¿Qué es lo que queremos decir l@s profes (de las materias de letras especialmente) cuando en un examen, en un ejercicio, en una prueba escrita de cualquier tipo, pedimos que “se desarrolle la respuesta”?
En mis pruebas escritas, el alumnado se suele encontrar lo siguiente: “No respondas de forma esquemática, desarrolla tu respuesta”.
¿Qué significa?
Vamos a explicarlo con un ejemplo simple:
Pregunta: ¿En qué año se publica la primera parte de El Quijote?
Respuesta (esquemática): 1605.
¿Es correcta? Sí. Peeeeeero…
Si en el enunciado el profe o la profe te pide que desarrolles la respuesta o si siempre se sobreentiende que debes desarrollarla, como ocurre en las materias de Lengua y Literatura, Filosofía o Geografía e Historia, la respuesta “idealmente” correcta sería la siguiente:
Respuesta ideal: La primera parte de El Quijote se publica en 1605.
¿Para qué escribir tanto? ¿No es repetir lo mismo? ¿Te parece un requisito absurdo?
Bueno…, te puedo entender, pero al fin y al cabo lo que persiguen las materias de letras, como competencia fundamental, es que te expreses de la forma más completa, correcta y adecuada al contexto posible. Y estás en un examen, no en una conversación entre amig@s donde puedes ser despreocupad@, espontáne@ y omitir todo lo que te parezca superfluo.
Un pasito más complejo
Quizás es más necesario el desarrollo de la respuesta en el siguiente caso: la profe formula dos preguntas en un mismo apartado de la prueba. Ejemplo:
Pregunta: ¿Quién escribió el Libro de Buen Amor? ¿Cuál era la intención de la obra?
Respuesta (esquemática): Juan Ruiz, arcipreste de Hita. Enseñar y entretener.
¿De nuevo correctas ambas respuestas por separado? Sí, pero ahora la lectura de las respuestas seguidas sí que tiene menos sentido. ¿No sería mejor que la persona que responde lograra hacerlo de forma unida y coherente?
Respuesta ideal: El autor de la obra Libro de Buen Amor es Juan Ruiz, arcipreste de Hita, y su intención al escribirla es doble: por una lado, la finalidad de la obra es enseñar y, por otro, entretener.
¿Es lo mismo?
¿Realmente lees lo mismo en una respuesta que en otra?
Sé que me estás diciendo que sí, pero la verdad es que yo te repito que no. No leo lo mismo en las capacidades de las personas que han escrito ambas respuestas. La primera tiene dificultades de expresión, de relación y de asimilación, y la otra no.
Vamos por último a contenidos más complejos.
¿Qué sucede si la respuesta a la pregunta no es sencilla, de esas que se pueden resolver en pocas palabras, sino que conlleva una explicación más larga?
Partamos del texto extraído de la página web Voltione.com cuando habla sobre los componentes de un circuito eléctrico y sus funciones:
https://voltione.com/pages/que-es-circuito-electrico
Imagina que la pregunta es «Explica las funciones de los elementos básicos que componen un circuito eléctrico«.
La respuesta ideal (por lo menos en Lengua. Y aunque pienses que quizás en la materia de Tecnología no, yo conozco al menos a una profe que te diría que también en esta…) sería la siguiente:
En un circuito eléctrico básico nos encontramos con los siguientes elementos: generador, que produce y mantiene la corriente por el circuito; los conductores, por donde se mueve la corriente eléctrica de un elemento a otro; los receptores, que se ocupan de transformar la energía eléctrica que les llega en otro tipo; los elementos de mando o control (interruptor), que permiten dirigir o cortar a voluntad el paso de la corriente eléctrica dentro y, por último, los elementos de protección (fusible), que protegen el circuito y a las personas cuando hay peligro o la corriente es muy elevada y puede haber algún tipo de riesgo.
¿En serio no ves la diferencia? Valeeeee, lo entiendo. Las razones de por qué es importante que tu respuesta sea analítica y no sintética son muy complejas y todas tienen que ver con el desarrollo de tus capacidades durante estas etapas escolares (secundaria, bachillerato). Y está bien que en unas materias seas concreto y en otras te “obliguen” a explicarte más extensamente. Acéptalo, asimílalo y sigue viviendo tu – feliz – vida académica con éxito.
¡Manos a la obra!
El curso escolar anterior (22/23) intenté, con éxito en la mayoría de los casos, que el alumnado de 1º de bachillerato explicara cronológicamente la sucesión de movimientos literarios en España a lo largo de los últimos ¿veinticinco? siglos. Nosotr@s aquí no vamos a ser tan ambicios@s. Vamos a quedarnos con una versión resumida de ese ejercicio tan amplio y a pedir que menciones por orden los movimientos literarios del siglo XIX en España y expliques apenas una pincelada, una característica, de cada uno.
Te doy el esquema básico y tu tarea es… ¡desarrollar la respuesta!
Primera mitad del siglo: Romanticismo (parte de una visión subjetiva de la realidad y en él prima el sentimiento frente a la razón).
Segunda mitad del siglo: Realismo y Naturalismo (movimientos en los que se parte de una visión objetiva de la realidad y se caracteriza por la observación directa de la misma y la documentación).
A finales: Modernismo (emplea la lírica y la prosa poética con tonos sensuales, vitalistas y decadentes).
También a finales, coetáneo del movimiento anterior: Generación del 98 (predomina el desarrollo del ensayo y la novela que abordan los temas de la denuncia de la decadencia moral y social).
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