conversaciones imaginarias con mi madre, de Juanjo Sáez (Astiberri)
  47. Vincent, de Barbara Stok (Salamandra)
  48. Vidas paralelas, de Olivier Schrauwen (Fulgencio Pimentel)
  49. Röhner, de Max Baitinger (Fulgencio Pimentel)
  50. Blotch, de Blutch (La Cúpula)
  51. 1984, de Fido Nesti (novela G. Orwell) (Debolsillo)

Mirando hacia atrás con tiras

Tebeos con clase también disfrutó de su minuto de gloria (más bien veinte) en la reciente y exitosa edición virtual del Salón internacional del cómic y la ilustración de Tenerife. Dentro de los innumerables actos que congregó esta XVII entrega, la organización de Santa Cruz Cómic 2020 consideró interesante conocer un poco mejor nuestro proyecto y rememorar los diez años de funcionamiento de nuestro grupo de trabajo docente.

Desde aquí queremos agradecerles que hayan contado con nosotros y felicitarles por la riqueza e interés de las actividades, charlas y exposiciones que han conformado el lujoso programa de este año.

Además, queremos aprovechar esta entrada para celebrar el especial protagonismo de uno de los miembros del grupo, Julio Santamaría, que, también en el marco del Salón chicharrero, presentó su ya esencial libro sobre Blacksad. Un clásico instantáneo.




Humor gráfico en tiempos de coronavirus

Eneko

Esta entrada podría tener múltiples enfoques y va a acabar por no tener ninguno. Uno de los términos más usados en este entrañable año 2020 ha sido incertidumbre y, en coherencia, en esta nueva aportación a nuestro blog no vamos a cometer, ni mucho menos, la impertinencia de aportar certezas.

Salvo una: todo hubiera sido aún peor sin el humor gráfico. Los dibujantes y guionistas que aparecerán junto a estas líneas, y muchos otros que no estarán por motivos de espacio, han hecho bastante más digerible el trago de vernos inmersos, sin previo aviso, en semejante distopía.

Raquel Gu

Y es que el humor, y más concretamente el humor inteligente, ha demostrado también en estas lamentables circunstancias, poseer el alquímico atributo de convertir la basura en oro y el oro en basura. De arrojar más luz y serenidad sobre lo que nos está pasando que los ríos de tinta y palabrería que nos han decepcionado y aturdido. El buen humor gráfico ni polariza ni refuerza bandos y fronteras. Al contrario, creo que los difumina y desdibuja.

Mauro Entrialgo

Desde el punto de vista didáctico lo más sensato es que les remita a la magnífica entrada previa de David Coiduras en este mismo blog sobre el uso de viñetas políticas. La actividad allí sugerida sobre análisis y reflexión a partir de viñetas de prensa es perfectamente aplicable a los ejemplos que acompañan este texto y a otros muchos que han protagonizado una verdadera edad de oro del humor gráfico en tiempos de penuria.

La localización del tema, tesis y los argumentos empleados, así como la generación de una reflexión posterior sobre dichos elementos se me antojan actividades no solo potencialmente exitosas sino indispensables para confrontar al alumnado con una tipología comunicativa que con casi toda probabilidad no van a frecuentar por sí mismos.

JL Martín

Pero más allá de ese análisis funcional, me gustaría insistir en la relevancia del papel jugado por el humor gráfico durante lo que llevamos de pandemia. En su elegante forma de afrontar la perplejidad que nos paralizó a todos, de señalar nuestras contradicciones y miserias, de defender la libertad y el espíritu crítico frente a la polarización extrema y las disciplinas ideológicas. Ahí es nada.

Nuestra tesis, en fin, es que los viñetistas de la prensa y de las revistas de humor han sido y están siendo los mejores periodistas de opinión de esta edad oscura. ¿Podemos permitirnos no hacerlos visibles en nuestras aulas? ¿Tenemos alguna herramienta mejor y más efectiva para invitar a pensar sobre el tiempo que nos ha tocado vivir?

Max
Raquel Gu
Mauro Entrialgo
Gallego y Rey
Eneko
Padylla

Al respecto de este último autor no podemos dejar de recomendar la visita a la estupenda exposición Las viñetas de Padylla, enmarcada dentro del programa del Festival Santa Cruz Cómic, y que está teniendo lugar en estos días en la Sala de exposiciones del Parlamento de Canarias.

Joaquín Ayala

Sobre tebeos y setas

La micología, el estudio de los hongos, tiene tantas ventanas como el mundo de los tebeos. Hay aficionados a las setas que solo las buscan para comer, otros las estudian y no las comen, otros solo las fotografían, hay quienes coleccionan sellos de todo el mundo solo de setas, o libros de cocina de setas. Tantas opciones como en los cómics, donde hay quien prefiere el manga, el europeo, el americano, cómic dibujados por mujeres, especialistas solo en Bruguera, etc.

Tio Vivo

Se pueden reconocer autores “tebeomicófilos” y son los procedentes de aquellas regiones del mundo donde existe un conocimiento popular y una tradición “setera” muy antiguas: Francia, Italia, Cataluña, Méjico, América del Sur, Japón o China. 

Fotografía de dibujantes de Bruguera, en la página no oficial de Mortadelo y Filemón. http://mortadelo-filemon.es/

Estos autores micófilos dibujan las setas con un gran realismo y son profundos conocedores de las zonas de recolección y de los momentos de la temporada micológica. Es el caso de Benejam, autor inicial de la Familia Ulises. 

La familia Ulises

Aparte de las historietas centradas en las setas, en las que destacó el citado Benejam, pero también encontramos aportaciones de Vázquez o de Ibañez entre cientos de ejemplos, la mayoría de los autores las utilizan como atrezzo del escenario de la viñeta, algo que es muy común en el cómic europeo y en el japonés. En el caso asiático, su relación con el tema fúngico es muy antigua. El primer hongo cultivado, en China, fue probablemente la oreja de Judas (Auricularia auricula-judae), en troncos de madera, en el siglo XII. De igual manera, se lleva cientos de años cultivando el «shiitake» (Lentinula edodes) en la provincia de Zhejiang y perfeccionando su cultivo hasta la actualidad. Cultivo que se ha propagado por todo el mundo.

Muchos otros autores dibujan sus historias con el objetivo de la búsqueda de setas como recurso principal.

Din Dan

Taniguchi

Hay incluso una especialidad aparte: la cocina de las setas.

Taniguchi, El gourmet solitario

Carpanta

Y, por último, una reflexión sobre los terribles galos que tanto perturbaban la vida de César:

Astérix

 

¿Serán las Amanita muscaria el secreto de su poción mágica?

 

 

 

 

Vicente Escobio

 

Sobre el cómic social y la escuela


Comenzaré esta entrada impugnando la falsa dicotomía entre entretenimiento y seriedad. Ni todo lo trascendente es aburrido ni todo lo liviano es necesariamente divertido: como casi siempre, entre el blanco y el negro existe una larga gama de grises. Digo esto porque se podría considerar materia descabellada siquiera sugerir el uso en el aula de un tebeo que aborde problemas sociales. El precepto de no introducir asuntos deprimentes en las vidas de un alumnado que ya tiene sus propios dificultades ha calado en la práctica docente más de lo que somos conscientes. Para problemas ya está la vida, se contraargumenta.

Sin embargo, debemos recordar que uno de los principales objetivos de nuestros centros educativos es contribuir de forma sustancial a la formación de una ciudadanía crítica y preparar, así, a los futuros ciudadanos y ciudadanas para que sean capaces de participar de forma activa en la vigilancia y construcción de un mundo mejor y más justo (algo que se antoja complicado si en nuestras clases no hacemos visibles las realidades incómodas que nos rodean).

Cambiar el mundo

Existe un tipo de creadores para los que la literatura puede y debe ser un lugar de denuncia de los males de la sociedad, que permite expresarse a los más desamparados y contribuye a transformar el mundo. Al concepto que engloba esta manera de pensar la literatura como acción se le ha denominado tradicionalmente literatura social.

Los vaivenes políticos, sociales y, por supuesto, económicos hacen que esta corriente literaria aparezca y desaparezca periódicamente del foco de la actualidad. Así, cada cierto tiempo, la literatura regresa a las vidas de los periféricos y los invisibles para devolverles a un primer plano, a pesar de las resistencias de aquellos que siguen entendiendo que la literatura es asunto demasiado elevado para mezclarse con el panfleto político, o que debe conducirnos más a la evasión que a la catarsis. En la literatura española contemporánea, interesantes autores como Isaac Rosa, Marta Sanz, Elvira Navarro o Pablo Gutiérrez, entre otros, han vuelto a introducir los conflictos sociales en sus libros.

Cómic social

 

 

 

 

 

 

La irrupción de la denominada novela gráfica también ha traído consigo el auge de un tipo de cómic que aborda aspectos sociales y problemáticas hasta entonces inéditas en la producción tebeística española. El éxito sin precedentes de dos obras esenciales publicadas en 2007, Arrugas, de Paco Roca (Astiberri) y María y yo, de Miguel Gallardo (Astiberri), abrieron las puertas a muchas otras que han recorrido esa senda hasta nuestros días.

El último hito en esta corriente ha sido la concesión del Premio Nacional del Cómic 2019 a El día 3, de Miguel Á. Giner Bou, Cristina Durán y Laura Ballester (Astiberri, 2018), en el que se relata el trágico accidente sufrido en el metro de Valencia el 3 de julio de 2006 y cómo, en aquel momento, los representantes políticos establecieron un blindaje gubernamental que obstaculizaba las investigaciones e intentaba imponer sobre la tragedia una densa capa de olvido, contra la que debieron luchar los afectados y sus familias durante años.

Entre esas dos fechas, son muchas las obras que se podrían mencionar en esa misma línea, pero me voy a limitar a dos cómics que tienen en común la participación de uno de los nombres anteriormente citados, Isaac Rosa, periodista y novelista nacido en 1974. Rosa es coautor, junto a Cristina Bueno, de Aquí vivió: Historia de un desahucio (Nube de Tinta, 2016) y prologuista de El mundo a tus pies, de Nadar (Astiberri, 2015).

 

 

 

 

 

En el primero, tal como indica su título, se aborda la plaga de los desahucios que ha asolado nuestro país desde la llegada de la crisis. Se trata de una novela gráfica que da testimonio de la destrucción de las clases medias y la perversa realidad construida por la burbuja inmobiliaria, pero que también nos adentra en los nuevos modelos de lucha ciudadana que surgen en contraposición y se enfrentan a las ejecuciones forzosas de los desahucios. Un escenario en el que los autores sabrán introducir con pericia diversas soluciones gráficas para ilustrar la convivencia diacrónica de pasado y presente en unos pisos que han sido testigos, por igual, de la ilusión y el drama.

El segundo tebeo, de título irónico, se ocupa de la generación perdida de jóvenes que, a pesar de su preparación y de las promesas con las que crecieron, se ven abocados a enfrentarse a una realidad que no cuenta con ellos: paro, precariedad y emigración forzosa serán las nuevas reglas del juego con las que deberá vérselas toda una generación para la que no ha habido ni soluciones políticas ni salidas.

En definitiva, nuestra propuesta es que, a través de estos u otros títulos, nos atrevamos a trabajar con nuestro alumnado, también mediante el cómic, ese despertar de la mirada crítica al mundo que nos rodea.

En ese sentido, hemos querido recopilar una serie de enlaces a pequeños cómics divulgativos sobre diversos aspectos sociales, entre los que destacan cuestiones como la perspectiva de género, los conflictos armados o los movimientos migratorios. Creemos que pueden ser ideales para trabajar en el aula en una pocas sesiones y sin necesidad de contar con un presupuesto específico, dado que todos ellos están actualmente disponibles en la red con carácter gratuito y algunos hasta vienen acompañados por su propias guías didácticas. Además del interés de los aspectos tratados, estos han sido creados por una estupenda nómina de autores y autoras del cómic patrio (con alguna incorporación foránea).

Si algún lector o lectora de esta entrada conoce otras propuestas similares que se nos hayan escapado, puede remitirnos los enlaces a través de los comentarios. Nos encantaría ir enriqueciendo esta selección con nuevas aportaciones. Gracias de antemano.

Joaquín Ayala

 

1. Puro Perú, Paco Roca, Ana Miralles, Núria Tamarit, Javier de Isusi y otros
La situación medioambiental del planeta, en la selva amazónica y en la sierra del Perú.

2. Pillada por ti, Cristina Durán y Miguel A. Giner Bou
Consecución de una sociedad libre de violencia contra la mujer. Defensa de los valores no discriminatorios, rechazo a estereotipos y la necesidad de respetar a la otra persona.

3. Esclavas, Alicia Palmer y Bosco Rey-Stolle
Lucha contra la trata de mujeres con fines de explotación sexual.

4. Científicas. Pasado, presente y futuro, Raquel Gu
Ofrecer a las niñas y jóvenes referentes femeninos en el mundo de la ciencia para que este no les resulte ajeno por el mero hecho de ser mujeres.

5. Teresa Perales. Comics, David Aja, Purita Campos, Javier Olivares, Manel y Monteys, Calpurnio, Moderna de Pueblo, Luis Bustos, Miguel Ángel Martín, Liniers y otros.
Teresa Perales es una de las deportistas con más medallas en la historia de los Juegos Paralímpicos. Visibilizar el deporte de Personas con Discapacidad.

6. Gaza Amal, Susanna Martín
Gaza Amal es un cómic de la UNRWA (Agencia de las Naciones Unidas para la población refugiada de Palestina) que rompe prejuicios y estereotipos sobre las mujeres de Gaza.

Como apoyo del proyecto Gaza-Amal, esta guía didáctica trabaja los Derechos Humanos y la Igualdad de Género a través de las historias de mujeres refugiadas de Palestina

7. Cuando cierro los ojos, recuerdo, Cristina Bueno
Trata, en clave de género, el viaje forzado de las personas refugiadas y la guerra de Siria.

8. Pasitos en la arena, Brice Reignier
La cuestión de la migración y, en particular, la protección de los niños en movilidad. Abordar las causas profundas de la migración irregular y el desplazamiento forzado. La protección de los niños en movilidad de conformidad con la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño.

9. El conflicto del Sahara en menos de 3000 palabras, Mauro Entrialgo
Este cómic pretende acercar de manera sencilla y resumida el conflicto del Sahara Occidental a adolescentes, jóvenes y personas adultas.

10. Imposible mirar para otro lado, Alfonzo Zapico
Varios relatos sobre la construcción de la paz a través de la sensibilización y la educación para el desarrollo. Conflictos armados.

11. Palestina. Un vistazo al pasado, una mirada al presente, Bernardo Vergara
Una aproximación al conflicto palestino- israelí, que permanece enquistado desde hace más de sesenta años.

12. ¿Qué es el comercio justo?, Iago Araujo
Una mirada al funcionamiento del mercado internacional de materias primas, a los impactos de las grandes superficies sobre la economía local, las tiendas de barrio, el campesinado y el medio ambiente. La alternativa del comercio justo y el consumo responsable.

Actualización: La guionista de Esclavas, Alicia Palmer, nos remite el enlace a otras dos cómics suyos que pueden descargarse en la página de los amigos de Tebeosfera, en el siguiente enlace: https://www.tebeosfera.com/colecciones/hombres_feministas_2017_cepaim.html

Muchísimas gracias por enriquecer esta entrada.

2020 Année Nationale de la Bande Dessinée

La 47 edición del Festival de cómic de la ciudad francesa de Angoulême da el pistoletazo de salida a un año lleno de actividades relacionadas con el noveno arte y que tiene como padrinos y madrinas a artistas relevantes del mundo del cómic franco-belga como son Florence Cestac, Catherine Meurisse, Jul y Regis Loisel . El Gobierno francés apuesta por un arte muy popular dentro de sus fronteras  pero al que no se le da el suficiente valor por parte de las instituciones públicas. Francia es el tercer país productor mundial de cómic y su creación se ha multiplicado por diez desde 1996. Hoy en día, cerca de 8 millones de franceses compran cómics, es decir, un 14% de la población. Su peso económico es importante, pero frente a estas cifras hay desequilibrios y debilidades que afectan, sobre todo, a la situación económica y social de los autores.

 

El Ministro de Cultura, Franck Riester, anunció que 2020 será el año dedicado a potenciar el conocimiento del noveno arte, a hacerlo más accesible, más atractivo y a darle su lugar en instituciones públicas, ya sean bibliotecas o centros educativos. Este anuncio viene respaldado por un estudio realizado durante 2019 por  Pierre Lungheretti, director  de la Cité internationale de la BD, titulado “ La Bande Dessinée, nouvelle frontière artistique et culturelle, 54 proposistions pour une politique nationale renouvelée” en el que preconizaba una refundación de la política pública, articulada en siete ejes:

  1. Reforzar el reconocimiento institucional y simbólico del Noveno Arte.
  2. Mejorar la situación de los autores.
  3. Desarrollar la difusión y la visibilidad del cómic, favoreciendo el pluralismo.
  4. Iniciar una política voluntarista de educación artística y visual.
  5. Asegurar una mayor influencia del cómic francés en el mundo.
  6. Llevar a cabo una política nacional del patrimonio del cómic.
  7. Establecer una nueva organización ministerial en torno a la BD.

Con el lema “La France aime le 9º art” se llevarán a cabo en torno a 700 iniciativas en todo el Hexágono organizadas conjuntamente por el Centro Nacional del Libro (CNL) y la Ciudad Internacional del cómic y de la imagen (CIBD), en colaboración con el Ministerio de Cultura. Todas estas actividades, sean exposiciones, charlas o festivales, entre otras iniciativas, se articulan en torno a los siguientes temas:

  1. Popular, para acercar el cómic al gran público.
  2. Artístico, para mejorar la labor de los autores y la creación en toda su diversidad.
  3. Cultural y patrimonial junto con las entidades culturales, nacionales y autonómicas.
  4. Educativo, para ampliar y mejorar la presencia del cómic en la escuela.
  5. Profesional, junto con los representantes de autores, de festivales, de editores y de sociedades de gestión de derechos de autor.
  6. Académico, intelectual y de investigación.
  7. Internacional, para extender la presencia y notoriedad de la creación francesa en el extranjero.

En medio de toda esta publicidad y apoyo por parte del gobierno galo, quedan algunas preguntas  que esperemos tengan respuesta a lo largo de este 2020:

¿Cómo darle al cómic su espacio en la cultura? ¿Cómo conseguir que los autores se puedan ganar la vida con sus creaciones? ¿Cómo conseguir que las jóvenes promesas puedan desarrollar su talento y creatividad en medio de un mercado en desarrollo?

Edurne Binoche

Uso de viñetas políticas para trabajar tema, tesis y posicionamiento en bachillerato

COMIC 01

COMIC 02

COMIC 03

COMIC 04

 

En el siguiente enlace encontrarán la actividad de la que se habla en esta entrada. Esta actividad se realizó en el IES Tegueste durante el primer trimestre del curso 2019/2020 en 2º de Bachillerato.

Actividad basada en viñetas para trabajar tema, tesis y posicionamiento en bachillerato (pdf).

También tienen aquí las dos páginas en formato editable:

Aprendiendo a narrar con imágenes

Durante mis bastantes años dando clase he probado en muchas ocasiones a que los alumnos dibujen un cómic.

El primer bloqueo surge con su valoración de lo que es un buen dibujo, motivo por el que muchos abandonan sus trazos al verse incapacitados para representar de forma realista el entorno. Como bien decía el ilustrador Puño en una charla, la pregunta no es ¿Cuándo empezaste a dibujar?, sino más bien ¿Cuándo dejaste de dibujar?, ya que todos los niños manifiestan su deseo de dejar su huella en un papel cuando no, directamente en la pared.

La labor del profesor estriba en hacerles ver que el cómic trata de conceptos y símbolos, no de realismo, y que un buen dibujo, al menos en el caso del cómic lo es cuando cumple los objetivos que se ha planteado su autor, lisa y llanamente. La falta de pericia es lo que les provoca inmovilismo. Yo procuro jugar con ellos al Pictionary, del  cual sacamos múltiples enseñanzas. Lo ideal es usar palabras no tangibles, conceptos tales como “repetir”, “empatar”-prohibiendo el uso de números-“divorcio”, “testigo”, “caos”, etc.

Les hablo de la metonimia, cómo usamos una chola con calcetín para representar la palabra guiri, o un volante para un coche.

También del  ruido. En muchas ocasiones el alumno se bloquea y al no tener más recursos para proporcionar información válida al resto de la clase se dedica a pintar un bigote al personaje, por ejemplo. Es entonces cuando hago hincapié en que, usando tan pocos elementos, cualquiera que introduzcamos es elevado a la categoría de crucial y si no aporta nada sino que despista es, simplemente, ruido.

Hablamos, a su vez, de la mayor ambigüedad del lenguaje visual frente al verbal, les hago pensar en otras maneras de representar la misma palabra que el que la ha realizado en la pizarra.

Otra conclusión que podemos sacar de este completísimo ejercicio es el uso simbólico de la imagen. Más de uno dirá que conoce a un guiri que no lleva cholas, pero yo recurriré a los pictogramas de aseos femeninos para demostrar que, aunque ninguna alumna lleve falda en ese instante en la clase, todos interpretan que esa puerta conduce al baño de las chicas, o que un agujero cuadrado con un arco de semicircunferencia encima es percibido antes como una madriguera de ratón que la real. ¿Cuántos ratones manejan el compás y la escuadra y el cartabón?

También cabe desarrollar la exageración de lo expresado gráficamente en aras de la claridad. Normalmente hacen tímidamente una boquita para una persona habladora o no relacionan dos figuras, poniéndolas de frente al espectador, con los brazos caídos.

Les pido que si los monigotes tienen que ver entre sí se toquen o miren, y que el personaje palicoso tenga una boca gigante y 20 bocadillos de texto alrededor.

Luego viene la madre del cordero. Plantear una historia. “No se me ocurre nada” o bien “Va Juan por la calle se encuentra a Ayram. Se saludan. Fin.”

No, no. Hay que plantear un conflicto. Un personaje quiere algo y equis se lo impide. Se resuelve de una forma inesperada.”Ah, ¡Ya sé! Ayram es abducido por los alienígenas. Se escapa. Fin”

“No, no.”

“¡Ya sé! ¡ Al final lo matan!”

Total, que habría que recurrir al uso de anécdotas. Para ellos, a esas edades, todo tiene una importacia crucial y un viaje a Disneylandia les parece la hostia, aunque no tenga ni planteamiento, ni nudo, ni desenlace.

Una idea que surgió de la colaboración con Eduardo González  fue barajar esas ideas en una bolsa y que, cual amigo invisible, ellos sacaran una ajena y trataran de narrarla. Si no funciona, al menos servirá para que se den cuenta de que sus compañeros no han escrito una historia, que no hay un conflicto y que nada avanza y desde luego, no tendrá el carácter emotivo de haberlas protagonizado en primera persona y esa distancia hará que traten de conferirles un nuevo interés.

Los cuentos infantiles funcionaron en una ocasión para 4º de la ESO.

Otras maneras de evitar esto son que cuenten un chiste. Aquí el peligro es que el chiste sea verbal y la omisión de la imagen derive en idéntico significado.

Si tapamos la imagen y leemos el texto, ambos chistes funcionan igual que con ella.

Si tapamos la imagen y leemos el texto, ambos chistes funcionan igual que con ella.

Por supuesto, los aguijoneamos u obligamos a que incluyan una tormenta de ideas con un número mínimo de palabras. Si les digo que 30, se les hace cuesta arriba, a pesar de haberla hecho sin mayor problema e identificando al menos 60 vocablos entre todos, en una relativa a “fútbol” o “peluquería”. Les explico que no lo vean como un trabajo, sino como el material -los ladrillos- con los que podrán edificar la historia; a mayor cantidad de ladrillos, más posibilidades. No cala, pero ayuda.

Deben colocar las palabras en columnas para verlas globalmente y relacionarlas fácil y visualmente. El final ha de ser lógico pero inesperado- les insisto.

En cuanto al miedo a la hora de representar la información se pueden encontrar principalmente dos, diametralmente opuestos: o el alumno sabe dibujar demasiado, con lo cual se luce olvidando lo primordial, esto es, la información a comunicar, e incluyendo cantidades industriales de ruido gráfico, o no sabe dibujar nada y poner un personaje de perfil  le resulta un mundo.

Para el primero podemos optar por simplificar usando las herramientas de Ivan Brunetti  en su libro Cartoooning , me refiero a dibujar el coche que conozcan en 5’ con la mayor cantidad de detalles que recuerden, hacer lo mismo en un segundo y tercer dibujos pero con 30« y 10´´ respectivamente, con la instrucción obligatoria de terminarlo en ese lapso.

Para los segundos mucha gente opta por herramientas existentes en la web, pero que, a mi criterio, son un error. Estas son como cliparts, y estriba en ellas el peligro de que tengan información no deseada, tal como una postura que mola (un escorzo, por ejemplo, cuando en ese plano no sería pertintente) o una vestimenta inadecuada.

Los alumnos se podrían colocar en las posturas de los personajes y fotografiarse con el móvil, aunque el entorno real, plagado de detalles aleatorios , compite de nuevo con la información a transmitir, creando más y más ruido visual. El cómic trabaja con conceptos, la realidad rebosa ruido.

Otro recurso es escenificarlo mediante mímica, algo más próximo al lenguaje del cómic, en la que los alumnos sí estarán pendientes de qué información necesitan transmitir y la recrearán al no estar disponible en su alrededor inmediato.

Yo insisto en la idoneidad de los muñecos de palo, eso sí, con características distintivas que los hagan diferenciarse en el caso de ser deseable o imprescindible. Un bigote, un sombrero, o una camiseta de un color determinado pueden ser más que suficientes para este objetivo.

El uso de un guión gráfico y de unos bocetos se demostrará requisito sine qua non para la realización del cómic. ¡Cuántas veces no me habrán dicho aquello de “Y aquí va un ejército de mil mongoles con las armaduras centelleando al sol” y yo les habré dicho. “Vale, pues dibújalos.”

Cierto, un alumno de la ESO no se expresa así, nunca me lo han dicho, pero sí descripciones carentes de muchas decisiones relevantes, tales como el uso del plano, dónde van los bocadillos, qué elementos están en primer término, dónde van los negros, etc.

No solamente a todos estos inconvenientes se enfrenta el profesor que decide exponer a sus alumnos a la realización de un cómic. El uso de los distintos planos también será soslayado por parte de ellos. Tal y como Segar, autor de Popeye, lógica y sinceramente hiciera en la primera veintena del siglo XX , titulando su tira periodística como Timble Theater (algo así como teatro del dedal) los alumnos usarán solamente un plano general, deudor del que constamente los espectadores observan el teatro, en el que los personajes se moverán a derecha e izquierda. Si algún elemento es demasiado pequeño para ser subrayado o percibido con claridad en un primer plano se perderá en ese otro tan alejado, elegido por  los alumnos por simple y plana falta de costumbre o análisis. Por ello, pienso que sería adecuado obligar a los alumnos al uso de varios planos distintos del general en la narración de su historia.

Otra cuestión que podemos manejar es el orden de los planos. Un sano ejercicio es reordenar los planos de una página ya editada para conseguir que tenga un sentido, seguramente otro del planteado originalmente.

Muchas veces ignoran la información que están comunicando y la dan por sobreentendida, en un “Yo me entiendo” tan propio de ellos en el lenguaje hablado.

“Es que la madre…”-explican…

”¿Quién es la madre?”

”Esta”

”¿Y cómo lo sabemos? ¿Se ha visto o dicho antes?”

Antes que nada, el alumno habrá de colocar los bocadillos de texto, de manera que sean legibles (de izquierda a derecha y de arriba abajo) y se dará cuenta de que el personaje que primero hable debe estar colocado a la izquierda.

Otro ejercicio sanísimo es leer el cómic sin texto y ver qué se desprende de él. Podemos verbalizarlo, describiendo la acción.

Esta página de Yves Chaland es un magnífico ejemplo de ello, en la que prácticamente toda la información está dada mediante el dibujo.

 

 

No sé si todo esto servirá de algo. Hoy he puesto el ejercicio de crear una historia corta en un 2º de la ESO, asignatura de Prácticas comunicativas y creativas. He puesto un guión relativo a las posibilidades que tenían: Tormenta de ideas de un tema que les molara, uso de una anécdota personal, adaptación de un cuento infantil, adaptación de un chiste visual.

Nadie ha hecho nada, sólo el empollón ha escrito algo: “Estábamos tirando petardos cuando uno salió rodando calle abajo. Explotó junto a un coche de policía que pasaba justo por allí.” “Vale. ¿Y cómo acaba?” “Salimos corriendo y llegamos a casa.”

Álvaro Manzanero

El tebeo: una herramienta más en las materias de secundaria.

En Tebeos con clase estamos convencidos de las posibilidades ilimitadas del noveno arte como herramienta educativa. Cada vez son mas los profesionales de la educación que abren una ventana al cómic en sus aulas, algo que coincide en el tiempo con el reconocimiento social del medio (consolidación del Premio Nacional de Cómic, adaptaciones a otros formatos, presencia en medios de comunicación…). Con todo, la falta de información sobre títulos que puedan encajar con nuestra asignatura puede refrenar nuestro entusiasmo inicial hacia los tebeos.

Está claro que la naturaleza híbrida del medio, mezcla de imagen y texto, hace que cualquier cómic sea susceptible de ser objeto de nuestra atención en las materias de Educación Plástica, Visual y Audiovisual, de Lengua Castellana y Literatura y de idiomas (recordemos la importancia de los mercados franco-belga y norteamericano). Pero esto no quiere decir que no haya obras a las que se pueda sacar un partido extraordinario desde otros departamentos didácticos. El de Geografía e Historia sería, sin duda, el mejor posicionado de todos ellos. La vista atrás para recuperar la memoria de lo que Hobsbawn llamara “corto siglo XX” ha dado su fruto en títulos tan indispensables como Maus, de Art Spiegelman, o El arte de volar y El ala rota, de Antonio Altarriba y Kim. La lista de tebeos recomendables para Geografía e Historia es tan amplia que lo mejor será echar un vistazo al blog de Historia y cómic, cuyo responsable, David Fernández de Arriba, es también el coordinador del recién publicado Memoria y viñetas. La memoria histórica en el aula a través del cómic.

Y sin embargo, el universo del cómic es tan vasto que es posible descubrir ejemplares de calidad que aporten nuevos modos de acceder al alumnado desde todas las materias de la ESO. No es nuestro propósito en esta entrada el hacer un extenso catálogo de todos ellos. Mencionaremos unos cuantos como botón de muestra y, si se animan, quedan a su disposición los comentarios para ir engrosando la lista.

Comencemos, por ejemplo, con Feynman, de Ottaviani y Myrick, una biografía del excéntrico Nobel de Física en la que se da cuenta de sus trabajos en el campo de la mecánica cuántica y su participación en la creación de la bomba atómica.

Otro Nobel, en este caso de Literatura, fue el filósofo y matemático Bertrand Russell, cuya larga y ajetreada vida sirve de hilo conductor en Logicómix. Una búsqueda épica de la verdad, de Apostolos Doxiadis y Christos H. Papadimitriou para conocer los avances matemáticos y a sus protagonistas a finales del XIX y comienzos del XX.

Filosofía en viñetas, de Michael E. Patton y Kevin Canon, hace, en cambio, un recorrido por la filosofía basado no tanto en una historia cronológica como en una reflexión sobre los grandes interrogantes a los que se enfrenta esta disciplina y a cómo los han abordado los filósofos más relevantes.

Por último, mencionaremos El increíble viaje de Alexander von Humboldt al corazón de la naturaleza, de Lilian Melcher y Andrea Wulf, un intento de abarcar la vida de quien fue uno de los mayores hombres de ciencia del XIX. Un cómic que une los conocimientos sobre el autor de Wulf a la interesante propuesta gráfica de Melcher.

Lo dicho. Hay un cómic para cada materia. Suma y sigue.

Los tebeos en España hace unos cuantos años…

Muchos lectores de cómic y tebeos de la actualidad, ya maduras y maduros, se iniciaron en los años sesenta y setenta del siglo XX, en la cantera de las revistas semanales, que nunca faltaban en los quioscos, fieles al encuentro de los lectores. Cada siete días se podrían encontrar el TBO, por ejemplo, que dio nombre al resto de publicaciones en toda España, aunque en Canarias tuvimos denominaciones distintas. En la isla de Tenerife se llamaron «colorines», al parecer, por el contraste que supuso la edición en color frente a las revistas en blanco y negro de los años cincuenta. En la de Gran Canaria fue más popular la denominación de «cuentos».

Los años sesenta, acompañando a la tremenda subida de la natalidad en la época, llenaron las calles de niñas y niños con pocas diversiones: la propia calle para jugar con la pelota, a policías y ladrones, la cogida o el escondite; y la lectura en la casa, donde era muy raro que no se pudiesen encontrar ejemplares de las publicaciones de Bruguera, las más populares. La televisión del régimen solo tenía un canal y los niños eran expulsados muy pronto del salón, ya que muchas de las películas eran «para mayores».

En cualquier estanco se encontraban DDT, DinDan, Pulgarcito, y posteriormente Mortadelo, TBO, Pumby, relatos ilustrados, sobre todo de Bruguera, una gran oferta. Los magníficos dibujantes de Bruguera de la época, Escobar, Vázquez, Cifré, Conti, Peñarroya, Segura, y después Ibáñez, llenaban las páginas de las revistas, además de la inclusión de series como El Capitán Trueno, de Víctor Mora, Jan Europa, o de la escuela franco-belga, Astérix, Michel Tanguy, Iznogud, Gastón Elgafe o Spirou.

Y en muchas zonas de las islas, los quioscos cambiaban por muy poco dinero o simplemente una por otra, la mayoría de estas revistas. Muchos compañeros y compañeras recuerdan leer esos tebeos procedentes del cambio en el estanco, lo que generaba una actividad muy grande. No solo se cambiaban tebeos, sino libros de bolsillo de Marcial Lafuente Estefanía o de Corín Tellado, muy populares también.

A partir de la crisis del petróleo de 1973 y de los cambios sociales que la dictadura franquista no pudo prever ni parar, también los tebeos decayeron y desaparecieron junto con muchos de los estancos y de la propia Editorial Bruguera.

Vicente José Escobio García