Cuando una puerta se cierra, una ventana se abre

  Lucía era una chica alegre y muy positiva, siempre veía el lado bueno de todo. Eso fue antes de conocer a Aitor, su nuevo novio.

   Al principio, en su relación todo iba muy bien, siempre se demostraban su amor, pero, tiempo después, Aitor fue cambiando: se volvió muy posesivo con Lucía, allá a donde iban siempre la avergonzaba, sus insultos cada vez la hacían sentir peor.

   Lucía ya no era la misma, había cambiando mucho desde que estaba con Aitor. Ya no se valoraba a sí misma, solo aguantaba los maltratos de su novio. Un día Lucía miró las noticias y vio que había un caso de una relación tóxica que llevó al suicidio a una chica adolescente. Lucía quiso informarse sobre las relaciones tóxicas y cómo saber si está en una de ellas. Se vio muy identificada con todo lo que leía en aquella página web.

   Tras un tiempo de reflexión, se dio cuenta de que debía pedir ayuda. No se merecía estar viviendo ese infierno. Llamó al 016 y después de un tiempo ya volvía a ser la misma: esa chica alegre y positiva.

Meses después conoció a un chico muy atento y que la respetaba mucho. Empezaron a salir y Lucía sentía que con ese chico todo era diferente, con él podía ser ella misma.

Por eso siempre digo que “cuando una puerta se cierra, una ventana se abre


Lucía Cazorla Betancor

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