Planta fanerógama marina

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Comúnmente llamada seba, es la hierba marina que forma los sebadales, las praderas submarinas que se encuentran en las Islas Canarias y que crean la estabilidad necesaria en el sedimento para servir de hábitat a una gran cantidad de especies.

Descripción

Es una especie perenne que crece con mayor rapidez en primavera y verano, y lentamente de octubre a marzo. Se trata de un tipo de hierba de hojas delgadas de color verde semitransparente que puede alcanzar hasta 70 cm de alto. Es muy distinta de las algas, ya que posee raíz, tallo, hojas e, incluso, llega a florecer. Esta floración la presenta a finales de primavera o principios de verano, da un fruto que permanece enterrado hasta que termina de madurar y germina en otoño. Es una especie monoica, pues presenta flores masculinas y femeninas. La reproducción de la seba se lleva a cabo a través de esquejes de la misma planta. En Europa, los sebadales están protegidos por la Red Natura 2000.

Distribución

Normalmente, se reproduce en suelos de arena o fango entre los 0 y los 40m de profundidad, tanto en el mar Mediterráneo, al sur de Portugal, Cádiz, Madeira, Mauritania y Senegal como en el océano Atlántico. En Canarias se encuentra en las bahías protegidas de casi todas las islas, especialmente en el sur y en el este. No obstante, se han encontrado diferencias genéticas entre los sebadales canarios y los demás.

Uso

Los sebadales son de gran importancia para la biodiversidad, si bien son el hogar de innumerables especies. Por un lado, son el lugar de reproducción de peces como gueldes, bogas, tapaculos, dentones, seifíos, salmonetes, galanas, brecas, besugos, bocinegros, cabrillas, viejas o vaquitas, que también pasan el tiempo de cría. Por otro lado, pegadas a las sebas viven briozoos, caracolas, babosas y caballitos de mar. En la arena de la pradera, entre las sebas, cangrejos, saltamontes, erizos… Y enterrados en ella, gusanos, camarones, caracolas, etc. Además, hay otros animales que suelen nadar en los sebadales, como los pulpos y chocos, y una gran cantidad de peces, entre los que destacan bogas, pejepeines, sargos, fulas y bicudas. Y, con respecto a otras plantas, se conoce la existencia de más de 80 especies de algas que viven en torno a un sebadal, ya sea porque lo aprovechan de sustrato sobre el que adherirse o como refugio contra las corrientes.

¿Sabías qué?

Las sebas, de hojas alargadas y color verde semitransparente, recuerdan, al formar el sebadal, a un campo de fútbol que tapiza el suelo marino.

Referencias