Corazón de maestra y alma de escritora

Corazón de maestra y alma de escritora:

Tener la fortuna de aunar profesión y vocación, de iniciar nuevos proyectos y retos profesionales, de aprender cada día y trabajar en equipo no solo nos enriquece personal y profesionalmente sino que nos da la oportunidad de crecer, conocer nuestras limitaciones, nuestros dones y avanzar en el camino de la vida con la mochila cargada de buenas intenciones, de nuevos y fascinantes aprendizajes, de nuevas y apasionantes lecturas.  En mi mochila siempre hay hueco para iniciar aventuras nuevas y rescatar otras que se han ido forjando en el sendero del aprendizaje. Quisiera hoy compartir una entrada de este blog, de noviembre de 2014, cuando iniciaba un nuevo curso educativo ( Infantil de tres años) donde me propuse ser feliz y hacer felices a los niños y las niñas compartiendo mis dos grandes pasiones: la educación y la literatura. Confieso que al leerlo de nuevo derramé alguna que otra lágrima recordando esos momentos de aula donde la ilusión, la motivación, la felicidad  y la creatividad sentaron las bases de los futuros aprendizajes. Tres cursos escolares en la mejor de las compañías: mis alumnos y alumnas.

Nuevos y fascinantes proyectos, con otros compañeros y compañeras de viaje, se han iniciado este curso escolar y con todos ellos la mochila se va llenando de amor por la profesión docente  e ilusión  por el oficio de escribir. Dos pasiones que se entremezclan y sin las cuales la vida no tendría sentido y tan poderosas que incluso, con ellas, podemos cambiar el mundo.

De la soledad del escritor al bullicio del educador

Escribir es un oficio que se ejerce en soledad. Tus ojos observan el folio vacío, níveo e inmaculado. Tu mente rebosa ideas, acciones y situaciones prendidas de una historia, de un argumento verosímil y provocador de emociones. Las palabras se van cosiendo y descosiendo en cada puntada. En cada tecla. En cada movimiento de la mano. En cada parpadeo. Se unen en un juego de letras y oraciones. Unas veces se agarran fuerte de la mano, otras se separan para formar nuevas alianzas. Nuevas y más evocadoras sensaciones. Y así va surgiendo un relato, un cuento, una historia para contar y ser contada. Para leer en la comodidad del hogar o en el bullicioso contexto escolar. Mis cuentos nacen del aula para el aula. Son un complemento del currículo escolar. Lo acompañan y apoyan. Lo enriquecen. Los textos narrativos forman parte de pleno derecho de la vida del aula. Buscamos aquel texto que encaje con la situación de aprendizaje que estamos creando y desarrollando juntos. O lo inventamos entre todos. Textos colectivos, contextualizados y significativos que nos acercan al universo literario. Y se escriben allí en el bullicio creativo del aula. A continuación se ilustran o se dramatizan según la ocasión y el tipo de texto.
Educar es un oficio que se ejerce en compañía. Una de las actividades que más me satisface hacer con mis pequeños alumnos y alumnas es inventar cuentos colectivos. A ellos les divierte crear sus propios cuentos e inventan historias fantásticas que les trasportan a ese universo onírico de la literatura. Con ello no sólo están desarrollando su imaginación, alimentando su creatividad, practicando la expresión oral, trabajando en grupo o mejorando notablemente su autoestima sino que se convierten en auténticos escritores o escritoras. El cuento que pueden leer a continuación surge del baúl de los disfraces:  las alas de un hada y de un sarantontón (mariquita) son el elemento inspirador.

EL HADA Y EL SARANTONTÓN
Texto: niños y niñas de 3 años
Colegio: Camino Largo


ERASE UNA VEZ UN HADA Y UN SARANTONTÓN QUE VIVÍAN EN EL BOSQUE. LOS DOS VOLABAN POR EL MISMO SITIO Y CHOCARON. SE CAYERON ENCIMA DE UN ÁRBOL QUE TENÍA HOJAS Y MANZANAS. COMO TENÍAN HAMBRE SE COMIERON TODAS LAS MANZANAS Y ENGORDARON COMO LAS MAMÁS EMBARAZADAS. COMIERON Y COMIERON HASTA QUE EXPLOTARON.
Y COLORÍN COLORADO ESTE CUENTO SE HA ACABADO

 

Si tuviéramos que resumir el proceso creativo lo haríamos en cuatro pasos:

1. COSQUILLEO: es cuando sentimos que un ejército de hormigas se pasea libremente por nuestro estómago señalando el camino de la excitación creativa, del deseo de hacer y crear un producto. Estamos preparados para comenzar. Para emocionarnos. En nuestro producto el cosquilleo comenzó cuando descubrimos las alas en el baúl de los disfraces.
2. EMOCIÓN: es cuando la euforia se adueña de todo nuestro ser y nos ponemos manos a la obra. En nuestro producto la emoción se manifestó con la idea de escribir un cuento colectivo y descubrir que podíamos hacerlo a partir de nuestras experiencias previas ( en este caso se incorporaron ideas surgidas del proyecto que estábamos desarrollando en clase en ese momento: “Los bebés” (…)”engordaron como las mamás embarazadas”(…)
3. DESCUBRIMIENTO: es cuando se enciende la luz que permanecía apagada en el cerebro. De repente todo cobra sentido y nos invade el júbilo. Estamos entusiasmados con la idea. En nuestro producto el descubrimiento consistió en que todos aportamos ideas, frases y vivencias. Deseos de escribir y de dramatizar el cuento escrito. Deseos de descubrir nuestros talentos como escritores, escritoras, actores o actrices.
4. REALIZACIÓN: es cuando ponemos en práctica la idea. La analizamos, la mejoramos o la rechazamos. Es un momento de duda e inseguridad pero de satisfacción por aceptar el reto. En nuestro producto la puesta en práctica comienza cuando la maestra escribe en la pizarra el texto que hemos escrito entre todos y lo analizamos para mejorarlo. Luego se pasará a ordenador, se añadirán imágenes e ilustraciones y se incorporará a la biblioteca de aula.

¡ Gracias por visitar este blog!

2 comentarios

  1. Sin duda, una de mis fases favoritas es la de cosquilleo. Pero tengo una particularidad: ¡¡¡LA SIENTO TODO EL RATO!!! JEJEJE
    Me encanta

    • María Jesús Cano el 1 febrero, 2018 a las 15:21
    • Responder

    Coincido contigo en que la fase del cosquilleo es uno de los momentos clave del proceso creativo.
    Es la chispa que enciende el camino de la creación literaria, esa que nos acompaña cada segundo de nuestra vida.
    ¿Qué sería de nosotros sin ella? Yo la siento en cada esquina, en cada paisaje, en cada viaje y en cada mirada.
    Gracias por leer el blog y compartir vivencias.
    Besos literarios.

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