En la próxima clase analizaremos distintos trípticos sobre el virus del ébola y estableceremos un debate sobre la actuación de las autoridades políticas y sanitarias en la llamada crisis del ébola en España.
Comentaremos también las opciones terapéuticas experimentales para atacar al virus del ébola: sueros, antivirales.
A varios enfermos se les está administrando suero hiperinmune (plasma sanguíneo) obtenido de pacientes que han conseguido superar la enfermedad, por lo que su sangre ha generado anticuerpos para combatir la infección. El virólogo del Centro Nacional de Biotecnología (CNB), Mariano Esteban, ha manifestado que «la cantidad de anticuerpos que recibe una persona tiene que ser proporcional al grado de infección«, para que se puedan combatir todos los virus que circulan por la sangre. Añade este virólogo que cuanto antes se aplique el suero más probabilidades hay de que actúe. «Si la infección ha progresado, el efecto se reduce y el virus se ha apodera de las defensas del organismo, ya que la cantidad de anticuerpos que se añada ya no cubre todas las necesidades». Y es que las defensas del organismo tienen unos anticuerpos (también llamados inmunoglobulinas) que se unen al patógeno y lo neutralizan para que no pueda penetrar en la célula e iniciar el proceso infeccioso.
El suero Zmapp también ha sido utilizado para combatir el ébola.
Otra opción terapéutica es el antiviral “Favipiravir”, probado en ratones. Este fármaco actúa contra los virus del género Filovirus, entre ellos el ébola. Un artículo científico publicado en la revista Antiviral Research –que cuenta a un investigador español entre los firmantes, César Muñoz-Fontela, demostró la efectividad del medicamento al evitar el 100% de las muertes de ratones infectados con virus de Ébola de la variante del Zaire.
Además, hay dos prototipos de vacunas que se esperan en noviembre.
