Invertebrados y vertebrados

LOS ANIMALES

Los animales se clasifican en dos grupos: vertebrados e invertebrados

Los animales vertebrados son los que tienen esqueleto (huesos). Todos los demás animales están dentro del grupo de los invertebrados.

LOS ANIMALES INVERTEBRADOS

Son los animales que no tienen esqueleto.

Dentro de este grupo hay muchas especies de animales, lo único que tienen en común (sólo se parecen) es que no son vertebrados.

Esponjas Celentéreos Equinodermos Gusanos

Coral Estrella de mar Lombriz

Gasterópodos Bivalvos Cefalópodos

Crustáceos Arácnidos Miriápodos Insectos

Publicado en 1º ESO | Etiquetado | Deja un comentario

El medio interno

EL MEDIO INTERNO.

Los organismos unicelulares obtienen el alimento y el oxígeno que necesitan para respirar del medio acuoso en el que viven (medio externo), al que expulsan también los productos de desecho de su metabolismo.

La pluricelularidad conlleva indudables ventajas, pero a su vez implica nuevas necesidades: las células del interior del organismo ya no pueden realizar sus intercambios directamente con el medio externo por lo que precisan un medio interno que sustituya al externo y que, como aquél, las rodee.

A su vez, el medio interno debe renovarse continuamente para mantener constantes sus condiciones: composición, temperatura, pH, etc. Los complejos procesos fisiológicos coordinados que tienen lugar para mantener este equilibrio dinámico, reciben el nombre de homeostasis (de homeos, igual y stasis, estado).

Equilibrio dinámico: todo cambia para que todo permanezca. Por ejemplo, nuestras células retiran glucosa del medio para obtener energía, sin embargo, la concentración de esta sustancia en sangre no varía porque los mecanismos de la homeostasis hacen que el hígado libere la que tiene almacenada para mantener dicha concentración. Otro ejemplo: si la concentración de dióxido de carbono aumenta en sangre por encima de un determinado valor, los mecanismos de homeostasis actuarán de modo que se incrementará la ventilación pulmonar y la frecuencia cardiaca con el fin de expulsar este gas con más eficacia. La situación se mantendrá hasta que se hayan alcanzado los valores adecuados.

El medio interno en el ser humano está formado fundamentalmente por el plasma intersticial (líquido intercelular o líquido tisular), la linfa y la sangre, existiendo una interdependencia entre ellos (ver esquema).

El plasma intersticial se origina a partir de la sangre, por filtración a través de los capilares sanguíneos. Como su nombre indica, se encuentra en los intersticios o huecos presentes entre las células, bañándolas. La porción de plasma, fundamentalmente agua, que no retorna a los capilares, es recogida y canalizada (drenada) por los vasos linfáticos y constituye la linfa, que será vertida posteriormente a la sangre.

El volumen normal de la sangre en un individuo (normovolemia) es de unos 5 litros. Dicha cantidad puede disminuir (hipovolemia) como consecuencia de hemorragias o tras un estado prolongado de sudoración, diuresis (orina) o diarrea, o bien puede aumentar, como en los individuos que viven a alturas elevadas o durante el embarazo.

La sangre circula por un circuito cerrado de conductos y es impulsada por una bomba muscular. Por su parte, la linfa circula por otro sistema de tubos y no posee un sistema impulsor semejante al corazón [Las ranas sí tienen corazones linfáticos].

LOS LÍQUIDOS CIRCULANTES: LA SANGRE.

Funciones de la sangre:

1) Suministra a las células los nutrientes y el oxígeno que necesitan para su crecimiento, reparación y demás actividades vitales.

2) Transporta desechos metabólicos: para su eliminación transporta el dióxido de carbono y otros productos de desecho del metabolismo celular (urea, bilirrubina…).

3) Transporta hormonas: las hormonas (mensajeros químicos) son elaboradas por las células de las glándulas endocrinas que las vierten directamente a la sangre, que las distribuirá por todo el organismo.

4) Termorreguladora: ayuda a mantener y regular la temperatura corporal al distribuir el calor desde donde se produce hasta donde se necesite, o bien lo lleva a la superficie del cuerpo para que sea eliminado y refrigere al organismo. Esto es así gracias a los cambios de diámetro de muchos vasos sanguíneos que permiten “llevar” la sangre a determinadas zonas y “retirarla” de otras en función de las necesidades. Como la sangre está constituida en parte por agua, este líquido por su alto calor específico tiene mucha inercia a la hora de ganar o perder calor y ayuda a mantener estable la temperatura corporal.

5) Defensiva: los glóbulos blancos, los anticuerpos y sustancias protectoras que contiene y transporta la sangre, defienden al organismo contra las infecciones y lesiones. Las paredes de los capilares sanguíneos son permeables al agua y a los componentes plasmáticos de bajo peso molecular (pequeño tamaño). A su través se producen continuos intercambios de sustancias con el plasma intersticial. Se calcula que en un minuto se intercambia cerca del 70% de fluido plasmático. Debido a su tamaño los glóbulos rojos, las plaquetas y las proteínas plasmáticas no pueden atravesar los capilares. Sin embargo sí pueden hacerlo los glóbulos blancos, como se verá más adelante. El resto de los conductos del sistema circulatorio sanguíneo, arteriolas y arterias, vénulas y venas así como el mismo corazón, son absolutamente impermeables y no dejan salir ni entrar componente alguno de la sangre.

Publicado en 1º Bachillerato | Etiquetado | Deja un comentario