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7. Planificaci�n del funcionamiento y de la gesti�n
del centro
7. Planificaci�n del
funcionamiento y de la gesti�n del centro
El
trabajo directivo constituye una tarea complicada que se
desarrolla en una organizaci�n asimismo compleja. Hoy en d�a,
los directivos escolares trabajan en contextos inciertos,
desarrollando gran variedad y complejidad de tareas,
negociando continuamente recursos y significados, tratando de
responder a los requerimientos cada vez menos predecibles que
la sociedad en general y la propia comunidad escolar plantean.
Resulta conveniente, por tanto, ayudar a las
personas que desempe�an tareas directivas a partir de lo que
realmente hacen en los centros escolares y no a partir de lo
que deber�an hacer, seg�n prescrib�an los manuales de
organizaci�n.
La direcci�n de nuestros centros escolares
precisa de modos, modelos y pr�cticas variadas, flexibles,
originales, creativas y abiertas. Permitir y proponer modelos
y pr�cticas m�s acordes con la realidad cotidiana de nuestros
centros y m�s sensibles con la complejidad en la que est�n
inmersos resulta necesario.
Pueden existir escenarios escolares en los
que no resulta dif�cil que convivan titulados dedicados a la
ense�anza, en cuyos estudios universitarios no se consideraba
la intenci�n de ense�ar o aprender a ser docentes, con
personas que se integran en equipos directivos, generalmente
con intenciones nobles y grandes dosis de entusiasmo, pero con
un deficitario bagaje formativo espec�fico que pueda ayudarles
a desempe�ar su trabajo.
La formaci�n para la funci�n directiva debe
ser por ello, amplia, sostenida y variada (Seraf�n A. y
Joaqu�n G., 1996).
Una escuela no es una empresa. La escuela no
tiene los mismos fines ni la misma estructura ni el mismo tipo
de autoridad que ella. El fin de la empresa es conseguir
beneficios; el de la escuela, conseguir ciudadanos y
ciudadanas libres. La estructura de la empresa es jer�rquica;
la de la escuela es participativa. La autoridad de la empresa
se encamina al rendimiento econ�mico; la de la escuela, al
crecimiento de los individuos.
Tres peligros
pueden acechar a la funci�n directiva de los centros
educativos. El primero se refiere a la profesionalizaci�n,
a la conversi�n de la direcci�n en un cuerpo de profesionales
para toda la vida. En segundo lugar, el gerencialismo,
es decir la conversi�n del director o de la directora en un
mero gestor de la instituci�n y no es que la escuela no deba
administrar bien sus recursos, pero su finalidad fundamental
no es ni el ahorro ni la consecuci�n de dinero, sino la
educaci�n de su alumnado. El tercero es el personalismo,
es decir, la acentuaci�n del car�cter unipersonal de la
direcci�n frente a la preponderancia del equipo directivo, del
consejo escolar y de la comunidad educativa.
La autonom�a del centro necesaria para el
desarrollo de proyectos propios deber�a contener al menos los
siguientes elementos: la gesti�n del tiempo, la gesti�n de los
recursos financieros, la gesti�n del personal, la gesti�n de
la participaci�n y la gesti�n de la identidad y la
particularidad cultural.
La planificaci�n de la organizaci�n y
gesti�n de los centros se viene realizando siguiendo las
instrucciones de organizaci�n y funcionamiento que mediante
Resoluci�n afectan a los diferentes centros.
7.1. El
Reglamento Org�nico de los centros docentes en Canarias
A continuaci�n se exponen
diversos esquemas a modo de sinopsis de la estructura
organizativa de los centros educativos dependientes de la
Comunidad Aut�noma de Canarias conforme al DECRETO
81/2010, de 8 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento Org�nico de los centros docentes p�blicos no
universitarios de la Comunidad Aut�noma de Canarias (BOC n.�
143, de 22 de julio).
(*) En los institutos de
educaci�n secundaria.
(**) En los centros que imparten educaci�n infantil y
educaci�n primaria con seis o m�s unidades y en los centros
que imparten educaci�n obligatoria.
(*) En los centros que
imparten educaci�n secundaria. En los centros que imparten
educaci�n infantil o primaria la Comisi�n de Coordinaci�n
Pedag�gica estar� integrada adem�s por las personas que
ejerzan la coordinaci�n de ciclo, un maestro o maestra de
audici�n y lenguaje (en el supuesto de que el centro cuente
con tales especialistas). La Comisi�n de Coordinaci�n
Pedag�gica de los centros de educaci�n obligatoria estar�
integrada por los mismos componentes que los centros que
imparten educaci�n secundaria y, adem�s, por las personas que
ejerzan la coordinaci�n de ciclo. En los centros de menos de
seis unidades las funciones de esta comisi�n ser�n asumidas
por el Claustro.
(1) La Consejer�a de
Educaci�n establecer� la denominaci�n y constituci�n de los
departamentos de coordinaci�n did�ctica en los centros que
imparten educaci�n secundaria obligatoria, bachillerato y
formaci�n profesional.
(2) De no existir o tener
incompatibilidad para el desempe�o de la jefatura por ostentar
otros cargos en el centro, se podr� elegir un profesor o
profesora con destino provisional por el per�odo de un curso
acad�mico. Si existen dos candidatos para el puesto, la
direcci�n del centro elegir� qui�n debe ostentarla, o�do el
departamento did�ctico que podr� formular propuesta no
vinculante.
(3) En caso de baja o
ausencia temporal podr� ser sustituirse la jefatura por
cualquier otro miembro designado por la direcci�n, o�do el
departamento que podr� formular propuesta no vinculante.
(4) Las jefaturas de
departamentos de coordinaci�n did�ctica de familias
profesionales que, en su caso, se constituyan, ampl�an
las atribuciones descritas con las que aparecen reflejadas en
el art�culo 31.6 del Decreto
81/2010. A saber:
- Organizar actividades que garanticen el acercamiento entre
la familia profesional y las empresas del sector que
favorezcan el desarrollo de la formaci�n pr�ctica.
- Inventariar las empresas que tienen capacidad para acoger
al profesorado que precise actualizaci�n y formaci�n
tecnol�gica y establecer los correspondientes v�nculos.
- Colaborar con el equipo directivo para garantizar el
seguimiento del m�dulo de FCT, en caso de ausencia del
profesorado tutor.
- Colaborar con las actividades de orientaci�n profesional y
propiciar el empleo y el autoempleo.
- Proponer a la direcci�n del centro acuerdos con empresas e
instituciones que a�adan valor a la formaci�n profesional,
optimicen la gesti�n de los recursos o incrementen los
mismos.
(*) El departamento de
orientaci�n es el �rgano donde se articulan las funciones de
orientaci�n y tutor�a, as� como una oferta curricular adaptada
y diversificada. En educaci�n primaria estas funciones se
asumen por la Comisi�n de Coordinaci�n Pedag�gica.
(**) En caso de baja o
ausencia temporal, la jefatura de departamento ser� suplica
por uno de los miembros del departamento, que ser� designado
por la direcci�n del centro, o�do el departamento que podr�
formular propuesta no vinculante.




Esquema 4. �rganos
de participaci�n y colaboraci�n social del centro educativo.
(*) Por
"reuni�n" puede entenderse el t�rmino "asamblea".
El art�culo 55 del
Reglamento Org�nico de los centros docentes establece la
posibilidad de incorporar otros medios de organizaci�n,
participaci�n y colaboraci�n.
"Art�culo
55.- Otros medios de organizaci�n, participaci�n y
colaboraci�n.
- Los centros docentes constituir�n, consultado el Consejo
Escolar, un equipo de gesti�n de la convivencia,
presidida por la persona titular de la direcci�n o de la
jefatura de estudios, e integrado por los miembros de la
comunidad educativa que, a propuesta de la direcci�n, se
determine.
- En los centros docentes se podr�n crear equipos de
mediaci�n o de tratamiento de conflictos para realizar
las funciones establecidas en la normativa de convivencia
escolar.
- Los centros promover�n compromisos con las familias
para el desarrollo de actividades con el fin de mejorar
el rendimiento acad�mico del alumnado y promover la
participaci�n democr�tica. Estos compromisos ser�n
recogidos en el proyecto educativo de cada centro y podr�n
implicar la existencia de otros �rganos de participaci�n
y colaboraci�n cuyo car�cter, composici�n, tareas y
funcionamiento estar�n regulados en las normas de
organizaci�n y funcionamiento.
- Para enriquecer la vida escolar con otras estructuras de
participaci�n que fomenten los h�bitos democr�ticos del
alumnado y la colaboraci�n e implicaci�n de la familia en la
escuela, los centros podr�n establecer otras v�as de
participaci�n tales como:
- Reuniones de aula del alumnado, cuyo objetivo es
crear h�bitos de participaci�n democr�tica y mejorar la
implicaci�n de aquel en la marcha de la clase.
- Reuniones de centro de padres y madres cuyo
objetivo es fomentar la relaci�n escuela-familia. Dichas
reuniones ser�n convocadas por la direcci�n del centro y se
desarrollar�n en colaboraci�n con el Claustro del
profesorado, con los representantes de los padres y madres
en el Consejo Escolar y las asociaciones de padres y madres
del alumnado.
- Reuniones del profesorado, cuyo objetivo es mejorar
la implicaci�n del profesorado en la vida del centro.
- Reuniones mixtas formadas por miembros de la
comunidad educativa.
No hay que olvidar que la Orden
de 9 de octubre de 2013, por la que se desarrolla el
Decreto 81/2010, de 8 de julio, por el que se aprueba el
Reglamento Org�nico de los centros docentes p�blicos no
universitarios, explicita aspectos puntuales sobre los �rganos
de coordinaci�n mencionados, al tratarse de una norma
espec�fica que desarrolla el ROC.
Por �ltimo, conviene destacar que la Ley
6/2014, de 25 de julio, Canaria de Educaci�n no
Universitaria, impregna todo su articulado con la necesaria
participaci�n de la comunidad educativa en la gesti�n y
funcionamiento de los centros.
7.2. La
planificaci�n del funcionamiento
La complejidad de un centro
educativo puede ser muy distinta: desde una escuela rural o
unitaria hasta un centro con varios cientos de alumnos,
decenas de profesores, centenares de padres, madres y tutores
legales y un complejo curr�culum que se debe desarrollar. Por
esta raz�n se hace imprescindible cuidar la organizaci�n y
planificar adecuadamente su funcionamiento.
La gesti�n del centro se
basa en su tratamiento como unidad y en su importancia
institucional. El desarrollo de un curr�culum y la concepci�n
de que los centros tienen su proyecto educativo impone una
coordinaci�n y una direcci�n con recursos temporales y
t�cnicos acordes con los objetivos institucionales que se
proponen.
Hay que asegurar que los
centros adquieran coherencia y eficacia a trav�s de sus
planteamientos institucionales. Estos planteamientos son el
fruto y el trabajo de la coordinaci�n de numerosas personas
con funciones distintas, por lo que es preciso destinarles
tiempo.
Los centros disponen de autonom�a pedag�gica, de
organizaci�n y de gesti�n en el marco de la
legislaci�n vigente (art�culo 38.1 del Decreto
81/2010). Los centros dispondr�n de autonom�a para
elaborar, aprobar y ejecutar un proyecto educativo, un
proyecto de gesti�n, as� como las normas de organizaci�n y
funcionamiento del centro, en el marco establecido en el
citado Decreto
81/2010 (art�culo 38.2). Por tanto, son considerados
planteamientos institucionales del centro educativo: el
Proyecto Educativo, el Proyecto de Gesti�n, las Normas de
Organizaci�n y Funcionamiento, la Programaci�n General Anual,
la Memoria final de curso y la Programaci�n Did�ctica
(art�culos 38 a 44 del Decreto
81/2010).
La planificaci�n de la
organizaci�n y el funcionamiento de un centro tiene sentido
con su puesta en pr�ctica. Hay que reservar tiempo para la
coordinaci�n y direcci�n de los procesos ya que podemos
descubrir que la pr�ctica nos puede llevar a criterios muy
alejados de los definidos por los �rganos de gobierno.
Dado que los programas
llevados a cabo en los centros educativos necesitan de unos
criterios para determinar su bondad, hay que proporcionar
tiempo a este proceso de control interno que conlleva la
evaluaci�n (Stuffelbeam y Skinkield, 1987).
Estos procesos se concretan
en la memoria que debe plantearse con el suficiente tiempo
para recoger datos que sean significativos para una adecuada
valoraci�n del funcionamiento del centro. En ella se analizan
las causas de las disfunciones observadas con el objetivo de
proponer mejoras en el centro.
Las mejoras, recogidas en la
memoria del centro, deben ser elaboradas con el tiempo
suficiente, para no incorporar descripciones apresuradas y de
nula utilidad para el centro.
Es preciso determinar el
tiempo y las reuniones destinadas a la planificaci�n y
distribuirlos l�gicamente en el curso escolar:
- Revisar la programaci�n antes de iniciar el curso y antes
del final de cada trimestre.
- Confeccionar la memoria progresivamente recogiendo
informaci�n a lo largo del curso.
- Determinar objetivos de centro precisos y ejecutarlos en
un intervalo temporal limitado.
- Relacionar los documentos de planificaci�n con la realidad
del centro y aplicarlos en la pr�ctica.
En el tiempo del profesorado
lo importante no es hacerlo "todos,
todo" sino "entre
todos, todo". Con referencia a la participaci�n,
resulta muy conveniente cuidar el Orden del D�a de las
reuniones de los �rganos colectivos, que las personas con
responsabilidades presenten los resultados y problemas y que
se utilicen t�cnicas de din�mica de grupos en los �rganos de
participaci�n para mejorar su eficacia y su funcionamiento.
El control y la evaluaci�n
de un centro necesitan tiempo para poder sacar conclusiones
orientadas hacia la mejora.
Las reuniones son el espacio
privilegiado para concretar la coherencia del trabajo de los y
las docentes, para coordinar criterios, definir objetivos,
discutir m�todos, hacer valoraciones, etc., es decir, son
instrumentos b�sicos para la organizaci�n de los centros.
Las reglas
b�sicas para el uso
correcto del tiempo en las reuniones de los centros
educativos, seg�n Miller (1996; en Dom�nech Francesch, J. y
Vi�as i Cirera, J., 1997), son:
- Analizar para qu� vamos a celebrar una reuni�n
- Preparar la reuni�n
- Preparar los materiales auxiliares.
- Definir el moderador, con funciones de presentaci�n,
control, relajamiento y resumen.
- Fomentar la participaci�n de los miembros de los equipos.
- Resumir por escrito los resultados de la reuni�n.
- Hacer el seguimiento de la aplicaci�n de los acuerdos de
la reuni�n.
Una de las justificaciones
m�s claras de la planificaci�n ser�a la relacionada con la
necesidad de responder eficazmente a todos los retos y
situaciones que se producen en las organizaciones educativas.
Los retos y situaciones unas
veces est�n generados fuera de la propia organizaci�n � como
son los cambios sociales, culturales y tecnol�gicos� y otras
veces producidas dentro �como son los cambios en las propias
organizaciones educativas�.
Tabla
2. Riesgos externos e internos de las organizaciones.
EXTERNOS
A LA ORGANIZACI�N |
INTERNOS
A LA ORGANIZACI�N |
- Globalizaci�n
- Sociedad del Conocimiento
- Impacto de las nuevas tecnolog�as
- Multiculturalidad, etc.
|
- Fracaso escolar
- Mal funcionamiento de los centros
- Clima de trabajo
- Comunicaci�n y participaci�n
- Clarificaci�n de fines
- Atenci�n a la Diversidad
- Convivencia
|
Una de las conclusiones
reiteradas de la OCDE es que "necesitamos
sistemas educativos y organizaciones m�s flexibles y m�s
planificadas".
Las relaciones e
interrelaciones que se producen en las organizaciones pueden
llegar a definir la propia organizaci�n, incidiendo
directamente en su planificaci�n, funcionamiento y resultados.
Algunos autores hablan de la importancia de las relaciones por
encima de los propios elementos de la organizaci�n.
Pretender unos objetivos y,
conseguirlos con calidad mejorando lo que hubiese
anteriormente, son principios comunes y b�sicos de toda
planificaci�n.
Para trabajar con m�s
calidad necesitamos saber de forma fiable qu� grado de calidad
tenemos en lo que venimos haciendo, por lo que se impone la
evaluaci�n como elemento fundamental, sin el que no podemos
iniciar ning�n proceso de mejora y, por ende, ning�n proyecto
de calidad.
De la planificaci�n no
depende s�lo el �xito o fracaso de las actuaciones
emprendidas, sino tambi�n la propia estructuraci�n de las
tareas, el equilibrio de unas actuaciones respecto a otras, en
definitiva, toda la organizaci�n interna.
No todas las actuaciones de
los centros son previsibles y, por tanto, planificables, pero
s� la mayor�a y, desde luego, todas aquellas que dan forma a
la organizaci�n, las que contribuyen a configurar la
personalidad del centro.
Existe una multiplicidad de
�mbitos de planificaci�n referidos al centro escolar e
instrumentos que van desde lo m�s amplio y gen�rico, como
puede ser la definici�n del centro, hasta la planificaci�n de
una tarea concreta: el Proyecto Educativo, las programaciones
did�cticas, el Plan de Acci�n Tutorial, etc.
En toda planificaci�n
se cuenta con unos principios
b�sicos:
- Planificar con la intenci�n de mejorar.
- Planificar para reducir incertidumbres, tanto en el
desarrollo del trabajo como en los posibles resultados.
- Planificar con una intenci�n de distribuci�n y delegaci�n
de funciones dejando a los agentes que la realicen del modo
que les sea m�s familiar y pr�ximo siempre que alcancen los
fines propuestos (adecuaci�n medios-fines).
- La planificaci�n debe tener un car�cter instrumental,
nunca un fin en s� misma. Lo que la hace ser buena o mala es
el uso que de ella se haga.
- La planificaci�n es un medio de calidad y mejora pero no
debe identificarse "planificaci�n" con "soluci�n" de todos
los problemas es un instrumento facilitador de una tarea.
La planificaci�n tiene un
car�cter instrumental, requiere de unas t�cnicas y se concreta
en una serie de documentos, en unos casos preceptivos y, en
otros, nacidos del propio inter�s.
En todo centro escolar se
adoptan modelos y se desarrollan estrategias de planificaci�n.
Normalmente planteamos la modificaci�n de una situaci�n
inicial utilizando medios y t�cnicas para lograr unos
resultados en un tiempo determinado. Es
importante la formaci�n del profesorado en estas t�cnicas de
organizaci�n.
La planificaci�n
did�ctica, aunque con elementos espec�ficos seg�n se
trate del �mbito did�ctico u organizativo, participa de un
modelo b�sico com�n, que se expone a continuaci�n:
Esquema 5. Modelo
(ciclo) de planificaci�n did�ctica.
Debemos diferenciar dos
�mbitos de trabajo, aunque concurrentes: uno dirigido a la
planificaci�n de aspectos del �mbito pedag�gico, dise�o y
desarrollo curricular y otro, m�s en la l�nea de articular
cuestiones del �mbito de la organizaci�n, gesti�n y
funcionamiento de los centros.
Se precisa estructurar de
forma l�gica y coordinada todo un entramado denso y complejo
de trabajos que en todos los centros es preciso realizar
(Mario Mart�n Bris, 2002).
Tabla
3. Planificaci�n en un centro educativo por �reas de
actuaci�n.
�REAS DE ACTUACI�N |
CONTENIDO |
Definici�n
del centro |
Corresponde
a los trabajos encaminados a proporcionar identidad al
centro, as� como a los que pretenden trazar las l�neas
b�sicas de actuaci�n en otras �reas m�s espec�ficas. El
instrumento clave en la definici�n del centro ser�a el
Proyecto Educativo. |
Pedag�gica
y Did�ctica / Curricular |
Se
encargar�a de articular las acciones e instrumentos
capaces de propiciar una determinada l�nea de trabajo
docente en el marco de los planteamientos educativos
definidos previamente. Se trata de una serie de trabajos
que requieren una estructuraci�n, definici�n y
secuenciaci�n en el marco del dise�o y desarrollo
curricular. Aqu� se situar�an los trabajos referidos a
ciclos y departamentos, las actuaciones en cuanto a
�reas y cursos y, finalmente, los trabajos de
programaci�n espec�ficos de los profesores en funci�n de
sus necesidades. La preparaci�n y desarrollo de unidades
did�cticas, adaptaciones curriculares, planes de
refuerzo y de desarrollo. Las decisiones metodol�gicas,
sobre contenidos y criterios de evaluaci�n, constituyen
los ejes fundamentales del trabajo. |
Organizaci�n
y actividades |
Aqu�
deben articularse todos los planes de actuaci�n de corto
y medio plazo en lo que se refiere a organizaci�n y
actividades del centro. La unidad de medida referencial
es el curso escolar, y el instrumento b�sico el Plan
Anual del Centro, tambi�n denominado Programaci�n
General Anual. Es aqu� donde aparecen reflejados los
horarios y responsables de las actividades que se
programan, de ah� su especial relevancia como
instrumento operativo y de compromiso. Situar�amos aqu�,
desde el Plan de Actividades Extraescolares, planes de
asociaciones de padres y/o alumnos, plan de informaci�n,
de convivencia y disciplina, etc., as� como cualquier
plan encaminado a trabajar espec�ficamente en la mejora
de un aspecto determinado del centro (plan de mejora). |
Regulaci�n
de actividades y funcionamiento del centro |
Aqu�
se situar�an todas las decisiones que se adoptan en
funci�n de la normativa general de organizaci�n y
funcionamiento de centros emanada de la Administraci�n
educativa, as� como las que, en aplicaci�n y adaptaci�n
de �stas, se fijan en cada centro para hacer m�s
operativo el ordenamiento legal y adaptado a las
necesidades del centro y sus singulares caracter�sticas.
Normalmente se recurre a la elaboraci�n del respectivo
Reglamento de R�gimen Interior (Normas de Organizaci�n y
Funcionamiento), as� como algunas normas puntuales que
se incluir�an en el Plan Anual. |
Evaluaci�n
y Propuestas |
Se
trata de establecer un sistema de seguimiento, estudio,
an�lisis y reflexi�n sobre las actividades y desarrollo
de actuaciones a lo largo del curso. El instrumento
b�sico ser�a la Memoria Anual del Centro, donde
incluir�amos los aspectos m�s relevantes tanto del
�mbito pedag�gico-did�ctico, como del de organizaci�n y
de funcionamiento del centro. Este trabajo perder�a
buena parte de su justificaci�n e importancia si no se
realiza desde una perspectiva de "mejora", analizando
objetivamente lo sucedido y formulando propuestas para
planes sucesivos en las diferentes �reas de actuaci�n
del centro. |
Entre las responsabilidades
de planificaci�n que corresponden al centro est� la
Programaci�n General Anual. Se trata de una propuesta
organizativa que podemos plantearla como:
- Un plan sumativo, resultado de la suma o
agregaci�n de planes parciales o espec�ficos,
correspondientes a cada �rgano. Ejemplo: plan anual de
formaci�n del profesorado + plan de acci�n tutorial + plan
anual de actividades complementarias y extraescolares + �
- Un plan global, que parte de la memoria del curso
anterior. Determina unos objetivos generales, cuya
consecuci�n puede implicar a diversos �rganos y responsables
que confluyen en la realizaci�n de una misma funci�n.
- Un plan mixto, que conjuga el planteamiento global
que afecta a todos y todas, con la incorporaci�n de
determinados planes espec�ficos y se adapta mejor a los
centros con poca experiencia en realizar planificaciones.
- Un plan jer�rquico, que es aquel cuyos objetivos
b�sicos proceden de la direcci�n o del equipo directivo en
exclusiva, se basa en la fijaci�n de criterios claros, el
ahorro de energ�a y la m�xima eficacia, y exige una
subordinaci�n jer�rquica.
- Un plan participativo, cuando aseguramos la
participaci�n de todos los elementos personales de la
comunidad escolar a trav�s de sus �rganos e individualmente.
Es fundamental el trabajo en equipo. Exige al profesorado
preparaci�n, cualidades personales y responsabilidades.
La Programaci�n General
Anual precisa ser renovada cada a�o y su contenido debe ser
estructurado de tal forma que, al finalizar el curso, pueda
ser evaluado y transcrito a la Memoria.
La Programaci�n General
Anual es un instrumento que nos permite plantear alternativas
de trabajo en el �mbito organizativo y de funcionamiento. Es
una propuesta del �mbito fundamentalmente organizativo del
centro. Supone un compromiso colectivo y una l�nea com�n de
actuaci�n. Sirve para estructurar la organizaci�n real del
centro. Es un documento abierto y no es necesario que
incorpore la legislaci�n vigente sobre cada uno de sus
apartados, pero s� que est� conforme a ella.
Un buen directivo, dada la
complejidad de la tarea asignada, debe funcionar con datos
contrastados y entre ellos no puede faltar:
- El presupuesto.
- Los �ndices de �xito escolar.
- El grado de satisfacci�n de todas las personas que
constituyen la comunidad escolar.
Un centro escolar no es una
"empresa ordinaria":
desconocer los propios costos s�lo se lo puede permitir una
empresa de poca calidad.
Conocer el grado de �xito
escolar es un indicador bastante preciso y educar en un
contexto enconado es muy dif�cil.
Por todo ello, conocer a
tiempo el acierto o el error de la aplicaci�n de una determina
medida permite rectificar. La direcci�n tiene que conocer bien
el d�a a d�a, pero necesita tener presente el medio plazo (es
decir, hay que planificar). De poco servir� ser
brillantes y perspicaces en la planificaci�n si luego no se
lleva a la pr�ctica (es decir, debemos hacer). Resulta
obvio que a la responsabilidad de la autonom�a debe
acompa�arle la aceptaci�n a ser valorados con criterios
conocidos, objetivos y justos con la finalidad de mejorar los
procesos (evaluar).
Y con todo, llegado el
momento de ejecutar medidas correctoras de mejora, se precisa
valent�a y prudencia a la hora de tomar decisiones.
7.3. La
planificaci�n de la gesti�n del centro
Ant�nez (1993) concibe la
gesti�n como "un conjunto
de acciones, de movilizaciones, de recursos orientados a la
consecuci�n de objetivos".
La movilizaci�n de recursos
(personas, tiempo, dinero, materiales, etc.) implica la
planificaci�n de acciones, la distribuci�n de tareas y
responsabilidades, dirigir, coordinar y evaluar procesos y dar
a conocer los resultados y, a la vez, incluye actuaciones
relativas al curr�culo, a la toma de decisiones en los �rganos
de gobierno, a la resoluci�n de conflictos y que,
evidentemente, son aspectos que no pueden quedar bajo la
responsabilidad exclusiva del personal administrativo de un
centro escolar.
Se infiere, entonces, que
cualquier acci�n de gesti�n debe orientarse al por qu� y para
qu� de la actuaci�n, lo que determina su origen en una
necesidad espec�fica, y, una vez justificada, su articulaci�n
operativa que exige la determinaci�n de personas id�neas para
la tarea y la caracterizaci�n de �mbitos y modalidades de
actuaci�n.
Los �mbitos pueden
entenderse como �reas de intervenci�n en donde se pueden
agrupar tareas de naturaleza homog�nea y comprenden lo
curricular, lo administrativo, el gobierno institucional,
servicios y recursos humanos.
Las funciones gen�ricas de
planificaci�n, desarrollo, ejecuci�n y control delimitan la
intervenci�n del proceso de gesti�n, el cual puede dirigirse a
identificar necesidades, determinar objetivos, fijar tiempos,
asignar tareas y responsabilidades, as� como a estimar
recursos necesarios y actuaciones de evaluaci�n y seguimiento.
De estas consideraciones,
Schmelkes (1996) desprende la noci�n de que la gesti�n escolar
no se reduce a la funci�n del director o la directora sino que
intenta poner dicha funci�n en relaci�n con el trabajo
colegiado del personal y hacerla part�cipe de las relaciones
que se establecen entre los diferentes actores de la comunidad
administrativa.
7.4. La
dimensi�n administrativa de la gesti�n
En la administraci�n escolar
actual es necesario considerar los elementos que configuran la
din�mica de los centros, que comprende aspectos que se
extienden desde la relaci�n del mismo con su entorno, la
distribuci�n de tareas y la organizaci�n para la ense�anza,
hasta la gesti�n eficaz del personal y las demandas
administrativas.
Los centros escolares,
considerados como organizaciones, constituyen sistemas
abiertos que, por su tendencia al equilibrio (�lvarez, 1982),
normalmente se resisten al cambio; pero que, por las
necesidades de adaptaci�n al medio, requieren tambi�n del
cambio que, administrativamente y en funci�n de una gesti�n
que incide en la planificaci�n, puede ser introducido.
Para autores como Jim�nez
(1982; citado en Pastrana, 1994) el proceso administrativo
comprende el establecimiento de "...
sistemas racionales de esfuerzo cooperativo, a trav�s de los
cuales se pueden alcanzar prop�sitos comunes que
individualmente no es posible lograr".
Por tanto, administrar
implica la "conformaci�n de
co-operaciones orientadas a fines institucionales".
El proceso de direcci�n y su
gesti�n afectan los aspectos m�s cr�ticos de la tarea
administrativa, en tanto que inciden en la integraci�n de
esfuerzos individuales hacia planes y objetivos comunes y a
que se mantengan dentro de los l�mites fijados por la
organizaci�n.
En consecuencia, su funci�n
y principales actividades administrativas �de autoridad, de
motivaci�n, comunicaci�n y supervisi�n� se orientar�n a
clarificar "... los medios
a trav�s de los cuales la direcci�n despierta en otros una
acci�n encaminada a materializar los objetivos
institucionales" (Rodr�guez Valencia, 1993).
Ant�nez (1993) se�ala que la
participaci�n en los centros escolares puede orientarse a
finalidades educativas de gestor�a �entendida como
contribuci�n a las tareas de organizaci�n, funcionamiento y
gobierno del centro�, de relaci�n con el curr�culo, de control
social �en tanto que permite a los estamentos no docentes
intervenir en procesos de supervisi�n de la actividad general
del centro en los aspectos administrativos y docentes�, y de
interiorizaci�n del proyecto educativo de centro.
Una participaci�n eficaz
debiera orientarse por los principios de corresponsabilidad,
cooperaci�n, coordinaci�n y autoridad democr�tica.
Si bien, tal y como se�ala
Pascual Pacheco (1988), no basta el mero uso de la
participaci�n para una promover una cultura participativa
real. La funci�n directiva y las estrategias de gesti�n
orientadas de manera eficaz, tomando en cuenta los elementos
ya referidos, posibilitan "...
una estructura participativa en los centros educativos a
trav�s de unas tomas de decisi�n en com�n en las que se
integran los representantes de todos los estamentos de la
comunidad educativa".
7.5. La
gesti�n de la instituci�n escolar desde una �ptica
participativa
Los centros escolares
precisan adoptar pr�cticas de gesti�n con una visi�n
prospectiva que responde a las necesidades de sus entornos.
Por lo tanto, las personas
responsables de la administraci�n escolar deben ser
receptivas, competentes y capaces de evaluar de manera regular
la eficacia de las normas y procedimientos administrativos.
En un centro escolar las
acciones eficaces ser�n las derivadas de la definici�n de sus
propios objetivos y del dise�o y desarrollo de las tareas
propias del centro.
La existencia de cauces y
�rganos para posibilitar la participaci�n en la gesti�n de la
instituci�n escolar s�lo es posible mediante estructuras
adecuadas.
Un escenario como el
descrito, en palabras de Santos Guerra (1994), favorece las
actitudes de di�logo, de participaci�n y de negociaci�n, as�
como la coordinaci�n vertical y horizontal, a la vez que evita
la reiteraci�n de lo trivial y articula el debate
institucional.
En este sentido, finalizamos
el presente tema citando nuevamente la LEY
6/2014, de 25 de julio, Canaria de Educaci�n no
Universitaria. En su art�culo 4, "Caracter�sticas
del sistema educativo canario", establece que, entre
otros, el Sistema Educativo Canario se configurar� "(...)
5. Como un sistema que
promueva la cultura democr�tica y basado en la
participaci�n de toda la sociedad, en la
corresponsabilidad de todas las instituciones y en la
participaci�n de todos los sectores educativos en los
centros, tanto en su gesti�n y organizaci�n como en la
aportaci�n y colaboraci�n en los procesos de ense�anza y
aprendizaje". As� mismo, en su art�culo 5,
sobre la "Finalidad y
objetivos del sistema educativo canario", establece
los objetivos que deber� alcanzar el sistema educativo
canario. Entre ellos podemos destacar el siguiente: "i)
Promover centros y servicios educativos gestionados
democr�ticamente, comprometidos en procesos de mejora
continua y dotados de la capacidad de aprender de s� mismos
y de incorporar a su
organizaci�n y funcionamiento las mejores pr�cticas".
Sigue :: 8.
Bibliograf�a

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