En castellano encontramos los siguientes tipos de palabras procedentes del latín:
– Latinismos: Palabras que han pasado al castellano sin mediar ningún cambio en la escritura (a priori, a posteriori, ipso facto, honoris causa, mutatis mutandis, deficit, superavit, vice versa, per capita, etc.).
– Palabras patrimoniales: son palabras sujetas a unas leyes fonéticas regulares y que por lo tanto presentan una evolución completa (recuperare > recobrar); proceden del latín hablado y han ido cambiando paulatinamente por la evolución lenta en el hablar del pueblo; han estado siempre aquí, entre nosotros, desde que vinieron los romanos y las trajeron.
– Cultismos: son palabras procedentes del latín culto, generalmente escrito, que han entrado más tardíamente en el castellano, en épocas diferentes, a través de las ciencias, las artes y la literatura, para designar nuevos conceptos; estas palabras ya no están sujetas a las leyes fonéticas, sino que solamente han sido adaptadas para no parecer extrañas, por lo que no han cambiado más que la parte final (recuperare > recuperar, citare > citar).
Es frecuente que de un mismo término latino deriven dos castellanos, uno patrimonial y otro culto: son los dobletes.
– Semicultismos: palabras que no han evolucionado completamente, presentando un aspecto más evolucionado que el cultismo, pero menos que las palabras patrimoniales (saeculum > ‘siglo’ presenta sonorización de la c, pero no continuó su evolución, que la hubiera llevado a ‘sejo’).