Con este proyecto conseguimos encontrar lugares comunes algo a priori bastante complicado. Ya mencionamos la dificultad intrínseca que ofrece un curso de diversificación curricular y además de primer año. Por eso quisiera enfatizar la parte positiva frente a todos aquellos impedimentos además de conocidos, reiterados por todos los que formamos parte en la educación de nuestros alumnos y especialmente en secundaria.

El trabajo cooperativo se ha demostrado como herramienta eficaz no sólo por mí sino por los propios chicos y chicas que participaron en el proyecto. Temía la inexperiencia de los dos lados (la de ellos y la mía) pero las autoevaluaciones y los resultados obtenidos me demuestran que fueron satisfactorios. Incluso las dificultades que encontramos, como fue el uso de herramientas Tics, nos dio el punto de partida para iniciar el siguiente proyecto. El diferente grado de autonomía se vio compensado con una interdependencia positiva que probablemente ni ellos mismos se esperaban. La meta común los alentaba a demostrar que interés y capacidad muchas veces van de la mano.

Probablemente muchas más cuestiones que se pudieron estudiar quedaron en el camino. Reconozco deficiencias a la hora de presentar nuestro producto final pero en mi meta no sólo se encontraban  elementos curriculares sino, sobre todo, la construcción de un equipo con  una esperanza  común en el futuro. Así que, sin duda, me quedo con la pregunta que me hizo una de mis alumnas:

–  Profe, ¿Cuándo empezamos otro proyecto?…