Desde mi punto de vista el vocabulario es la herramienta más importante para crear la comunicación. Cuando intentamos hablar en otro idioma pero «no nos salen las palabras» solemos terminar por frustrarnos y adquirimos experiencias negativas que nos influyen a la hora de perder la vergüenza y tratar de seguir comunicándonos en ese idioma, de ahí la importancia que tiene adquirir un vocabulario amplio que nos de ese punto de seguridad al hablar.
En mis clases de lengua (y sobre todo trabajando con extranjeros) suelo empezar cada día enseñando una nueva palabra (adjetivo, nombre o verbo), que además intento sea polisémica para ver sus diferentes significados.
Mostramos la palabra (PLANTA); la identificamos (SUSTANTIVO); mostramos sus significados preguntando previamente al alumnado (1-Ser orgánico, 2-Parte inferior del pie, 3-Construcción de cada piso de un edificio, etc.); la relacionamos con el entorno (expresiones del lugar: «¡El chico tiene buena planta!»); las relacionamos con otras palabras de su familia (PLANTAR, PLANTÍO, etc.) y por último el alumno, a partir de cada significado, crea distintas oraciones para practicar con ella y ponerla en uso («Mi casa tiene dos plantas»).
Esta actividad, suelo usarla como «calentamiento» a la sesión porque activa al alumnado desde el primer minuto y va a añadiendo palabras a su vocabulario y expresiones a su «diccionario de expresiones» (que solemos crear al principio del curso en las páginas finales de sus cuadernos).
Ejemplos de P.D.D. (Palabras Del Día):
- Bota
- Casco.
- Barra.
- Fino.
- Llevar.
- Colgar.
