El desarrollo moral supone que las personas pasamos de entender desde la óptica de nuestros padres, lo que está bien de lo que esta mal, a entenderlo por nosotros mismos.
En ese proceso pasamos de aceptar las normas por conveniencia y para evitarnos problemas y castigos, a aceptarlas por entenderlas como justa, e incluso a ir más allá.
Es decir, a ir contra las normas si las consideramos injustas o incluso a enfrentarnos a la autoridad y perjudicarnos si entendemos que no es justo lo que ésta está haciendo.
Cuando las personas comprometen sus derechos e incluso su propia existencia por defender los derechos de otros, nos encontramos ante personas de una alta inteligencia emocional. Pocos son los ejemplos que podemos encontrar pero han quedado en la historia como modelos de conducta y de referencia para el resto. Así, nos podremos acordar de : de Gandhi, Luther King, Nelson Mandela, etc.
Hoy en día nos encontramos con distintos modelos, que aunque controvertidos, mantienen la máxima de luchar por los derechos de otros, o denunciar a la autoridad aunque les pueda poner en riesgo sus propios derechos.
Es esas situaciones en las que la moralidad y la justicia no van precisamente de la mano. Cuando nos sentimos comprometidos por una causa superior a nosotros mismos. Es en esos momentos cuando la moralidad se enfrenta a la justicia, y en muchas ocasiones puede contravenirla. Por lo menos, a la justicia que está registrada en leyes o normas sociales, no estamos hablando de lo que se podría entender por causa justa o justicia intrinseca.
PUSSI RIOT: Defensoras de la moral pública ante los abusos de poder del Régimen de Putín.
El Movimiento Social 15 M representa en España a la crítica social contra la ausencia de justicia y de politicas que defiendan los intereses de la mayoría, frente a los intereses de los grupos de poder y de la especulación de los mercados. Muchos de sus activistas han visto comprometidos su imagen y sus derechos por enfrentarse ante leyes injustas o restricciones en la libertad de expresión.



