El alumnado de 5º curso ha estado trabajando la poesía. Para ello, sus profesoras han utilizado algunas técnicas encontradas en diferentes páginas y vídeos de la red.
Una de las actividades propuestas es:
LOS SOBRES SECRETOS
Actividad para realizar la creación de un poema en grupo. En cada sobre habrá pequeñas cartulinas con una palabra en cada una (no tienen por qué ser palabras rimadas). Se reparten los sobres y se unen en grupos de 4 o 5 alumnos. Con las palabras que les han correspondido intentan crear un poema.
Aquí les dejamos con algunos ejemplos del resultado:
MI POESÍA
En las olas del mar
con mi barquito de plata,
yo con él puedo navegar.
El sol brilla,
el sol deslumbra,
y a todas las nubes deja sin tumba.
Los labios de fresa
yo quiero besar,
así yo feliz me puedo quedar.
En un corazón pequeño y de cristal,
todos mis recuerdos puedo guardar.
En el crepúsculo amanecer,
salir el sol yo puedo ver.
En las picudas montañas,
cae nieve sin parar,
y para divertirme yo
puedo esquiar.
De dos ojos caen dos lágrimas,
yo le digo:
¿Qué te pasa Fátima?
Lía Pettini Correa, 5ºA
LOS PENSAMIENTOS
Al despertar por la mañana,
los pensamientos me levantan de la cama
y despierto a mi prima
con una sonrisa.
Desde el ventanal veo el cielo azul,
desde mi silencio pienso en el amor
que se confunde con la risa y el llanto
mientras mi conciencia se queda en blanco.
La lluvia es muy inmensa
como la noche negra llena de estrellas.
Alan, Armiche y Nuhazet, 5ºA
UN AMANECER DE SONRISA
Los ojos de plata,
el corazón de cristal
amanece cada mañana
con las olas del mar.
El sol del crepúsculo
que ilumina mis montañas
las nubes las cubren
por encima de mis lágrimas.
Los labios sonríen,
el río de alegría
que va por debajo de la nieve
como un ola de maravilla.
Nayara y Gara, 5ºA
LA BELLA MUJER
Al amanecer
despertó una bella mujer
de ojos como el cristal
y corazón de plata.
El sol iluminó el río
las nubes cubrían las montañas
y la bella mujer observaba la hermosa mañana.
Su piel era blanca como la nieve
sus ojos azules como las olas del mar,
sus labios eran rojos como las rosas y
de todas las mujeres, era la más hermosa.
Al anochecer ya no sentía alegría
dejó de sonreir.
Bajo el crepúsculo sus lágrimas caían
y a partir de ahí, nunca más la ví.
Iron y Acoraida, 5ºB