POEMA NOVENO: AL JABÓN

Para los poetas no hay palabras ni temas prohibidos. La cosa más simple y más corriente, por ejemplo, el jabón que usamos estos días para lavarnos las manos, pueden inspirar un hermoso poema.

Atrévete a mirar a tu alrededor, busca algo común y corriente y dedícale un poema.

Melancólico, callado

siempre triste en su rincón.

Tímido y resbaladizo.

¿No te da pena el jabón?

Se va poniendo flacucho,

tan blandito, tan pequeño

que  por último no alcanza

ni para lavar un sueño.

Su historia es una de tantas:

llega robusto y fragante,

se transforma en una astilla

y lo echan al instante.

¡Pobre Señor de la Espuma!

Ay, qué tristeza me da

cada vez que entro y lo miro:

se consume entre mis manos

y no deja ni un suspiro.

Esta entrada ha sido publicada en PARA LAS FAMILIAS y etiquetada como . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *